Tras casi ocho horas de reunión, con dos cuartos intermedios en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, fracasó el intento de acuerdo entre oficialismo y oposición para acordar la manera de sesionar y la prórroga del protocolo de funcionamiento remoto. Mario Negri anunció que Juntos por el Cambio acudirá a la Justicia para invalidar la sesión convocada para hoy por considerar que el reglamento de funcionamiento remoto no puede prorrogarse a través de una votación virtual porque ya está vencido.
El decreto de convocatoria a sesión firmado por Massa el viernes pasado indicaba el inicio de la misma para las 13. Primero se postergó para las 14.30, luego una hora más y así, hora tras hora, hasta que a las 18.30 sonó la chicharra. Dentro del recinto se ubicaron 36 diputados de la UCR, 44 del PRO y 14 de la Coalición Cívica. Al mismo tiempo el Frente de Todos ordenó a sus legisladores conectarse vía VPN, algunos lo hicieron desde sus distritos y domicilios y otros desde sus despachos. “Hay quórum”, dijo Massa antes de ingresar al recinto y después de que tanto él como los opositores explicaran sus posturas en dos conferencias de prensa continuadas.
En el Salón de los Pasos perdidos hablaron en primer lugar los tres presidentes de los bloques de la principal oposición: Mario Negri (UCR); Cristian Ritondo (PRO) y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). El presidente del partido de Elisa Carrió confirmó que “no estamos dispuestos a debatir en forma remota con tiempos de dos o tres minutos” tanto en el tratamiento de la movilidad jubilatoria como la Reforma Judicial. Ritondo anticipó que la alianza opositora irá a la Justicia para invalidar la sesión por no haber 129 diputados físicamente presentes en el recinto. Y Negri enumeró las distintas propuestas presentadas durante toda la tarde vinculadas siempre al funcionamiento remoto para proyectos de ley de consenso y “sin disenso”.
“Lo que está haciendo el oficialismo al pretender hacer funcionar al Congreso de manera irregular constituye un acto de fuerza violatorio del orden democrático y constitucional. Esta sesión es nula de nulidad absoluta”, avisó Ferraro mientras reaparecía en las redes sociales Elisa Carrió.
Negri recordó que durante tres semanas no hubo comunicación alguna con el jefe de la Cámara baja y anticipó la estrategia opositora: “Vamos a impugnar la sesión por el mecanismo que corresponde y agotaremos todas las instancias, incluidas judiciales, porque consideramos que nos asiste la razón, no es un capricho. Lamentamos que el orden de prioridades sea únicamente el que el oficialismo quiere, eso no es consenso”.
“No se censuran las leyes de nadie”, remarcó el jefe del interbloque pero aclaró que en las cuestiones conflictivas están dispuestos a debatir sólo si todos los legisladores están presentes. El cordobés hacía varias sesiones que no viajaba a Buenos Aires y participaba a la distancia.
Sin embargo en ningún momento durante la extensa reunión se mencionó el Aporte Solidario Extraordinario, un proyecto de Carlos Heller y Máximo Kirchner presentado la semana pasada. El “ASE”, como ya lo llaman, es un tema de división dentro de Juntos por el Cambio: no sólo el gobernador Gerardo Morales se expresó a favor, también varios diputados de la UCR hoy mismo en Pasos Perdidos se mostraban de acuerdo luego de que Heller accediera a algunos cambios, como establecer que el gravamen alcanzará a personas y no a empresas. Hubo quien especuló que la única manera de impedir el avance de la batería de iniciativas peronistas es frenar el mecanismo remoto.
Una vez que los diputados de Juntos por el Cambio se sentaron en sus bancas tomó la posta Sergio Massa. “Había momentos en que parecía haber consenso unánime”, indicó el titular de la Cámara de Diputados. Confirman sus dichos los trascendidos sobre posibles avances que dejaban llegar varios diputados de la oposición. También ocurrió lo contrario y más de una vez se avisó que estaba a punto de romperse el diálogo.
Finalmente no hubo acuerdo. A pesar de los esfuerzos de uno de los diputados del resto de lo oposición, Eduardo ’Bali’ Bucca, que por Interbloque Federal propuso no acotar la agenda pero buscar un lugar más amplio, aireado y con condiciones sanitarias acordes a la situación actual para los temas conflictivos. Lidera un grupo de once diputados y junto a otros bloques, como Unidad y Equidad Federal, y todas las fuerzas partidarias que los integran, firmó la convocatoria a sesión de hoy para tratar beneficios para el sector turístico y penas más altas para la pesca ilegal. A la distancia, Alejandro “Topo” Rodríguez, del lavagnismo, coincidió con Bucca: “Ni condicionamiento de las minorías ni imposición del oficialismo. Propuesta: protocolo, por 30 días, que NO incorpore proyectos no vinculados al estado emergencia; y que el Presidente de @DiputadosAR asegure una sala de reunión adecuada para todos los que quieran sesionar presencial”.
El oficialismo encontró aliados, a medias, en la izquierda. No con la agenda pero sí con el mecanismo de funcionamiento. Nicolás del Caño y Romina del Plá dieron su apoyo tanto para las sesiones mixtas o presenciales, indistintamente. Sólo se opusieron a que los 257 diputados se concentren en el recinto por no cumplirse las medidas mínimas de distanciamiento social. Tras las ocho horas de Labor Parlamentario ambos decidieron aislarse en sus despachos y conectarse desde allí a la sesión. Reclamaron los dos por otra agenda parlamentaria.
Después de idas y vueltas lo último que ofreció Ritondo fue prorrogar por 30 días el Protocolo de Funcionamiento Parlamentario remoto -Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio Coronavirus Covid19- con un agregado explícito respecto a tratar sólo en forma presencial “todo proyecto relativo al Poder Judicial y al Sistema Previsional”. Lo único que aceptaban era autorizarar a los/as diputados/as mayores de 60 años, embarazadas o incluidos en los grupos en riesgo a participar a través del sistema telemático.
“No nos veten temas”, pidió varias veces Máximo Kirchner que defendió la postura del oficialismo junto con Massa y la vice del bloque, Cecilia Moreau.
También hubo intercambios reglamentarios. Desde el Frente de Todos, Daniela Vilar, presidenta de la comisión de Modernización Parlamentaria, aseguró que la renovación del protocolo no requería condiciones especiales. Dolores Martínez, que trabajó en la redacción desde la UCR, fundamentó lo contrario y pidió tres cuartos de los presentes en el recinto para devolverle su vigencia.
A pesar de su amistad personal con Ritondo, Massa dijo que el Frente de Todos ofreció varias posibilidades y que ninguna fue aceptada. Molesto, reprochó que “quieren sesiones presenciales y condicionar la agenda parlamentaria”. Contó también que se ofreció que Juntos por el Cambio sesionara en forma presencial “sin obligar al resto a sesionar de manera presencial, no hay espacio físico” y acordar la posibilidad de “mudar” los debates a otro lugar según los temas a tratar. ”Desgraciadamente tampoco fue aceptado”, se lamentó.
Massa además citó que tanto en la Capital como en Mendoza, distritos que gobierna la oposición, “se está sesionando en forma remota”. Y deslizó una sospecha: “Parece que de golpe de algún lugar lejano vino la orden de no sesionar”.
Ante una consulta de Infobae sobre qué pasará si la ley que buscan aprobar hoy, sobre ayuda al sector turístico, se judicializa. “Dejarán a gastronómicos y hoteleros sin ley”, respondió.
En la disputa numérica, Massa logró respaldo para avanzar con la sesión remota con el aval, además del Frente de Todos obviamente, con las bancadas de Eduardo Bucca (Interbloque Federal); José Luis Ramón (Interbloque Unidad); Carlos Gutiérrez (Córdoba Federal); Alejandro ‘Topo’ Rodríguez (Consenso Justicialista); Luis Di Giacomo (Juntos Somos Río Negro); Alma Sapag (Movimiento Popular Neuquino); Ricardo Wellbach (Frente de la Concordia Misionero) y Luis Contigiani (Frente Progresista Cívico y Social). Suman 141 bancas.
Del otro lado, Juntos por el Cambio suma el 45% del cuerpo. “Acá hay un bloque de 116 diputados que deben ser parte de ese consenso”, reprochó al oficialismo con el que hasta el 4 de agosto logró acordar una agenda sin sobresaltos pero bajo el fantasma de la Reforma Judicial que acaba de lograr media sanción en el Senado.