Con decenas de manifestantes que cortan la calle frente al Congreso, el Senado inició el debate por la reforma judicial que impulsa el presidente Alberto Fernández y que resiste la oposición de Juntos por el Cambio que anticiparon su voto en contra tanto en la cámara baja como en Diputados. El proyecto, una promesa de campaña del Presidente y que fue presentado el pasado 29 de julio, fue tratado en cinco reuniones de comisión por las que desfilaron, a una velocidad de 20 minutos cada uno, los 45 expositores entre los que se destacaron constitucionalistas, jueces, representantes de distintas asociaciones, fiscales y abogados.
La presidenta del Senado, Cristina Kirchner, abrió la sesión a las 14:36 y se prevé una extensa ronda de exposiciones, con 41 senadores anotados para hablar sobre el proyecto que apunta, entre otras cosas, a la ampliación del fuero federal con asiento en la ciudad de Buenos Aires y las provincias. Se especula con que la votación sería poco antes de la medianoche.
La Cámara alta trató en primer lugar dos proyectos de resolución para dejar sin efecto dos nombramientos de vocales titulares y suplentes en el Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público de la Defensa y la habitual autorización para la salida y entrada de tropas para ejercicios militares. Además, los legisladores renovaron la licencia sin goce de sueldo del senador Jorge Alperovich que tiene desde el 27 de septiembre de 2019 a raíz de una denuncia por violación y que ya tuvo una ratificación meses atrás. Esa licencia concluía el 2 de septiembre, por lo que el tucumano presentó un nuevo pedido de renovación hasta el 1 de enero de 2020.
En el comienzo del debate, la oficialista María de los Ángeles Sacnun afirmó que el proyecto busca el “fortalecimiento de la Justicia Federal en la ciudad de Buenos Aires y las provincias” y apunta a “la necesidad de recuperar la independencia de los jueces”. Además, Sacnun destacó que el oficialismo hizo “modificaciones” al proyecto para “mejorarlo”, y criticó a Juntos por el Cambio, al señalar: “Hemos visto una oposición cerrada que no pretendió generar ningún mejoramiento o cambio del proyecto, que no estaba cerrado, venía a ser debatido en el poder más democrático, que es el Congreso de la Nación”.
Por su parte, el senador de Juntos por el Cambio Esteban Bullrich sostuvo que el proyecto es una iniciativa “pergeñada en los sótanos de la democracia” y sostuvo que una medida de este tipo “demanda una participación muy amplia para construir un consenso general y eso no sucede aquí”. “Cuando uno ve una reforma pergeñada en los sótanos de la democracia uno tiene que sospechar y la obligación ante esa sospecha es rechazar este proyecto”, afirmó el senador opositor y agregó: “Queremos una reforma, sí, transparente, debatida y consensuada, no un engendro oscuro”.
En las cinco reuniones de comisión hubo duros cuestionamientos no solo de parte de los disertantes propuestos por la oposición sino también de los que llevó el oficialismo. Se dijo desde que el objetivo político del Gobierno es licuar el poder de los doce jueces federales de Comodoro Py a que la reforma carecía de la profundidad necesaria para garantizar la independencia del Poder Judicial.
Una vez más la sesión es virtual, por lo que el debate no debería extenderse por más de ocho horas aunque, según lo previsto, habrá muchos oradores de cada una de las bancadas que se distribuirán el tiempo disponible.
En este contexto, el Frente de Todos tiene quórum y mayoría propios, por lo que puede dar inicio a la sesión sin dificultad y lograr también la media sanción. Además, el protocolo de funcionamiento remoto está vigente, razones por las que Juntos por el Cambio aceptó participar de los debates aunque no presentó propuestas ni cambios al proyecto oficial.
En la previa hubo desde un intento del Presidente por abrir una vía de diálogo con la oposición a través de una charla telefónica con Horacio Rodríguez Larreta y una conversación personal con el senador porteño Martín Lousteau, hasta una declaración de la vicepresidenta Cristina Kirchner que dijo que no se trata de una reforma sino de un ordenamiento del sistema federal. Buscó a la vez minimizar el conflicto y reivindicó el diálogo parlamentario. Lo hizo justo después de que Rodríguez Larreta criticara la premura que se imprimió al debate parlamentario que hace llegar al recinto un proyecto de esta envergadura tras menos de tres semanas en comisión a pesar de las múltiples objeciones.
En rechazo a la iniciativa, Juntos por el Cambio convocó el 17 de agosto a una movilización, que el ex presidente Mauricio Macri celebró desde Europa mientras que Rodríguez Larreta tomaba distancia. Ayer comenzó una vigilia en los alrededores del Congreso pero la Policía de la Ciudad evitó la instalación de una carpa mientras daba marcha atrás con el operativo de seguridad tras un llamado de la vicepresidenta a Diego Santilli, vicejefe de Gobierno porteño. Un rato después de esa comunicación el vallado fue retirado.
En ese marco, Juntos por el Cambio aseguró que esa fuerza política no convoca al abrazo simbólico al Palacio Legislativo mientras en las redes se replicaba el hashtag #27ATodosAlCongreso y #27ATodosALaCalle.
El proyecto obtuvo dictamen favorable hace siete días en las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales. Después de la incorporación de algunos cambios solo estamparon su firma en forma digital los senadores del Frente de Todos.
Entre los puntos principales figura la unificación de los fueros Criminal y Correccional Federal y Penal Económico Nacional, que se denominará fuero Penal Federal con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En cambio se modificó la propuesta oficial y no se unificarán los fueros Civil y Comercial con el Contencioso Administrativo. Para ello habrá un tribunal específico.
La oposición resiste, como también lo hacen representantes de la Justicia, la duplicación de juzgados y la creación de otros nuevos. A los 23 juzgados del nuevo fuero penal se le sumarán otros 23 más cinco tribunales orales. Entonces quedarían 46 juzgados y 17 tribunales.
Más allá del intenso debate que se dará esta tarde en el Senado, el oficialismo no tendrá dificultades en avanzar. Sin embargo, en Diputados se anticipa un extenso debate, con largas sesiones en comisión. Juntos por el Cambio, Consenso Federal y los diputados que responden al gobernador Juan Schiaretti, entre otros, anticiparon su rechazo, lo que dificultaría –o directamente impediría– que el oficialismo logre quórum y los votos necesarios para convertir la reforma en ley. En ese contexto, el Frente de Todos buscará ganar tiempo en la Cámara baja para intentar negociaciones que destraben lo que por ahora parece un fracaso.
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