El caso de Aurora y Liliana, dos niñas argentinas de 11 años que murieron en medio de un operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) contra la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), se convirtió desde anoche en un nuevo foco de conflicto diplomático entre el gobierno de Alberto Fernández y su par de Paraguay, Abdo Benítez, cuyo final es incierto.
El canciller Felipe Solá se comunicó ayer con el embajador de Paraguay en Buenos Aires, Julio Vera Cáceres, para exigir el gobierno de su país el esclarecimiento de la muertes de las dos niñas que fueron abatidas el miércoles pasado en un operativo organizado por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que integran militares y policías.
“Queremos tener una explicación y conocer a fondo lo que ha ocurrido”, dijo a Infobae un funcionario del Gobierno en función del conflicto diplomático abierto con Paraguay.
Anoche, la Cancillería argentina emitió un comunicado en el que señaló que el propio gobierno paraguayo admitió que en un enfrentamiento de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) habría constatado que fueron abatidas dos menores de edad de sexo femenino, y las involucró en un operativo contra una “organización criminal”.
Además, en el mensaje de la diplomacia argentina se dejó constancia de que la Fiscalía Antisecuestros paraguaya atribuye edades de adolescentes a las mismas cuando en verdad tenían 11 años. “No es posible aceptar que no hayan advertido, quienes fueron testigos de los hechos acontecidos, la escasa edad de las niñas”, expresa el comunicado de Solá y sostiene que el gobierno argentino ha protestado formalmente ante las autoridades paraguayas por esta “absurda acusación”. Además, confió en contar con la colaboración del gobierno paraguayo para esclarecer los hechos e identificar responsabilidades.
Las jóvenes serían la hija y la sobrina de los principales líderes del EPP Osvaldo Villalba y Magna Meza, que se dieron a la fuga en compañía de otros 12 integrantes de la banda cuya persecución continúa, expresó el general Héctor Grau, comandante de la FTC.
En tanto, desde la diplomacia de Paraguay dijeron a Infobae que “el EPP es una organización terrorista que no discrimina, secuestra con fines extorsivos, mata y siembra el terror usando todos los medios, incluidos el reclutamiento de niños”.
Al parecer, las autoridades paraguayas solicitaron la cooperación argentina ante la imposibilidad de identificar a las víctimas y, con base en información dactiloscópica recibida desde ese país, cuerpos forenses argentinos pudieron verificar que no existían antecedentes en el Sistema Automático de Huellas Dactilares argentino. Pero al consultarse el Registro Nacional de las Personas (RENAPER) fue posible determinar que las fallecidas son dos menores de nacionalidad argentina, nacidas el 29 de octubre de 2008 y el 5 de febrero de 2009, por lo tanto ambas de 11 de años de edad.
El diario El Territorio se comunicó con Genoveva Oviedo, que reside en la localidad paraguaya de Itapúa. La mujer, hermana de un referente del EPP, se identificó como tía política de las menores y afirmó que las menores vivían en la provincia de Misiones y tienen DNI argentino. Las identificó como Aurora, hija de Magna Meza; y Liliana, hija de Liliana Villalba, dos líderes del EPP.
En tanto, la Cancillería rechazó las expresiones “injustificadas” del General Grau como comandante de la FTC, adjudicando a la Argentina haberse convertido en una “guardería de soldados del Ejército del Pueblo Paraguayo”, así como toda otra manifestación que busque encubrir responsabilidades.
Estas declaraciones y otras expresiones vertidas por el gobierno paraguayo desataron un fuerte malestar en Buenos Aires. El gobierno de Alberto Fernández ahora quiere ir al fondo de la cuestión y buscar a los responsables del fallecimiento de estas niñas.
Se sabe que las relaciones entre Benítez y Alberto Fernández siempre estuvieron muy acotadas al protocolo ya que ambos tienen diferencias ideológicas muy amplias. De hecho, el presidente de Paraguay compartía más afinidades con Mauricio Macri, tanto es así que el ex Presidente se reunió en julio pasado en Asunción con Benítez en medio de la cuarentena.
En las últimas horas el gobierno de Benítez destacó que un grupo guerrillero que opera en el norte de Paraguay “utiliza para sus actividades ilícitas a niños y adolescentes”, al dar cuenta de la muerte de dos jóvenes en un enfrentamiento ocurrido el miércoles.
Al parecer, las niñas residían en la localidad de Puerto Rico, Misiones, con la abuela de parte de la familia Villalba. En tanto, la información que hizo trascender el Ejército paraguayo da cuenta que las menores ingresaron desde Argentina por un paso ilegal en noviembre o diciembre del año pasado. Los familiares cuestionaron esas aseveraciones, aunque no aportaron la fecha exacta del viaje a Paraguay, al afirmar que el gobierno paraguayo insiste en demostrar que las niñas eran parte de la guerrilla y que estaban desde hace más tiempo en el vecino país.
“El gobierno paraguayo repudia enérgicamente y condena la práctica que viene implementando la organización criminal EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) de utilizar con fines ilícitos a niños y adolescentes, incluso en algunos casos vinculados al núcleo familiar de los miembros de la citada organización criminal”, expresó este viernes en un comunicado oficial del gobierno de Benitez.
El enfrentamiento armado en el que murieron las niñas se produjo a unos 500 km al noreste, cerca de la localidad conocida como Yby Ya-ú, en el departamento de Concepción, a poca distancia de la frontera seca con Brasil.
Ayer, la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina denunció al Estado de Paraguay por la muerte de dos niñas de 11 años en un operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) contra la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En diálogo con el periódico paraguayo ABC, el coronel Héctor Grau confirmó que las jóvenes abatidas tenían nacionalidad de la Argentina y denunció que en ese país se creó una “guardería” de combatientes de la guerrilla, que además reclutan menores.
La autopsia de las niñas habría determinado que el primer cuerpo “tenía seis heridas de arma de fuego: dos disparos en el glúteo lado derecho, uno en la región axilar derecha, uno en el tórax y dos en la pierna izquierda, uno en el muslo y otro por debajo de la rodilla”, dijo el forense Ferreyra en declaraciones a Radio Monumental de Asunción.
Anoche, la abogada de la familia de las niñas, Daisy Irala, se encontraba haciendo los trámites para la repatriación de los cadáveres a la Argentina. Pero no será una tarea fácil en medio de una escalada diplomática.
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