Alberto Fernández convocó a un acto institucional para revelar los resultados de la negociación con los acreedores privados que llegarán este lunes a las seis de la mañana desde Londres. A esa hora está previsto que Martín Guzmán llame a la quinta de Olivos e informe al Presidente los resultados de una negociación con los bonistas de Wall Street que fue compleja, ardua y finalmente exitosa.
Horas más tarde, en el Museo del Bicentenario, habrá una presentación formal que iniciará Alberto Fernández y concluirá su ministro de Economía. Ya fueron invitados todos los gobernadores, el Gabinete Nacional y los diputados y senadores más poderosos del Frente de Todos.
En primera fila estarán Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, dos piezas clave en la negociación que diseñó Alberto Fernández y ejecutó Guzmán. Detrás del cortinado, CFK y Massa hicieron lo suyo para que la disputa financiera no terminara en default.
“El número que tenemos es muy bueno, pero esperemos el porcentaje final”, adelantó un integrante del Gobierno a prueba de desmentidas.
El acto oficial, previsto para las 4 de la tarde, iniciará con una presentación formal del Presidente. Su objetivo será repasar la negociación con los acreedores privados y adelantar sus pretensiones económicas y financieras ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“No vamos a aceptar un programa de ajuste. Vamos a negociar un plan que implique honrar las deudas y que nos permita crecer”, sintetizó Alberto Fernández en Olivos cuando se le preguntó sobre su conversación con Kristalina Georgieva, directora ejecutiva del FMI.
Argentina debe al Fondo Monetario Internacional cerca de 44.000 millones de dólares que vencen entre 2021 y 2023. Es imposible resolver esa deuda en dos años, por lo que la estrategia presidencial consiste en cumplir con los intereses que vencen, recibir partidas frescas y postergar el pago del capital hasta el 2024.
La directora gerente Georgieva y los países de la Unión Europea se muestran proclives a la hoja de ruta trazada por Alberto Fernández, pero la incógnita es Estados Unidos. El Presidente tiene una posición distante con Donald Trump y la Casa Blanca controla las acciones de Georgieva y el FMI. La clave es el resultado de las próximas elecciones norteamericanas: si Trump derrota a Joe Biden, todo será complejo y engorroso.
Además de hacer referencia al FMI y los fondos de inversión, Alberto Fernández ratificará su decisión de fortalecer el mercado de capitales. Los acreedores bajo legislación local recibieron el mismo trato que los bonistas de Wall Street y en Olivos también apuestan a un canje exitoso con los tenedores de títulos nacionales que Mauricio Macri reperfiló entre gallos y medianoche.
Cuando Alberto Fernández termine su introducción, Guzmán ocupará el centro del escenario para revelar los resultados de su negociación con los acreedores privados. El ministro de Economía hará un racconto de las conversaciones con los bonistas bajo legislación extranjera, explicará los porcentajes de adhesión obtenidos en cada serie de bonos -2005, 2010 y 2016- y presentará el número final de la quita obtenida a la actual deuda privada de 66.000 millones de dólares.
En el Museo del Bicentenario, Guzmán coronará un leading case. Por primera vez desde los acuerdos de Bretton Woods, un ministro de un país emergente fue apoyado por el FMI, avalado por un Papa, respaldado por la Unión Europea y escasamente condicionado por la Casa Blanca. Los acreedores privados son poderosos y forzaron un incremento constante de la oferta oficial, pero el resultado pareciera que fue exitoso e inédito.
El Presidente estuvo ayer con Guzmán, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la vice jefe de Gabinete, Cecilia Todesca, para ajustar los detalles de las medidas económicas post COVID-19 que se anunciarán esta semana. Se lo vio de excelente humor a Alberto Fernández, que ya tiene un adelanto de los niveles de adhesión al canje de los acreedores privados.
“Más de ochenta por ciento, menos de 100″, aseguró un ministro que vive en Olivos.
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