El gobierno porteño espera desde mediados de julio un día que hasta ahora se hace desear y podría confirmar que el peor momento ya pasó. De acuerdo a lo que sucedió en otros países y en base a la evidencia de una serie que ya cumplió 7 semanas, los especialistas creían que los casos de coronavirus iban a comenzar a descender a fines de agosto. Sin embargo, no sólo no ocurrió, sino que en la última semana se registró un nuevo aumento de los contagios.
El ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, explicó este miércoles en conferencia de prensa que el distrito está mostrando una curva de casos positivos de coronavirus muy distinta a la de otras grandes capitales donde hubo un pronunciado aceleramiento, un pico de de casos y un descenso.
“Nosotros alcanzamos el 15 de julio un nivel de media móvil (promedio de los últimos siete días) que pasó los mil casos por día. Desde ese entonces, hemos tenido subidas y bajadas en una anchísima meseta alta que se mueve entre 1000 y 1300 casos por día”, desarrolló.
La primera semana de agosto se registró la mayor cantidad de casos. Luego se acumularon 12 días de bajas y ahora nuevamente se registró una trayectoria de 8 días de suba, siempre dentro de los márgenes de la meseta alta de positivos descripta por las autoridades sanitarias.
“Es una serie de siete semanas, de una actividad muy horizontalizada, que evidentemente tiene una característica bastante diferencial a otras curvas que hemos visto de una forma más exponencial, que suben hasta un valor y después baja. Yo quería explicarlo muy bien para que la ciudadanía conozca cómo estamos”, ahondó Quiros.
Y completó: “Estamos en un nivel estabilizado de casos, con subidas y bajadas, alto, en el cual tenemos que seguir trabajando en el testeo y en el aislamiento de los enfermos”.
El amesentamiento de la curva y un índice de contagiosidad (R) que se mueve en torno a 1, el punto de inflexión que para muchos países significó el final de la cuarentena, había ilusionado al gabinete de Horacio Rodríguez Larreta con un importante descenso de casos positivos, cantidad de muertes y ocupación de camas de los hospitales, proceso que por ahora no se concretó.
Pese a ello, el gobierno porteño continúa con su programa de flexibilización de actividades que habían sido restringidas durante la cuarentena. Esta semana, por ejemplo, se habilitaron locales gastronómicos con atención al aire libre y volvieron algunas construcciones. En la próxima fase podría haber luz verde para el regreso de la actividad del personal doméstico que reside en CABA.
Si bien el descenso de casos no se precipitó tan rápido como se esperaba, el Ministerio de Salud cree que la curva continúa controlable, en márgenes estables. De hecho, hoy la preocupación del gobierno nacional se trasladó al interior del país donde varias provincias tuvieron que retrotraer de fase de aislamiento. El 35% de los casos reportados ayer son de las provincias y hay un avance de la transmisión comunitaria en áreas donde hace pocas semanas no había circulación del virus.