El impacto político de la marcha contra el gobierno nacional, cómo beneficio la gestión de la pandemia al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el complejo escenario de grieta que vuelve a divisarse en la política argentina, fueron algunos de los temas que trataron cuatro analistas políticos en una nueva edición del ciclo de videoconferencias on line DebatiKon para “analizar y pensar ideas políticas para la Argentina”. Del encuentro participaron Raúl Aragón, Raúl Timerman, Pablo Romá y Federico González.
El primero en dar su mirada fue Aragón, quien hizo hincapié en lo que sucedió el lunes cuando miles de personas se volcaron a la calle para manifestarse en contra del gobierno nacional. Lo hicieron con consignas en contra de la extensión de la cuarentena y la reforma judicial. Durante la videoconferencia consideró que quienes salieron son parte de “expresiones minoritarias” que “tienen una posibilidad mediática por encima de la representatividad social que tienen” y que logran que en “el imaginario colectivo se construya una representación que le da un volumen que en verdad no tiene”.
Por otra parte señaló que lo que se vio el lunes “se trató de una confrontación de dos minorías” y de la “grieta que hay en la oposición”, en referencia a que hubo referentes del PRO, como Horacio Rodríguez Larreta, que expresaron su desacuerdo con la realización de la marcha en el medio de la cuarentena. “Es una grieta que recién ahora estamos viendo mejor” y que, según estimó, “volverá a quedar reflejada en las negociaciones por la conformación de las listas para las elecciones del año que viene”.
“¿Cuánto tiempo se puede sostener una coalición de este tipo? Con características tan contradictorias en su interior. ¿Por cuánto tiempo pueden mantener esa unidad como fuerza política?”, se preguntó. Acto seguido, volvió a hacer referencia a la marcha. “Vimos una expresión del odio. Del otro lado también hay una expresión similar del odio. Los argentinos, en su gran mayoría, buscamos un acuerdo pragmático para que la dirigencia que tenemos saque adelante el país”, reflexionó.
Por último, afirmó: “Necesitamos una oposición que no se fragmente y opere sin odio, una renovación dirigencial y un sistema político que no integre el odio. Este sistema político está fracasando”.
Luego fue el turno de Romá, que aseguró que “la marcha fue absolutamente política” porque tuvo como objetivo “poner un límite a una acción del Gobierno que es la reforma judicial”. También explicó que en la movilización “hubo una disparidad discursiva” y que “la oposición está generando los límites para evitar que avance la gestión de gobierno y lo que ven como el populismo”.
Además, señaló que “la reforma judicial fue el elemento central de la manifestación y jugó un peso muy importante” y advirtió que “la oposición tiene en claro el objetivo de limitar y desgastar al gobierno”. “Esa es la agenda opositora”, remarcó. En cambio, explicó, “del lado del Gobierno la agenda es contener a los sectores populares y mantener la alianza”.
Para Romá, el Gobierno tuvo “una reacción equivocada” con respecto a la marcha del lunes. “Frente a una cuestión política, el Gobierno reacciona con una cuestión sanitaria y hace hincapié en la posibilidad de que se generen contagios. Yo creo que a una acción política hay que responderle con otra acción política”, sostuvo. Y agregó: “Hubo un error de diagnóstico de lo que significaba la marcha”.
En tanto, afirmó que en la actualidad “el Gobierno no tiene consignas para reivindicar” y que “debe tomar una iniciativa política más clara”. Luego explicó que la imagen positiva de Alberto Fernández cayó 20 puntos y lo relacionó con que “el Presidente perdió el entusiasmo que había generado durante la campaña”. En ese sentido, consideró que el oficialismo “tiene como tarea pendiente generar entusiasmo” aunque reconoció que “la crisis sanitaria lo ha condicionado mucho”.
El tercero en hablar fue González. El consultor apuntó sobre la polarización como estrategia política y el arma de doble filo que implica la construcción de un enemigo. “Hay un momento donde los oficialismos adoptan una estrategia errónea. La oposición ve que hay un lugar para decir ‘acá estoy’ y el oficialismo responde mal”, sostuvo, al tiempo que destacó que “todos tienen derecho a defender lo propio y revindicar lo que están haciendo”.
“Cuando la situación se pone en clave grieta, la cosa se pone complicada, porque se da la escalada simétrica. Uno hace algo, el otro lo interpreta, quizás bien o en forma exagerada, y redobla la apuesta. El otro hace lo mismo y cuando nos queremos acordar estamos en un clima de mucha virulencia”, precisó.
En esa misma línea argumental explicó que “el problema es que cuando Alberto Fernández se parece más a Cristina, pierde los votos que pudo sumar en las últimas elecciones” y dijo estar convencido de que “la estrategia del Gobierno de redoblar la apuesta es piantavotos”. Y agregó: “Forma parte de la esencia de la grieta decir que el otro es tonto o es malo”.
Por último contó que realizó tres encuestas en los últimos meses en las que hizo la misma pregunta: ¿A quién votaría si las elecciones fueran hoy? En el primer lugar aparece siempre Alberto Fernández, en el segundo Horacio Rodríguez Larreta, en un tercer puesto, con mucha distancia, aparece Cristina Kirchner, y finalmente, en el cuarto puesto está Mauricio Macri. En ese sentido, reflexionó: “Es una muestra que la moderación, la tendencia hacia el centro es lo que más votos suma. Las posiciones extremas son piantavotos”.
Y cerró: “En este momento para el Gobierno la estrategia de doblegar la marcha, degradarla o ningunearla es, desde el punto de vista de la pragmática de la política, una mala política. Puede tener un efecto bumeran”.
El último en exponer ante los presentes fue Timerman. “El trío cuarentena (Rodríguez Larreta, Kicillof y Fernández) tuvo siete funciones. Aparecieron en televisión siete veces entre el 8 de mayo y el 14 de agosto. La única línea ascendente es la que le corresponde a Larreta, que tiene una imagen positiva por encima de Alberto Fernández. El Presidente había llegado a 75%, o al 80% en abril. A partir de ese día y hasta ahora descendió; bajó 20 puntos la imagen positiva del Presidente”
Y remarcó: “El beneficiado en este período es Larreta. Porque aguanta los embates del ala dura del PRO. Porque se vio favorecido por eso por la moderación. Es hasta revolucionaria la moderación. Y el Presidente aguantó bien la situación porque fue un moderador y Larreta se benefició”.
El analista político detalló que “desde el 20 de junio la imagen negativa de Cristina Kirchner subió cinco puntos y la positiva decreció. En ningún momento, en toda esta pandemia, hizo reflexiones alrededor de la cuestión sanitaria. La gente lo vive como un desinterés de parte de ella. Hay 15 puntos entre su imagen negativa y positiva”.
Por último, completó: “La pandemia tiene reglas propias. Lo que podemos hacer es identificarlas. Ha sido bueno eso. La política de moderación de Alberto Fernández no fue la de España, Italia o Reino Unido. La política de moderación ha sido beneficiosa para el país”.
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