Alberto Fernández empezó a diagramar la agenda de lo que considera la post pandemia con los preparativos para lanzar 60 medidas de reactivación de la economía aunque hay dos frentes inmediatos que el Presidente deberá definir cuanto antes: el nuevo esquema de la cuarentena que empezará el lunes y el incremento de la inseguridad en territorio bonaerense.
Ayer Alberto Fernández lanzó un plan de obras públicas enfocado en perspectivas de género y hoy participará de una videoconferencia con jóvenes empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA). Dos temas de la agenda presidencial que van atados a los deseos del Gobierno de encarar cuanto antes la post pandemia y empezar a reactivar la caída economía argentina.
Pero en el frente inmediato el jefe de Estado enfrenta aún los duros números de la pandemia y de la inseguridad que crecen. Allí deberá tomar decisiones inmediatas que en algún punto afectan su estrategia con la oposición y con los referentes del kirchnerismo.
Los números que ofreció anoche el Ministerio de Salud golpearon una vez más los ánimos en la Casa Rosada: se registraron 7.369 nuevos casos de COVID-19 y fallecieron 159 personas por coronavirus.
Es sobre estos números y los que vendrán en los próximos días que Alberto Fernández deberá decidir cómo continúa el aislamiento obligatorio desde el lunes 17 de agosto. Y es sobre estos números que el Presidente debe mediar en una dura pulseada: la postura aperturista de la cuarentena que busca imponer el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la posición de volver atrás y cerrar más que impulsa el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
De los casos confirmados en las últimas 24 horas, 5.402 corresponden a la provincia de Buenos Aires y 1.047 a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con esas proyecciones llegó ayer a la residencia de Olivos Rodríguez Larreta para su reunión con el Presidente. Le llevó datos que abonan la idea de abrir actividades desde el lunes que viene.
Allegados al jefe de gobierno porteño explicaron a Infobae que “la curva de contagios se planchó”, hay 450 camas de terapia intensiva en la CABA y están ocupadas 300 y de las 1.500 camas de atención intermedia solo 780 están ocupadas.
“Tenemos margen para enfrentar la pandemia y la gente cumplió con las normas de aislamiento. No vemos por qué no podemos abrir actividades y flexibilizar”, reiteran en el equipo de Rodríguez Larreta.
Esto es lo que le planteó ayer el mandatario porteño al Presidente de la mano de un plan para retornar a los deportes individuales, la apertura de algunas industrias no esenciales y la gastronomía al aire libre, entre otros rubros.
Del otro lado del Riachuelo, el ministro de Salud, Daniel Gollan, no solo descartó una apertura del aislamiento sino que habló de la necesidad de volver atrás y ser más restrictivos.
Con los números de contagios en la mano, el Presidente deberá lidiar entre el aperturista Rodríguez Larreta y el cerrado de Kicillof. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, ayer dio un indicio de lo que podría ocurrir. “Si hay que ser más rígidos, lo vamos a ser; vamos a seguir cuidando la vida de los argentinos y las argentinas”, dijo.
¿Implicará la nueva etapa de cuarentena una ruptura de Alberto Fernández con su hasta ahora aliado opositor en la pandemia Rodríguez Larreta?
“No hay que apurarse en definiciones”, dijeron a Infobae en la Casa Rosada. La intención del Presidente sigue siendo la de buscar una posición unificada en el AMBA por una simple cuestión: está convencido de que si se flexibiliza en un lugar y no en otro del área metropolitana la estrategia de contención en el transporte y la política sanitaria nacional podría desbandarse en pocos días. Alberto Fernández buscará un acuerdo para el AMBA aunque muestre gestos hacia Kicillof y lance críticas veladas a la administración porteña.
Desde el Gobierno admiten que hay un hastío social que no será fácil de manejar si se adhiere a la tesitura de marcha atrás de Kicillof y su equipo. En tal caso, como evaluaban anoche algunos funcionarios porteños, la solución será mantener todo como está: no abrir nada y no volver atrás. Una pax romana por otros 15 días que podría estirar la puja de fondo.
La inseguridad
El otro frente que se le presenta al jefe de Estado es el de la inseguridad creciente en el conurbano y la tensión entre el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, intentó lidiar en esa pulseada con un proyecto de ley para crear una Agencia Metropolitana de Seguridad donde las decisiones sean compartidas en un espacio conformado por referentes de la Nación, la CABA, la provincia de Buenos Aires y los intendentes del conurbano.
Al Gobierno le parece una buena salida el planteo de Massa aunque hay funcionarios convencidos de que hay “un ombliguismo centralista” en la mirada de la inseguridad por parte de los porteños y los bonaerenses del conurbano.
Un allegado a Frederic comentó ayer a Infobae que “la inseguridad es mucho más que el AMBA”. Y destacó los últimos operativos de las fuerzas federales donde se incautaron dos toneladas de marihuana en Concordia, tres toneladas en Misiones y otro tanto en Corrientes.
En la Casa Rosada piden a los funcionarios bonaerenses que en el mapa del delito también miren hacia Santa Fe, Corrientes, Mendoza, Córdoba y otros distritos. “¿Qué pensará un policía de Chaco cuando mandamos más gendarmes al conurbano para apoyar a una policía que tiene 90.000 hombres y ellos no tienen ni la mitad?”, se preguntó un destacado funcionario de Frederic.
“No podemos gastar ni un minuto más en polémicas con los que manejan la seguridad bonaerense”, destacó el mismo funcionario que cuenta con plena confianza de la ministra.
Por el contrario, desde La Plata aseguran que Berni está convencido de que Frederic “no tiene conocimiento práctico para manejar las fuerzas de seguridad”, como dijo un funcionario bonaerense.
No solo esto, el ministro de Seguridad no cree que el proyecto de Massa pueda servir de algo si persiste Frederic al frente de la política de seguridad nacional. “Poner una agencia intermedia sin echar a Frederic sería un grave error. Los funcionarios deben adaptarse a las instituciones y no crear instituciones suplementarias para equilibrar la incapacidad de los funcionarios”, aseguran que comentó Berni ante un grupo de policías bonaerenses.
En el medio de esta dura batalla debe mediar Alberto Fernández. No puede desacreditar a su ministra, a quien apoya y entiende que la problemática de la seguridad va más allá del AMBA. Pero tampoco se puede enfrentar con Berni porque es un hombre de estrecha confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En lo inmediato, el Gobierno optó por mantener un puente directo con los intendentes como alternativa a esa pelea. El Ministerio de Frederic ya mandó gendarmes a 31 municipios del conurbano para reforzar la seguridad y atacar los casos de robos violentos que se vieron en las últimas semanas.
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