Alberto Fernández busca apoyo de los gobernadores de Juntos por el Cambio para avanzar con la reforma judicial

En Olivos, el foco de la reunión fue la ayuda que necesita Jujuy de la Nación en medio de una gran disparada de casos de coronavirus, pero también se habló del proyecto que ya tiene media sanción del Senado

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Alberto Fernández, en Olivos con los gobernadores de Juntos por el Cambio
Alberto Fernández, en Olivos con los gobernadores de Juntos por el Cambio

No es mucho lo que le falta al Gobierno para alcanzar los 129 diputados que necesita para dar por iniciada la sesión para tratar la reforma de la Justicia en la Cámara baja. Por eso, Alberto Fernández sondeó a Gerardo Morales, Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés para saber si contará con ayuda, aunque cerca del Presidente dijeron que “la reunión es mucho más amplia que eso”.

En rigor, no le interesa tanto el voto de los diputados de las tres provincias gobernadas por Juntos por el Cambio a favor del proyecto, sino que se sienten a dar quórum y –en paralelo– que lo ayuden a convencer a los líderes parlamentarios opositores para, por lo menos, no trabajar en contra.

Sobre todo el gobernador de Jujuy no está en condiciones de ponerse rígido. Su provincia pasó de ser la más exitosa en materia de gestión de la pandemia, suspendiendo las clases y entrando en cuarentena estricta antes que la Nación, a estar tercera o cuarta en cantidad de contagios, detrás de la provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires y Córdoba. Con los casos confirmados de ayer, alcanzó 8.091 en un total nacional de 408.426 positivos, en tanto Córdoba –que tiene más del doble de habitantes– tiene 8.132.

No es fácil saber exactamente qué fue lo que pasó con la provincia del Norte. La explicación más generalizada es que dos policías de la custodia del gobernador se apartaron cuando Morales recorría el norte de la provincia y se cruzaron a Villazón, Bolivia, para comprar hojas de coca, un insumo crítico para la región, que se había encarecido por el cierre de la frontera. Esos dos policías luego recorrieron Jujuy y fueron contagiando rápidamente a muchas de las personas con las que se cruzaron, disparando los casos.

En Mendoza también hubo una disparada de casos, pero se los atribuye al ingreso de camiones provenientes de la región AMBA. El total también es alto, llegó a 7.131, pero el sistema sanitario es más sólido y empezó a funcionar una tarea de detección y aislamiento en forma más generalizada. En el equipo del gobernador Suárez aseguran que lo que el mendocino planteó otros temas que le interesan a su provincia, como la situación en Portezuelo. Algo similar sucede en Corrientes, donde también crecieron los casos por contagios en contacto con personas provenientes del AMBA, que están afectando más que nada la ciudad capital. “No hay circulación viral”, aseguró Carlos Vignolo ayer, secretario general de la Gobernación.

En Jujuy hay 326 médicos que están atendiendo a las 4.297 personas que según el COE están cursando en este momento la enfermedad y, si bien la provincia sumó 115 médicos y espera incorporar otros 100, la solución más eficiente para seguir la evolución de los contagiados podrá concretarse a través de la telemedicina. Hoy, después de la reunión con el Presidente, Morales tiene previsto reunirse en Buenos Aires con los colegios médicos profesionales para coordinar ese servicio.

Ayer, tras recibir el alta médica y confirmar que tanto él como el vicegobernador Carlos Haquin superaron el coronavirus y ya se encuentran trabajando normalmente, Morales participó de la conferencia de prensa del Comité Operativo de Emergencia (COE) de su provincia, donde se reportaron 296 nuevos casos de COVID, con lo que se ratificó que el escenario está lejos de ser controlado.

El 14 de agosto, a través de su cuenta de Twitter, el gobernador informó que se había contagiado y en la reunión de prensa que realizó ayer confesó, cuando se enteró de que el hisopado le había dado positivo, que “la primera batalla es mental y psicológica. Hay que estar bien, fuerte, y saber que hay un equipo de salud que hace lo posible para salvar vidas”.

También dijo que, en el diálogo con los gobernadores que tuvo el viernes último, el Presidente contó que desde muchas provincias le piden médicos especialistas en terapia intensiva, que es la carencia más severa de Jujuy en estos momentos, ya que camas UTI y respiradores tiene en forma suficiente. También dijo que le transmitió a Fernández que “los comercios contagian menos que los bancos y supermercados, que no pido que se cierren, porque la gente tiene que cobrar y comprar”.

Morales pasó de ser uno de los gobernadores con más imagen positiva, a caer a 33,1 por ciento según la consultora cordobesa CB Opinión Pública, citada por Javier Biasotti en el diario Página/12. El periodista también reveló un informe realizado por el Ministerio de Salud de la Nación donde se señalaron 14 puntos flacos en la gestión sanitaria local, proponiendo correcciones para mejorar la atención de la pandemia que, a su vez, fue replicado por el director del COE jujeño, Omar Gutiérrez. “Hubo un aporte de Nación pero no ha tenido el efecto que nosotros buscábamos, la verdad que la gente que ha venido no nos ha dado la solución que nosotros esperábamos en ese momento”, dijo.

La duda que hay en Juntos por el Cambio es cuánto está dispuesto a hacer Morales en temas ajenos a la lucha contra la pandemia para ayudar al Gobierno. ¿Buscará convencer a los líderes parlamentarios para que den quórum en la Cámara de Diputados para que el Frente de Todos pueda llevar al recinto la reforma de la Justicia? ¿Les pedirá a sus dos diputados que den el presente, a riesgo de quedar mal con su propio electorado en Jujuy y lesionando el futuro de su carrera política?

Una sola cosa se puede dar por segura. Morales es un dirigente pragmático que, antes que nada, lo que buscará es ganar tiempo, esperando que aflojen los contagios en su provincia y que el Gobierno encuentre otros aliados para llevar adelante su estrategia.

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