Cristina Fernández de Kirchner maneja los tiempos políticos y legislativos de la Cámara de Senadores, y con la mayoría que detenta la banca oficialista no hay obstáculo a la vista que pueda frenar su decisión de aprobar la Reforma Judicial y empujar hacia afuera de la Cámara Federal porteña a los jueces Bruglia y Bertuzzi, que hace menos de un año ratificaron el procesamiento y la prisión preventiva de la vicepresidente en un caso de presunta corrupción pública.
Un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia se reunirá hoy en la Cámara de Senadores para aprobar un dictamen por la mayoría que avalará in totum el proyecto de Reforma Judicial enviado por Alberto Fernández. Esta iniciativa oficialista apunta a licuar el poder real de Comodoro Py y nombrar 23 nuevos jueces federales durante la actual administración peronista.
La oposición liderada por Cambiemos rechazó la Reforma Judicial y propuso al Presidente postergar su tratamiento hasta lograr un proyecto consensuado. Alberto Fernández y CFK contestaron con una clase legislativa de realpolitik: hoy el oficialismo emitirá dictamen para tratar la iniciativa antes que concluya agosto.
Al Presidente y su vicepresidente poco les importó el masivo banderazo que ocupó las calles de las principales ciudades de la Argentina para protestar en contra de la Reforma judicial, la cuarentena y la crisis económica.
Pero la ofensiva política de Alberto Fernández y Cristina no terminará en el recinto del Senado. Su intención es cerrar un acuerdo parlamentario con ciertos bloques minúsculos de la oposición en Diputados, y lograr la sanción definitiva de la Reforma Judicial antes que concluya octubre.
Será una negociación costosa entre Balcarce 50 y determinadas bancadas opositoras ante la negativa de Cambiemos de habilitar sesiones virtuales hasta consensuar una agenda común. Roberto Lavagna ayer anticipó que su bloque no apoyará la iniciativa oficial, y ya quedan pocos diputados que acepten dar quórum o votar por un proyecto que es rechazado por la mitad de la opinión pública.
Tras decidir que hoy habrá dictamen mayoritario a favor de la Reforma judicial, el bloque oficialista reunió a las comisiones de Asuntos Constitucionales y Acuerdos para tratar la estabilidad institucional de un amparo dictado a favor de los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, que están bajo fuego del kirchnerismo por haber confirmado el procesamiento y la prisión preventiva de CFK en un caso de presunta corrupción pública.
Bruglia y Bertuzzi son camaristas federales que fueron trasladados desde el Tribunal Oral Federal 4 (TOF4), en un movimiento administrativo horizontal que fue avalado por la Corte Suprema en su acordada 7/2018. De esta manera, Bruglia y Bertuzzi no tienen que someterse -nuevamente- a los requisitos del artículo 99 inciso 4 de la Constitución Nacional, que establece una propuesta realizada por el Consejo de la Magistratura, el respaldo del Poder Ejecutivo y la aprobación del Senado con mayoría simple.
Alberto Fernández y Cristina Fernández consideran que Bruglia y Bertuzzi están violando el artículo 99 inciso 4 de la Constitución y con la mayoría propia en el Senado pretenden desalojar a los camaristas federales y enviarlos -sin escalas- al TOF 4. En este contexto, Bruglia y Bertuzzi lograron un amparo que prohíbe a la Cámara Alta tratar sus pliegos hasta nuevo aviso.
La bancada oficialista consideró ayer que el amparo estaba mal otorgado, sugirió que podía iniciarse juicio político a la magistrada Alejandra Biotti por proteger los derechos de Bruglia y Bertuzzi, y exhibió una mirada muy subjetiva de ciertas acordadas de la Corte Suprema. En esta faena, destacó el senador oficialista Juan Pais.
Al terminar el debate acerca de la estabilidad jurídica del amparo otorgado a Bruglia y Bertuzzi, la bancada peronista decidió apoyar un proyecto de Resolución que desobedece la cautelar dictada por la jueza Biotti. Se trata de una posición política que conduce a un choque de poderes con la Justicia.
Ocurrirá la semana próxima, cuando los senadores peronistas voten en contra del amparo de Biotti y exijan que Bruglia y Bertuzzi abandonen sus despachos en la Cámara Federal. Huele a Déjà vu : antes fueron las vacas, ahora los jueces.
Seguí leyendo: