El artículo dos del Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento puso un freno a lo que podría haber sido un trámite exprés y consensuado en el Senado después del amplio apoyo que tuvo en Diputados. La llave para destrabar la ley la tiene en Olivos Alberto Fernández que debe convencer a Cristina Kirchner de la necesidad de permitir que accedan a sus beneficios las grandes compañías que se dedican a la venta on line, como Mercado Libre. Caso contrario, dicen en el Senado, tendrá que tomar la decisión política de dejar fuera a algunos jugadores y pagar el costo político pero darle finalmente un régimen de promoción a las pequeñas y medianas empresas que atraviesan un período de crisis y que pueden generar a futuro empleo y divisas.
La media sanción de la reforma a la Ley de Software, 27506, fue remitida de la cámara baja a la revisora, en este caso el Senado, con fecha 25 de junio. Su destino fueron las comisiones de Presupuesto y Hacienda, que preside el cordobés Carlos Caserio, y la de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión que preside Alfredo Luenzo. Las discusiones en el bloque del Frente de Todos frenaron el avance del régimen.
Los senadores de Juntos por el Cambio reclamaron en las últimas dos sesiones su tratamiento. En Diputados miran con asombro: la radical bonaerense Karina Banfi fue una de las encargadas de la oposición de consensuar el texto de la ley con el ministro de la Producción, Matías Kulfas, y con la subsecretaria de la Economía del Conocimiento, María Apólito. Cada modificación del proyecto se acordó.
Dos meses y cinco días después en la Cámara alta no hay información respecto al destino de una ley que no sólo generó un reclamo opositor sino malestar en el oficialismo. Según contaron a Infobae Caserio prometió a la oposición su pronto tratamiento pero hace un tiempo que viene pidiéndoles paciencia para avanzar.
Hay diferencias de fondo en la alianza opositora. De un lado el kirchnerismo, con varios senadores de La Cámpora rodeando a CFK, pusieron reparos a la inclusión en los beneficios de la ley de empresas con alto poderío económico. Del otro hay peronistas que piden apurar la ley para no seguir perjudicando a los pequeños y medianos empresarios del sector. En agenda no hay aún fecha para el dictamen en comisión. Ni reunión prevista.
Desde el final de diciembre no hay regulación para producción y postproducción audiovisual, incluidos los de formato digital; Biotecnología, bioeconomía, biología, bioquímica, microbiología, bioinformática, biología molecular, neurotecnología e ingeniería genética, geoingeniería y sus ensayos y análisis; Servicios geológicos; servicios profesionales de exportación, nanotecnología y nanociencia; industria aeroespacial y satelital, tecnologías espaciales y fabricación, puesta a punto, mantenimiento e introducción de bienes y servicios orientados a soluciones de automatización en la producción, entre muchos otros rubros que incluye la economía del conocimiento.
El último plenario de comisiones donde se debatieron posibles cambios fue el viernes 7 de agosto. “La idea es abrir el debate para que lo más rápido posible se pueda llegar a un texto consensuado”, prometió ese día Luenzo. Caserio por su parte apuntó a “sacar la mejor ley posible”. Y Martín Lousteau, de Juntos por el Cambio, pidió avanzar no sólo en los beneficios fiscales sino también en destrabar el desarrollo del sector que puede dinamizar una economía en crisis.
El régimen reemplaza la Ley 27.506 sancionada durante el gobierno anterior, también con consenso, y fija incentivos y mecanismos de promoción para la industria del conocimiento o software.
Según coinciden todas las fuentes consultadas, hay coincidencia en un 90% del texto pero internamente el oficialismo debate si permitir o no que accedan a esos beneficios empresas grandes. Se “atendible”, dicen quienes quieren avanzar con mayor velocidad pero aseguran también que en el freno a la discusión se perjudica a quienes necesitan la ley en forma urgente. En el Ministerio de la Producción además, acordaron con oficialistas y opositores de Diputados una reforma para el desarrollo de todos los jugadores con una mirada más económica que ideológica. Además de la necesidad de que generen empleo y que haya inversión. Es una discusión similar a la que tuvo la Ley de Teletrabajo y a la inversa de lo que reclama el Frente de Todos en Diputados donde esta semana buscan un rápido tratamiento para el auxilio impositivo y financiero al Turismo. La decisión es política.