Más allá del acuerdo final que hubo entre privados y el Estado argentino para llegar al desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 que anunció el presidente Alberto Fernández, el rol de la diplomacia británica fue sustancial en la participación de la Argentina para el proyecto de la Universidad de Oxford bajo dos directrices centrales: que la vacuna sea accesible y equitativa para la población.
El embajador de Gran Bretaña en la Argentina, Mark Kent se mostró “muy complacido” tras el anuncio del gobierno argentino para comenzar a producir la vacuna que están desarrollando la Universidad de Oxford y la empresa británica AstraZeneca.
“Necesitamos un esfuerzo verdaderamente global para enfrentar a esta pandemia, porque ningún país podrá hacerlo por sí solo. Y este es un ejemplo del tipo de cooperación que se requiere en estos momentos”, dijo Kent.
En rigor, sus palabras no fueron meros gestos complacientes de la diplomacia sino que responden a un arduo trabajo previo que realizó la diplomacia británica con la Argentina para llegar a este resultado que hoy se dio a conocer.
En primer lugar, este proyecto entre la Universidad de Oxford y la empresa británica AstraZeneca recibió 84 millones de libras (unos USD 100 millones) del gobierno británico para ayudar a acelerar el desarrollo de la vacuna.
El ministro de Negocios del Reino Unido, Alok Sharma, había expresado el 20 de julio pasado que los resultados de la vacuna eran extremadamente alentadores y “nos llevan un paso más cerca de encontrar una vacuna exitosa para proteger a millones en el Reino Unido y en todo el mundo”.
A la vez, el embajador británico Mark Kent remarcó que eso forma parte de “otros esfuerzos que está haciendo el Reino Unido” para impulsar la cooperación internacional en la lucha contra el COVID-19.
Por lo pronto, en esos esfuerzos que hizo el Reino Unido y que dio lugar a la participación de la Argentina se encuentra la Cumbre Global de Vacunas, que organizó Londres a comienzos de junio. Por invitación del primer ministro británico, Boris Johnson, allí participó el ministro de Salud, Ginés González García, junto con otros ministros de 30 países.
El primer ministro británico nunca dialogó de este tema con Alberto Fernández. Sólo se supo que hubo muy buen diálogo en todo este tiempo entre embajador Kent y el canciller Felipe Solá a la vez que el designado embajador argentino en Londres, Javier Figueroa.
De hecho, el diplomático argentino que, aún se encuentra en su misión en Cuba, hoy se mostraba exultante porque este acuerdo le permitirá llegar a Gran Bretaña con una buena noticia de cooperación entre países bajo el brazo en medio de la diplomacia signada por los embates del reclamo de soberanía de la Argentina sobre las islas Malvinas.
Según pudo saber Infobae de fuentes del Foreign Office, en esa cumbre se habló claramente de la necesidad de dar con una vacuna contra el COVID-19 que sea con fines de “equidad y accesibilidad” para todo el mundo, un mandato que la Argentina compartió abiertamente.
En esa misma cumbre se recaudaron 8.800 millones de dólares de 32 gobiernos donantes y 12 fundaciones, corporaciones y organizaciones para el desarrollo de estudios científicos destinados a desarrollar no sólo la vacuna contra el COVID-19 sino contra otras enfermedades. Pero la Argentina no aportó en esa cumbre ni un centavo aunque ofreció su tecnología y sus científicos en los distintos proyectos allí analizados.
Otro de los eslabones donde la diplomacia británica dio lugar al gobierno argentino para avanzar en el diálogo internacional de científicos por encontrar una solución a la vacuna contra el COVID-19 fue en el seminario virtual que Gran Bretaña organizó junto a México la semana pasada.
En ese contexto se discutió cómo garantizar el acceso equitativo a las vacunas, los tratamientos y los tests de coronavirus en América Latina. Allí también participó activamente el ministro Ginés González García y se empezaba a cerrar el círculo de lo que hoy se dio a conocer en el acuerdo de la Universidad de Oxford con el laboratorio británico con asiento en Buenos Aires Astra Zeneca.
“Ambos eventos contaron con la participación de la Argentina y el anuncio de hoy es otro paso que refuerza esa cooperación”, dijo el embajador Kent a modo de síntesis sobre la participación de la diplomacia británica en este proceso.
Por cierto, después llegó todo el trabajo en paralelo que hizo el Gobierno junto con los privados y México para cerrar el acuerdo que anunció Alberto Fernández.
De hecho, la diplomacia británica ni siquiera tuvo que intervenir en este proceso final ya que el laboratorio AstraZeneca es británico pero está radicado en la Argentina desde hace muchos años.
Esto lo dejó en claro Mene Pangalos, vicepresidenta ejecutiva de Investigación y Desarrollo de Biofármacos en AstraZeneca quien sostuvo: “Si bien hay más trabajo por hacer, los datos de hoy incrementan nuestra confianza en que la vacuna funcionará y nos permite continuar nuestros planes para fabricar la vacuna a una escala para garantizar un acceso amplio y equitativo en todo el mundo”, dijo.
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