El empresario Damián Nevi (39) tiene el triste récord de haber estafado a dos gobiernos en plena pandemia con la venta de insumos médicos: primero a la Ciudad de Buenos Aires con 5 millones de barbijos y luego a la Provincia de Buenos Aires con 200 respiradores. En uno solo día cobró casi $130 millones, de los cuales solo se pudo recuperar menos de la mitad. Nevi está detenido desde mayo. La jueza penal Paula González lo procesó por los barbijos y ahora lo acaba de procesar por la operación de los respiradores. El procesamiento, con prisión preventiva, incluye un embargo de hasta $70 millones sobre los bienes de Nevi.
Pero el dinero todavía no se recuperó. La empresa Aeromedical cobró de la Provincia $124 millones y le pagó a Nevi un anticipo de $68.952.000, un 30% del total acordado. Como el contrato pasó a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la empresa tuvo que contratar un seguro de caución, que ahora deberá restituir el dinero.
“Hace pocos días se firmó un acuerdo entre Pacífico Compañía de Seguros y el gobierno de la Provincia”, confirmaron desde la empresa, que también perdió millones de pesos con la estafa. En tanto, fuentes del Ministerio de Salud bonaerense aseguraron que “en 30 días se pagará la primera cuota”. La Provincia también salió ampliamente perjudicada porque todavía no recibió el dinero y nunca pudo contar con los respiradores, un insumo básico para la pandemia.
La contratación de los respiradores se hizo efectiva el 2 de abril, a través de la orden de compra 05/20, por un total de 310 millones ($280 millones más IVA al 10,5%). Ese mismo día, Aeromedical subcontrató a Nevi, un comerciante que decía importar los respiradores desde China pese a las restricciones.
Las negociaciones habían arrancado unos días antes. Aeromedical no tenía stock suficiente y se contactó con una broker, Paula Fernández, quien trabajaba junto a Nevi. El 30 de marzo, Nevi y Fernández mandaron un presupuesto por 200 respiradores invasivos (para casos graves que necesitan intubación) de la marca General Electric, aunque luego quedó en claro que no tenían esos equipos.
El 2 de abril, Nevi cobró un cheque de $68.952.000. Doce días después, el empresario se volvió a contactar con el dueño de Aeromedical por WhatsApp. Se quejó de que el cheque había sido rechazado y amenazó con voltear la operación. Pese a las dificultades para operar con los bancos, los dueños de esa firma decidieron hacer una transferencia.
El dinero se transfirió a una cuenta personal de Nevi en el Banco Credicoop, la misma que utilizó para cobrar el anticipo de los barbijos. Al igual que en ese caso, donde llegó a inventar el robo de los camiones con la mercadería, Nevi comenzó a improvisar una serie de excusas.
El 11 de mayo, el comerciante fue hasta las oficinas de Aeromedical y aseguró que ya había importado 90 equipos y que los otros 110 estaban en camino desde Hong Kong. Una semana después, el dueño de Medinsumo terminaría detenido por el caso de los barbijos. Ambas causas tramitan en el Juzgado Criminal y Correccional 40, a cargo de la jueza Paula González.
Los 90 respiradores fueron secuestrados en el aeropuerto de Ezeiza y la magistrada acaba de ponerlos a disposición del gobierno de la provincia de Buenos Aires.
El contrato se rescindió formalmente el 2 de junio, tres meses después del acuerdo. Ese documento lleva la firma de María Victoria Anadon, Subsecretaría Técnica, Administrativa y Legal del Ministerio de Salud bonaerense. Pese a la estafa, la funcionaria intimó a la firma Aeromedical a restituir el anticipo, unos $112 millones ($124 millones sumando el IVA), en un plazo de siete días hábiles. Recién hace unos días, el seguro contratado por la empresa firmó un acuerdo con la administración bonaerense.
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