En un contexto de caída de las importaciones de 23% y de caída de las exportaciones del 11%, se concretó este lunes la segunda reunión del Gabinete de Comercio Exterior que tiene como objetivo generar las condiciones para que Argentina supere los 90 mil millones de dólares anuales de exportación, según el cálculo realizado por el canciller Felipe Solá, quien se puso como meta un aumento de 25 mil millones de dólares en relación al año pasado para sacar a la economía argentina del clásico ahogo de divisas que se provoca cada vez que vuelve a crecer.
En efecto, en 2015 las exportaciones se ubicaron en 56.784 mil millones de dólares y en 2019 en 65.116 millones, un aumento significativo aunque muy lejos del récord alcanzado en 2011, cuando llegaron a 82.981. Por eso el Ministro de Relaciones Exteriores asegura que “hay que aumentar las exportaciones para que la Argentina no vuelva a tener el clásico problema de angustia o estrechamiento en la balanza de pagos de manera que crece, necesita más dólares y no los tiene, entonces o se escapa el tipo de cambio o empieza el endeudamiento”.
El coordinador del encuentro que hoy se realizó en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y además de Solá participaron la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, el ministro de Economía, Martín Guzmán, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvareza, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié y el presidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce.
Al salir del encuentro que duró más de dos horas, y ante la consulta periodística, Solá dijo que “el gobierno lo que tiene es un plan económico que consistió en que las empresas no se cayeran, que los argentinos mantengan su trabajo, hacer un enorme esfuerzo fiscal y dio grandes resultados, incluso creemos que el déficit fiscal será menor al que se preveía y con un rebote de la economía argentina mayor al esperado”.
Por su lado, Basterra, declaró que “superar la restricción externa es un objetivo definitivamente prioritario para el Gobierno”. Y destacó la importancia de “mantener los marcos normativos para garantizar la producción agropecuaria y agregación de valor, como lo hizo el Gobierno al autolimitarse en el aumento de las retenciones” a la exportación agropecuaria. El objetivo es que “no salgan solo alimentos para animales, sino alimentos terminados para la población con gran capacidad de consumo”, agregó el funcionario.
En paralelo, el Presidente se mostró optimista al inaugurar la renovada estación ferroviaria Villa Rosa, en Pilar, y aseguró que “la economía argentina empezó a moverse”. “Más allá de lo que todos dicen, la actividad económica está por encima de la que se registraba en marzo pasado, antes de la pandemia”, insistió, volviendo a polemizar con Juntos por el Cambio.
El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) le presentó al Presidente, a la Vicepresidenta y a los ministros, en reuniones separadas que mantuvo durante las últimas semanas, su propio plan de desarrollo exportador para generar ingresos por exportación que superen los 100 mil millones de dólares y generar empleo genuino de 700 mil nuevos puestos de trabajo y logró un amplio respaldo del Gobierno.
José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadores Avícolas (CEPA) y Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de Aceiteros y del Centro de Exportadores (CIARA-CEC), mantuvieron el encuentro con Cristina Fernández de Kirchner en su despacho en el Senado, no solo se mostró a favor del programa sino que se puso a disposición para impulsar las medidas que figuran en el proyecto. Esa reunión fue el 30 de julio y diez días después, el 10 de agosto, se ponía en marcha el Gabinete de Comercio Exterior.
Mañana, el INDEC publicará el informe del mes de julio con los índices del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que se supone confirmará la tendencia negativa del comercio exterior argentino, a pesar de que la balanza comercial es altamente favorable, por la drástica caída de las importaciones. Todo indicaría que en julio hubo un saldo positivo de 1239 millones de dólares, aunque las exportaciones reflejarían una caída en su comparación interanual.
Para lograrlo, se busca a apelar a una estrategia “inteligente” de regulación de las compras externas, de modo de proteger los recursos e industrias locales, tal como lo viene planteando el equipo presidencial en distintos foros.
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