Los vecinos del barrio privado Ayres, ubicado en Pilar, se manifestaron en la puerta para repudiar la llegada de Lázaro Báez, que cumplirá allí la prisión domiciliaria luego de que el Tribunal Oral Federal 4 hiciera lugar al beneficio tras un nuevo fallo de la Cámara de Casación.
La protesta es para marcar su malestar con la llegada del empresario al barrio. No quieren que se instale ahí. Con barbijos, tapabocas y en algunos casos respetando el distanciamiento social, cantaron consignas en su contra.
La propiedad de Báez está a nombre de Badial SA, una de las empresas del emporio que él manejó. Dentro de la comunidad conocida como “La Arboleda”, está identificada como N37. Desde su entorno dejaron trascender que vivirá allí junto a su actual pareja, una vez que pueda pagar la fianza millonaria que dispuso el TOF 4 mediante un seguro de caución.
El empresario deberá usar una tobillera electrónica y presentarse en Tribunales cada 15 días, tal como le había impuesto el juez Sebastián Casanello, en marzo de este año, cuando le otorgó la domiciliaria en la causa que investiga la compra del campo “El Entrevero”, en Uruguay.
Báez está detenido desde el 5 de abril de 2016 en Ezeiza, con los plazos máximos de la preventiva ampliamente superados, y está siendo juzgado por “la ruta del dinero K” y la causa de Vialidad. En el primer juicio, su defensa terminó su alegato y buscó despegar a los cuatro hijos del empresario diciendo que eran “víctimas de una persecución”.
El juicio podría tener sentencia antes de fin de año. La Fiscalía pidió que sea condenado a 12 años de cárcel y que pague una multa de $2.121 millones. También habrá decenas de bienes decomisados, siempre que haya condena. El empresario también acumula tres pedidos de penas de entre 8 y 9 años de cárcel de las tres querellas.
La casa donde se alojará el empresario kirchnerista tiene techos de tejas, unos 250 m2 cubiertos, un lote de más de 800m2 y una pileta de 6x4. No es una casa lujosa, mucho menos dentro de ese barrio. Antes de la pandemia, el costo rondaba los 500 mil dólares.
La vivienda no tiene ocupantes hace mucho tiempo, pero justo antes de la pandemia se hicieron algunas reformas para ponerla habitable. “No hay nadie viviendo, hace un tiempo le pusieron nuevamente medidor de luz y de gas y hubo arreglos en el fondo de la propiedad”, dijo a Infobae un vecino.
Hasta marzo, solo esa casa debía $314.892 de expensas. Pero la sociedad tiene otros dos lotes (R33 y K1) que en total deben más de $2 millones por expensas, sumando los intereses.
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