Tras casi tres horas de discusión, y veinticuatro horas después de que la oposición le pidiera públicamente a Alberto Fernández que retirara el proyecto, el kirchnerismo consiguió esta tarde en el Senado dictamen de mayoría por la reforma judicial y buscará darle media sanción la semana próxima sin el acompañamiento de Juntos por el Cambio, que adelantó que rechaza de cuajo la iniciativa y que no buscará introducir modificaciones.
“Lo que quedó demostrado en estos quince días es que ustedes avanzan en soledad. Avanzar en soledad y redoblar la apuesta. Por estas consideraciones rechazamos el proyecto”, resaltó el jefe del interbloque opositor, el radical Luis Naidenoff, antes de que finalizara el debate virtual, que transcurrió sin mayores sobresaltos.
A pesar de la marcha del lunes, que concentró buena parte de las múltiples consignas en el proyecto en discusión, el Gobierno aceleró en los últimos días el debate y tras el cuarto intermedio de este martes, después de la exposición de más una quincena de especialistas, obtuvo ayer miércoles el dictamen en el plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales, por lo que se encamina a tener la media sanción la semana próxima: Cristina Kirchner pretende hacer valer su hegemonía parlamentaria.
“Cualquier cosa que plantea el gobierno dicen que no es oportuno, conveniente o necesario. Esta es una buena reforma. No pierdo la esperanza de que la oposición cambie”, remarcó sobre el cierre del plenario José Mayans, jefe de la bancada oficialista, cuando las cartas ya estaban echadas desde hacía rato.
Al inicio de la discusión, la coalición opositora ya había adelantado que no acompañaría el proyecto, que entre otras cuestiones apunta a diluir los tribunales federales porteños de Comodoro Py -unifica el fuero criminal correcional con el penal económico- y que ni siquiera buscaría introducir modificaciones, a pesar de que el Frente de Todos buscó mostrarse conciliador. Desde la tropa K incluso celebraron algunos cambios, como la no unificación del fuero contencioso y civil comercial.
“Más allá de que nuestro bloque no vaya a proponer modificaciones y que vayamos por el rechazo, sí queremos saber qué está firmando la comisión y qué despacho se va a circular”, adelantó Laura Rodríguez Machado, vicepresidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales que encabeza María de los Ángeles Sacnun. Rodríguez Machado pidió además saber si había cambios en los “279 cargos” creados por la iniciativa. Y Esteban Bullrich se lamentó porque el texto no pasó por Presupuesto: Sacnun informó al comienzo que, en teoría, el costo de la reforma es de unos $1.900 millones. Así lo subrayó la senadora en base a un informe de la ministra Marcela Losardo.
Pasadas las 20.30, desde la oposición remarcaban que todavía no tenían notificación del despacho de comisión. “No hemos logrado ningún senador de la oposición ver qué es lo que se ha firmado y ver cuáles son las modificaciones concretas sobre el texto”, aseguró a este medio Rodríguez Machado entrada la noche.
“¿Tenemos voluntad de modificar y escuchar? No, no hay voluntad. Hemos hecho un maquillaje al proyecto en el dictamen. Y vamos a avanzar pero nosotros no vamos a acompañar. No sería responsable”, remarcó, por su parte, la senadora Silvia Giacoppo.
El Presidente y Cristina Kirchner descontaban de antemano que conseguirían dictamen a última hora de la tarde, y la posición de rechazo de Juntos por el Cambio ya era harto conocida. Ayer, tras una reunión virtual que contó con la participación europea de Mauricio Macri -de viaje por Suiza-, la coalición opositora hizo pública una carta dirigida a Alberto Fernández en la que le pidieron que retirara la iniciativa del Congreso y enfocara sus esfuerzos en la administración de la pandemia.
Para la oposición, el proyecto de reforma -que el Presidente presentó en Casa Rosada el miércoles 29 de julio-, la comisión de especialistas que estudiará el trabajo de la Corte Suprema -en la que sobresale Carlos Beraldi, abogado penalista de CFK-, el intento por desplazar al procurador interino Eduardo Casal y la revisión de los traslados de jueces durante la administración anterior, en la que ayer avanzó el Frente de Todos, forman parte de un mismo combo.
“Es un proyecto de intervención de la Justicia. Como en Vicentin trataban de intervenir para hacerse cargo y después dieron marcha atrás, acá están tratando de intervenir en la Justicia, por eso nos oponemos al proyecto”, cargó Silvia Elías de Pérez.
No solo el Gobierno hizo oídos sordos, como era previsible, y el jefe de Estado dio vía libre para avanzar tras el almuerzo que compartió ayer en Olivos junto a Santiago Cafiero, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro, Axel Kicillof y un grupo de intendentes del Gran Buenos Aires, donde se hizo un minucioso análisis de las protestas del feriado con epicentro en los principales centros urbanos.
Si no que algunos de los senadores del oficialismo aprovecharon el debate de hoy para machacar en las internas de Juntos por el Cambio, que volvieron a generar ruido tras la ausencia de Horacio Rodríguez Larreta en el Zoom de este martes, el día después de las protestas, de las que el jefe de Gobierno buscó desentenderse, y que fueron festejadas por el sector más duro de la oposición.
“Veo que hay problemas de conducción, no se quién es (el líder), si es Macri... Por ejemplo, Rodríguez Larreta no estaba de acuerdo con este movimiento del 17 de agosto. Y otra gente también está en desacuerdo por la dimensión que ha tomado la pandemia. Están trabajando juntos el Presidente, Rodríguez Larreta, el gobernador, en un tema tan serio”, azuzó Mayans, que se refirió al traspaso de la Justicia nacional a la órbita de la Ciudad, un tema que el jefe de la Ciudad negocia en paralelo con la Casa Rosada.
Para el jefe de Gobierno se plantea en ese sentido un dilema en el horizonte. Como en los anteriores anuncios, hacia finales de la próxima semana debería volver a mostrarse junto al Presidente y el gobernador bonaerense para comunicar cómo sigue el aislamiento en torno a la crisis por el coronavirus, horas después de que la Casa Rosada consiguiera eventualmente la media sanción del proyecto de reforma de la Justicia.
Guillermo Snopek, del oficialismo, había sido el primero en poner el dedo en la llaga de la interna opositora. “¿Quién es la oposición? “¿Macri, (Patricia) Bullrich, Emilio Monzó, (Elisa) Carrió? Incluso han desplazado de la cúpula a María Eugenia Vidal...”, tiró el senador jujeño, que está enfrentado a su cuñado, el gobernador Gerardo Morales.
El avance de la reforma judicial, que vuelve a radicalizar el vínculo entre el Gobierno y Juntos por el Cambio, se da justo cinco meses después de la foto entre el oficialismo y los principales líderes opositores en Casa Rosada, horas antes de que Alberto Fernández decretara por primera vez el aislamiento social y preventivo. “Presidente, usted es el comandante en esta batalla, somos uno solo en esta pandemia”, dijo en aquel momento Mario Negri, uno de los firmantes de la carta de ayer en la que solicitaron al jefe de Estado el retiro del proyecto.
Por estas horas, el Frente de Todos buscaba negociar con un sector del PJ federal los votos en Diputados que todavía le faltan al Gobierno. Es una incógnita, tras la media sanción que buscará la Casa Rosada la semana que viene, el destino de la reforma en la Cámara baja.
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