El dirigente social Juan Grabois, líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), aseguró hoy que “hay una oleada de toma de tierras que se va a profundizar” porque “la gente no va a querer seguir viviendo hacinada con el coronavirus dando vueltas”, y aclaró que la ocupación ilegal de terrenos no solo se produce en el conurbano bonaerense sino también en el interior del país.
“Hay tomas de tierra en todos lados. En la provincia de Buenos Aires hay cualquier cantidad. También en Chaco y Corrientes, y se va a profundizar”, admitió. Por ello, convocó al Estado a ocuparse de esta situación y hasta sugirió una solución al respecto: “Es más inteligente lotear la tierra, ponerle agua, luz y cloaca y darle a la gente para que se haga su casa”.
La propuesta de Grabois, a la que definió como el “Plan Marshall criollo, para poblar y dar trabajo”, va en sintonía con los dichos del titular del Sindicato de Mecánicos y Afines de la Industria Automotriz (SMATA), Ricardo Pignanelli.
“Ricardo Pignanelli dice que hay muchas industrias que buscan relocalizarse a nuevos emplazamientos porque el COVID les muestra que estar todas metidas en los cinturones urbanos tiene sus problemas”, dijo Grabois. Y agregó: “Hay que crear nuevos parques industriales para crear nuevos pueblos y nuevas ciudades. Eso es un proyecto de país. Nuestros objetivos son: levantar el nivel de debate y plantear el trabajo mínimo garantizado”.
Además de contar con la aprobación de SAMTA, la propuesta del dirigente social tiene el visto bueno de Gerardo Martínez (UOCRA), Pablo Moyano (Camioneros), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento); y el auspicio de la Iglesia.
Fue presentado como el Plan de Desarrollo Humano Integral, un “anteproyecto” que propone crear 4 millones de puestos de trabajo, “repoblar la Argentina” y conectarla con transporte multimodal y entregar tierras a las comunidades agrarias.
Sus impulsores aseguran que con una inversión inicial anual de 750 mil millones de pesos “crearíamos 170.000 empleos registrados y 4 millones de puestos de trabajo social, generando un impacto de la actividad económica de 865.000 millones de pesos, lo cual redundaría en mayor recaudación fiscal”.
“Nuestra propuesta se puede hacer hoy. No queremos utilizar los recursos económicos para paliar las consecuencias de una crisis sino para planificar el futuro. Hablé con el Presidente la noche anterior al lanzamiento y antes le habíamos presentado un borrador”, contó Grabois al ser entrevistado en Radio el Destape.
La expectativa del dirigente social es levantar el nivel de debate sobre cómo debe realizarse la distribución de la sociedad ante una repoblación. “¿Seguimos en la Capital, el Conurbano, Rosario y Córdoba o construimos nuevos asentamientos industriales y planteamos el trabajo mínimo garantizado?”, se preguntó.
Aseguró que los jóvenes están disconformes con las condiciones en las que viven actualmente y que están en la búsqueda de nuevas oportunidades para poder progresar: “Los pibes de los barrios se quieren ir a la mierda. No quieren vivir más así, con la contaminación y el hacinamiento, la falta de cloacas. ¿Por qué no podemos repoblar el territorio, que fue arrasado por el patrón del agronegocio, que es criminal desde el punto de vista social y ambiental?”.
Para Grabois, hay que plantear la cuestión del trabajo mínimo garantizado. “Son 4 millones de puestos de trabajo que proponemos. Son puestos de trabajo de 40 horas mensuales por un salario que hoy estaría en 11.500 pesos. Incluye 4 mil modelos que van desde pintar escuelas en Villa Fiorito hasta desarrollar centros de reciclado en Almirante Brown o Córdoba”, explicó.
Respecto del fomento de la construcción y la integración urbana, el primer punto del plan procura “una alianza virtuosa entre el sector privado y el sector de la economía popular”, para el cual propone “una planificación con metas y cronograma, gestionada desde una unidad ejecutora centralizada, diseñado para vincular la urbanización de los 4.425 barrios populares existentes, creación de nuevas urbanizaciones populares, el desarrollo de nuevos emplazamientos productivos, la extensión de la conectividad digital y el desarrollo de transporte multimodal de pasajeros y carga, todo con capacitación en obra a cargo de las organizaciones sindicales”.
Grabois lamentó que cuando el Gobierno habla de economía real no escucha hablar de metas de construcción de viviendas para las familias humildes. “No se escuchan esas metas que tienen que ver con la transformación de la vida. Esto es todo lo contrario a la teoría del derrame, que depende de que (Marcos) Galperin gane millones. Acá lo que va a pasar es que el foquito de la llama va a empezar a calentar de abajo, y que los que están peor enciendan la economía. Sabemos que los humildes son los que más consumen en Argentina y los que no se llevan los dólares. A partir de las nuevas urbanizaciones se moviliza todo el aparato productivo nacional porque genera muchos puestos de trabajo”, concluyó.
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