Dos horas después de que hiciera público su apoyo a la multitudinaria manifestación de este lunes, el Gobierno salió a responderle oficialmente a Mauricio Macri, que desde Suiza ordenó a media mañana a sus colaboradores que subieran a su cuenta de Twitter una contundente adhesión a la convocatoria.
“Orgulloso de los miles de argentinos que salieron ayer para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al respeto y a la libertad”, había resaltado el ex presidente en las redes sociales minutos antes de las 11 de la mañana, en línea con el sector más radicalizado del PRO, encabezado por Patricia Bullrich, que adhirió a las protestas de este lunes que tuvieron epicentro en la ciudad de Buenos Aires y en los principales centros urbanos del interior y con múltiples consignas contra la Casa Rosada. Una de ellas, el rechazo a la reforma judicial que impulsa el Frente de Todos y que tramita con celeridad en el Senado.
Al igual que este lunes, uno de los encargados de contrarrestar al discurso opositor fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que a través de Twitter respondió a Macri pasado al mediodía de ayer, en duros términos.
“Expresidente aunque esté en Suiza no puede desconocer la irresponsabilidad que significa fomentar y alentar una marcha en plena pandemia. Esos hospitales públicos que usted desfinanció se merecen que todos seamos responsables, mucho más los dirigentes”, escribió el ministro coordinador en las redes sociales.
De manera coordinada, con escasos minutos de diferencia, lo siguió el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. “Irresponsable como presidente, irresponsable como opositor. Siempre Mauricio es Macri”, escribió el funcionario también en su cuenta de Twitter, con igual o más dureza que el jefe de Gabinete.
Una señal de que, lejos de apaciguar el enardecido humor político que atraviesa al oficialismo y a un sector relevante de la oposición desde hace semanas, el Gobierno está dispuesto a redoblar la apuesta.
Este martes, de hecho, el Frente de Todos buscará avanzar en el Senado, donde Cristina Kirchner hace valer su hegemonía parlamentaria, con el proyecto de reforma judicial que Juntos por el Cambio volvió a rechazar de forma oficial esta tarde a través de una carta dirigida a Alberto Fernández, en la que le solicitaron “que tenga a bien retirar” la iniciativa.
En esa línea, el Gobierno podría tener hoy mismo dictamen de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia tras la exposición de 16 especialistas. De ser así, el Frente de Todos buscaría llevar el proyecto al recinto antes de fin de mes, lo que exacerbaría aún más el clima caldeado con la oposición.
En paralelo, tras la convocatoria de este lunes cuyas consignas estuvieron centradas, en buena medida, en las iniciativas judiciales impulsadas por la Casa Rosada, el kirchnerismo intentará tratar en la Cámara alta un proyecto de resolución para desconocer el amparo que protege a los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, apuntados por el oficialismo. El bloque K considera que Bruglia y Bertuzzi están violando la Constitución Nacional al ocupar sus cargos en la Cámara Federal, y sostiene que el amparo es sólo un artilugio jurídico sin sostén normativo.
La estrategia de la Casa Rosada consiste desde ayer en desacreditar las manifestaciones que se multiplicaron en los principales centros urbanos del país y ligarla a la “irresponsabilidad” de la oposición por alentarla en plena pandemia.
Cafiero incluso pidió “perdón” a los médicos por no poder desalentar las convocatorias mientras los manifestantes todavía agitaban sus banderas en el Obelisco, frente a la quinta de Olivos o en las puertas del departamento de Cristina Kirchner.
Es decir, soslayar el impacto político y mediático de las protestas en plena cuarentena, atarlo al sector más duro de la oposición y seguir adelante con el plan de gobierno, que en medio de la pandemia tiene a la reforma judicial como uno de sus principales objetivos.
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