Las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires confeccionaron un protocolo para habilitar la utilización de los espacios comunes de los edificios, que permanecieron cerrados desde que se decretó la emergencia sanitaria raíz del coronavirus y el consiguiente aislamiento obligatorio.
“Estamos trabajando en los últimos detalles para que pueda entrar en vigencia la semana que viene y que los consorcios y administradores puedan empezar a trabajar en la implementación”, afirmó Felipe Miguel, Jefe de Gabinete porteño, en diálogo con Infobae.
La medida alcanzará exclusivamente a los sectores de parrillas, terrazas, canchas de tenis, parques, correderas o terrazas y lavadero, para los que se deberá implementar un sistema de turnos, que permitirá el uso de esos espacios por un tiempo determinado.
El protocolo ideado por las autoridades porteñas, que se oficializará en los próximos días, fijará una serie de lineamientos que deberán ser respetados para evitar los contagios: que solamente las familias que viven en el lugar utilicen estos espacios; que no accedan, por su propia seguridad, los consorcistas que integran los grupos de riesgo (mayores de 60 años, pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, con enfermedades cardíacas o inmunosuprimidos, entre otros); que se use tapabocas y se mantenga la distancia social de 1.5 metros dentro de las instalaciones; que se desinfecten las superficies entre cada turno; y que sólo se utilicen los sectores que se puedan ventilar.
Las medidas de prevención para cada área
Parrillas: Se recomienda la presencia de una sola persona que cocine y luego lleve los alimentos al departamento. Si el lugar cuenta con un quincho, podrán hacer uso de las instalaciones solo los cohabitantes de una misma unidad funcional. Al finalizar las actividades en el sector de parrillas, se deberán desinfectar las superficies como mesadas o bordes de parrilla con el uso de alguno de los productos recomendados por la autoridad sanitaria, como lavandina, alcohol o soluciones sanitizantes.
Parques, correderas y terrazas: Se establece el ingreso de una persona cada 15 metros cuadrados, debiendo cada consorcio establecer la cantidad máxima que pueden acceder en simultáneo a cada uno de estos espacios. Se recomienda un tiempo máximo de ocupación de 45 minutos, con turno previo. Se deberá utilizar tapabocas como elemento de protección individual durante todo el tiempo que la persona permanezca o transite dentro de los mismos.
Canchas de tenis: Podrán utilizarse por 60 minutos con turno previo y en la modalidad single, es decir, solo dos personas podrán disputar un partido. Los jugadores deberán acceder con barbijo y solo se lo podrán retirar a la hora de la práctica. Cada uno deberá proveerse una botella de agua de uso individual, toallas y demás pertenencias que lleven consigo. No podrá ingresar público ni terceros y no se aconseja el uso de muñequeras. El ingreso a la cancha se realizará manteniendo la distancia social y de a un jugador por vez, debiendo dejar cada uno en los extremos opuestos de la misma sus pertenencias. Se deberá realizar la limpieza del calzado con bandeja sanitizante antes y después de la práctica deportiva, así como también la desinfección del material personal de juego o el auxiliar. Cada jugador contará con su raqueta de tenis sin poder compartirla.
Lavadero (laundry): El protocolo establece que se deberá llevar la ropa sucia en bolsas y vaciarlas por completo directo en el lavarropas, sin sacudirlas, ni tocar ningún otro implemento de la lavandería. En caso de tocar bordes o superficies en el proceso, se deberá limpiar inmediatamente las zonas con alguna solución desinfectante. Una vez terminado el lavado, habrá que higienizarse las manos antes de retirar la ropa limpia. De ser posible, se deberá disponer de un rociador con agua y lavandina diluida, y toallitas descartables para pasar sobre las superficies antes de retirarse del lugar.
Los espacios que no fueron mencionados deberán permanecer cerrados. Asimismo, los administradores tendrán que informar a los consorcistas todas las medidas adoptadas para evitar los contagios en los nuevos espacios habilitados y así facilitar su cumplimiento. Ambas partes, consorcistas y administradores, deberán coordinar el uso de un sistema de turnos que sea transparente para todos.
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