El presidente Alberto Fernández se reunieron en la Quinta de Olivos con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodíguez Larreta, para definir cómo será la próxima etapa de la cuarentena en el AMBA. El encuentro se llevó a cabo luego de que los infectólogos que asesoran al jefe de Estado le recomendaran no hablar más de cuarentena, sino de distancia social, debido a la baja abrupta en el cumplimiento de la medida en las últimas semanas. El aislamiento no se cumple pese al mensaje gubernamental y las explicaciones permanentes sobre la necesidad de quedarse en los hogares ya que es la única forma de luchar contra el virus.
En la tarde de este miércoles Kicillof y Rodríguez Larreta se reunieron en la sede del gobierno porteño, en Parque Patricios, para intentar llegar a un acuerdo sobre cómo seguir en los próximos días. Ambos coinciden en que las decisiones en el AMBA tienen que ser coordinadas y que se debe medir el impacto de cada apertura en lo que respecta al aumento de circulación que genere. Cada uno expuso su postura durante dos horas y media, pero no hubo acuerdo. Cuando se levantaron de los sillones, después de una charla amena, estaban en un punto similar al que estaban en el inicio del encuentro.
Ayer Kicillof volvió a insistir en la idea de hay que mantener la cuarentena estricta en el Conurbano y que lo mejor es que en la ciudad no abran más actividades. Teme que por una flexibilización aumenten los contagios y el sistema de salud porteño no pueda contenerlos. Si eso sucediera, los hospitales no tendrían capacidad de atención y generaría que los pacientes que no puedan ser atendidos tengan que ser derivados a centros de salud del Conurbano. Esa es la preocupación del gobierno bonaerense. Siempre enfocada en que el sistema no colapse de un momento al otro.
Por la mañana tuvo una videollamada con los intendentes del Conurbano, tanto oficialistas como opositores, en la que se mostró preocupado por los datos estadísticos de la Ciudad de Buenos Aires. Les dijo a los jefes comunales que el sistema de salud porteño aún no colapsó gracias a las últimas 150 camas que agregaron, pero que está al límite. La comparación con la ciudad fue permanente. La preocupación del gobernador reside en el efecto dominó de los contagios y, a la vez, de la ocupación de camas y la atención de pacientes.
También les informó los datos epidemiológicos de la provincia. Los mismos que llevará a la reunión de esta tarde. Tienen el 64% de las camas ocupadas y el promedio de ocupación de las camas de Terapia Intensiva es de 10 por día. “Si esa ocupación continúa de manera lineal, en 50 días se va a saturar el sistema”, les explicó. Luego, les dio un dato poco alentador y doloroso: el 25% de los fallecidos son menores de 60 años.
Más tarde Kicillof tuvo una videoconferencia con los especialistas que lo asesoran desde que comenzó la pandemia. Los expertos hicieron hincapié en continuar impulsando el uso de tapabocas, el distanciamiento físico y controlar la circulación, ante el crecimiento de los casos. También destacaron la importancia de la detección temprana de los contactos estrechos para evitar contagios y el aislamiento inmediato de los casos sospechosos. Todos asumen que el cumplimiento de la cuarentena no es el que esperaban. El paso del tiempo ha desgastado el recurso.
Rodríguez Larreta insistió en la apertura de actividades. En primer lugar pondrá sobre la mesa su intención de abrir locales comerciales en Retiro, Once, Constitución y avenida Avellaneda. Si bien no lo explicitan en el gobierno porteño, saben que la cuarentena se terminó en esos lugares. Los comerciantes abrieron sus puertas aunque no están habilitados para hacerlo. El contrato social se rompió y, a la par, los negocios comenzaron a abrir. Un día normal, esos puntos de la Ciudad de Buenos Aires tienen un nivel de movimiento que no se condice con el que exige el Decreto de Necesidad y Urgencia impuesto por el Gobierno.
El jefe de Gobierno porteño también le pedió a Fernández habilitar deportes individuales. El ‘ok’ final lo da Jefatura de Gabinete, pero el acuerdo político es con el Presidente. Rodríguez Larreta quiere habilitar el tenis, el golf, el automovilismo y el turf. Anoche el ministro de Salud, Ginés González García, dijo que “el riesgo de contagio en un deporte individual, de un tipo solo, es mínimo”. En declaraciones al canal TN, sostuvo que, hasta el momento, no fueron habilitados “porque no lo pidieron” cada una de las asociaciones que representan esos deportes. Con ese respaldo inesperado, Rodríguez Larreta espera que lo dejen avanzar con la habilitación de los deportes individuales.
También solicitó el regreso de algunas de las profesiones independientes que aún no volvieron. Es el caso de los arquitectos y los ingenieros. Propondrán el mismo esquema con el que empezaron otras profesiones. Que puedan ir una vez por semana a sus oficinas. Cada paso hacia adelante construye la nueva normalidad y en la ciudad entienden que es necesario ir flexibilizando actividades si los datos epidemiológicos lo permiten.
En el territorio porteño los números acompañan aunque no dejan de ser preocupantes. Los contagios están estacionados entre los 1.100 y 1.400 desde hace algunas semanas. La meseta es alta pero es meseta al fin. No se dispararon los contagios. En la Capital Federal están ocupadas el 66% de las camas de Terapia Intensiva del sector público y el 72% del sector privado. En el gobierno porteño son prudentes pero, según los datos epidemiológicos que manejan, la curva comenzaría a bajar en dos semanas. El límite por el que se mueven es muy fino.
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