El ex ministro de Educación de la gestión de Mauricio Macri, Alejandro Finocchiaro, acusó al sindicato de docentes Ctera de oponerse a que los chicos que no tienen acceso a Internet puedan regresar a clases, tal como había anunciado este viernes el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En una carta difundida a través de las redes sociales, y titulada irónicamente en lenguaje inclusivo “Les vagues de Ctera”, el ex funcionario del macrismo aseguró que se trata del mismo gremio que impide que vuelvan las clases en algunas zonas de la provincia de Buenos Aires “donde con los debidos protocolos los chicos podrían retomar los lazos con la escuela”.
En la conferencia de prensa de este viernes, el jefe de Gobierno porteño había adelantado que en la ciudad había al menos 5.100 chicos del sistema público que no pudieron conectarse de manera virtual.
“A ellos vamos ir a buscarlos casa por casa para revincularlos. El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y la ministra de la Ciudad, Soledad Acuña, acordaron la posibilidad de abrir escuelas para estos chicos con problemas de conectividad. Allí van a poder acceder a una computadora, por turnos y siguiendo los protocolos sanitarios”, dijo Larreta, aunque no confirmó fecha de inicio.
Finocchiaro denunció que son los dirigentes de Ctera los que se oponen a ese plan del Gobierno y aseguró que los funcionarios del Ministerio “les tienen pánico”. “Salvo q Ctera maneja el Ministerio. Ahí lo entiendo...”, escribió en Twitter.
El ex ministro también apuntó contra la forma en que los sindicatos docentes negociaron los salarios durante la gestión anterior. “Son los mismos que hicieron una incontable cantidad de paros por la supuesta paritaria nacional. Y ahora que son gobierno y la han restituido obtuvieron 0% de aumento para los docentes”, dijo y denunció que antes de la pandemia también “aceptaron que el Gobernador Kiciloff no les pagara a los maestros un aumento acordado en la paritaria anterior”.
A su vez, aseguró que el sindicato que conduce Sonia Alesso es “parte del Gobierno nacional” y que los funcionarios del Gabinete de Alberto Fernández “entran en pánico cuando (los gremialistas) alzan la voz”.
“Se quieren parecer a Agustín Tosco, pero al final son Casildo Herrera”, dijo con sarcasmo en referencia al dirigente de izquierda que encabezó las protestas durante el Cordobazo y al fallecido secretario de la CGT que, en 1976, ante el golpe militar, huyó a Uruguay. Su frase “yo me borré” se volvió tristemente célebre.
Y continuó: “Son los mismos que, bajo la pátina de un falso progresismo, conforman la principal causa de la decadencia de la Educación Pública. Representan la resistencia a todos los cambios que nuestros chicos necesitan para tener la posibilidad de alcanzar una vida plena y digna”.
Según Alejandro Finocchiaro, los líderes del sindicato son conservadores de sus “privilegios sectoriales y partidarios”.
“Encarnan el statu quo que impide, permanentemente, toda innovación. Son la inercia que detiene el tránsito hacia un futuro en libertad”, concluyó.
Ayer, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, se refirió a la propuesta del regreso físico a las escuelas desde el 7 de septiembre que recibió por parte del gobierno porteño y consideró que “no están dadas las condiciones epidemiológicas” para la vuelta presencial a las clases.
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