La provincia de Santa Fe aplicará nuevas restricciones para cortar la circulación del virus. El número de casos de coronavirus subió exponencialmente en los últimos días y el sistema de salud está disminuyendo su capacidad de respuesta. Al día de hoy las camas de terapia intensiva en Rosario y el Gran Rosario, la zona más poblada, están ocupadas en un 80%. En toda la provincia el nivel de ocupación alcanza el 60%. No hay un colapso sanitario, pero el escenario sanitario empeoró y comenzó a preocupar al gobernador santafecino Omar Perotti.
Este viernes al mediodía el ministro de Salud, Ginés González García, viajará a Rosario para reunirse con Perotti y Pablo Javkin, intendente local. Después de ese encuentro seguiría un anuncio unificado entre Nación, la provincia y el municipio para comunicar nuevas restricciones en la circulación. El retroceso no se hará en forma unificada en toda la provincia, sino en los lugares más complicados, como es el caso de Rosario, la ciudad de Santa Fe, Rafaela, Venado Tuerto y Firmat, entre otras localidades.
Los cambios se dan un contexto de aumento de los contagios. En las últimas 24 horas Santa Fe registró 764 casos nuevos y 9 fallecimientos. Desde que comenzó la pandemia hasta ahora, hubo 10.093 casos de Covid-19 y 106 muertos. Al día de hoy hay internados en cuidados intensivos 89 pacientes, de los cuales 40 tienen asistencia respiratoria mecánica. Además, hay 219 pacientes internados en sala general. El resto de los casos evolucionan favorablemente en sus casas o en centros de aislamiento.
Los datos epidemiológicos y del sistema de salud son el principal argumento de las autoridades para tomar la decisión de volver hacia atrás en la cuarentena e imponer restricciones en la circulación. El ministro de Salud lo dirá este viernes y el presidente Alberto Fernández lo ha dicho infinidad de veces. Para cortar la circulación del virus, se tiene que disminuir la circulación de la gente. La cuenta es sencilla. Hasta que haya la vacuna no hay otra posibilidad de enfrentar el coronavirus y contener la multiplicación de los contagios.
En las últimas horas el gobernador de Santa Fe tuvo una reunión con los especialistas que lo asesoran. La opinión fue unánime. Todos le recomendaron que tome decisiones que restrinjan la circulación de las personas. Es la única forma de cortar el aumento de casos. El temor del gobierno santafesino pasa por el cumplimiento de la gente. Necesitan generar conciencia y transmitir con claridad que si no reducen las actividades, el sistema sanitario puede colapsar en el corto plazo. Las decisiones deben ser tomadas con tiempo para que el impacto en la curva de contagios pueda verse en los próximos quince días.
El pedido de restricciones no solo llegó de la mano de los asesores. El ex ministro de Salud de Santa Fe Miguel Ángel Cappiello le recomendó a Perotti volver a la Fase 1. A un aislamiento muy estricto. Perotti aún no definió al detalle cómo será la marcha atrás, pero tiene decidido concretarla en forma inminente. Tienen que definir el mapa de prohibiciones. Las realidades son muy distintas. Hay pueblos rurales con muy pocos casos, ciudades medianas que atraviesan un delicado escenario y centros urbanos donde el virus está girando en forma permanente. No hay una misma decisión para cada zona de Santa Fe.
La postura que Perotti marcó desde un primer momento fue que si el sistema de salud estaba en condiciones de dar respuesta, entonces no era necesario tener todo cerrado. Esa flexibilización le permitió a los santafesinos vivir con mayores libertades que otras provincias del país. Logró aumentar la cantidad de camas en un 100%. Según datos del propio Gobierno, pasó de 500 camas de terapia intensiva en toda la provincia a mil. Sin embargo, tenía en claro que cuando tuviera que dar marcha atrás, lo iba a hacer sin ingresar en el terreno de las dudas. Ese momento llegó.
Todavía hay camas y respiradores. Lo que no hay es personal. Los médicos intensivistas están agotados y desbordados. El miércoles por la tarde un grupo de médicos que trabajan en las terapias intensivas se reunieron con el presidente Alberto Fernández y le plantearon que el sistema sanitario estaba en riesgo de saturación y el personal había disminuido en estos cinco meses. “Estamos agotados físicamente, exhaustos en lo psicológico. Cometemos errores, nos enfermamos. Hay compañeros que fallecieron. El resultado, entonces, no es el mismo”, explicó el médico y miembro de la SATI Arnaldo Dubin. Esa idea ya estaba conviviendo en el corazón del gobierno santafesino.
En la actualidad la provincia tiene un alto de nivel de apertura en sus actividades comerciales y productivas. La industria están funcionando, los locales gastronómicos están abiertos y las salidas recreativas están permitidas. En Rosario, donde está el foco de contagio, las reuniones familiares se prohibieron el 25 de julio y nunca más regresaron. En ese momento el horizonte de recuperación empezó a cambiar. La administración de la pandemia estaba equilibrada pero a las autoridades sanitarias se le encendieron las alarmas. Con el paso de las semanas la situación empeoró progresivamente, hasta llegar al complejo escenario actual.
¿Cómo se propagó el virus? En el gobierno santafesino creen que hubo un relajamiento en el comportamiento de la gente y que el virus comenzó a circular porque es normal que con la mayoría de las actividades abiertas, así suceda. Prefieren no poner el peso de la responsabilidad en la sociedad, sino encontrar la explicación en que el comportamiento del virus está siguiendo un camino normal. Abrir y cerrar la cuarentena será el ejercicio que sigan todos los gobernadores en el país. Perotti no es la excepción.
En la provincia ya tienen definido que van a reforzar los controles en las rutas. Quieren evitar que las personas que están en los lugares más calientes trasladen el virus a ciudades más pequeñas donde la situación está controlada. Además van a mantener que para ingresar a Santa Fe, aquellos que lo quieran hacer tienen que tener un hisopado negativo que no sea mayor a 72 horas y un permiso de circulación interjurisdiccional.
El anuncio del retroceso en la cuarentena de Santa Fe no solo será una medida sanitaria en una de las provincias más pobladas del país. También servirá para preparar un escenario a nivel nacional. En el ministerio de Salud de la Nación siguen con mucha preocupación el aumento de casos a lo largo del territorio argentino. La posibilidad de dar un paso atrás en todo el país es no es descabellada. A la inversa. Es una posibilidad cada vez más factible.
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