Con la presencia de Mauricio Macri desde la Costa Azul, sesionó este lunes en forma virtual la mesa nacional de Juntos por el Cambio, que en esta oportunidad había despertado gran expectativa luego de las tensiones que se generaron en el transcurso de la semana, cuando Horacio Rodríguez Larreta hizo trascender su molestia porque su firma apareció en un documento criticando la reforma judicial.
No es que estuviera en desacuerdo con el texto, sino que sospechó que la explicitación de su firma había un intento de parte de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, de crearle problemas con el Gobierno. “En todo caso fue para generar más empatía con nuestro electorado”, dijo un dirigente bonaerense de Juntos por el Cambio. Como sea, las desconfianzas de la coalición opositora son cada vez más pronunciadas.
La reunión duró dos horas y media y lo que trascendió inmediatamente fue excesivamente edulcorado, ya que el último tema que se acordó fue evitar versiones que perjudiquen la unidad. De hecho, se acordó que cada encuentro tendrá voceros designados para transmitir a los medios –en esta oportunidad fueron los presidentes de los tres partidos– y nadie podrá salirse del libreto acordado. “Sin peleas no nos vamos a reproducir como los peronistas, pero mejor ser portador sano de algunas cuestiones”, dijo en tono de sorna alguien que viene del peronismo.
Además, se acordó que los encuentros de la mesa nacional continuarán todos los lunes. Al terminar, los dirigentes de la provincia de Buenos Aires se pasaron al Zoom del distrito, con lo cual la mañana tuvo mucha actividad. Ante el reclamo de esta cronista, uno de los participantes se negó a revelar qué dijo exactamente. “Aunque lo hagan conmigo, yo tengo que dejar el ejemplo”, explicó. Y se lamentó de la existencia de “fake off” de encuentros anteriores.
Miguel Ángel Pichetto no estuvo presente aunque no por razones políticas: se confundió de horario del encuentro, según explicó él mismo a Infobae. Hubo quien pensó que en su ausencia hubo un gesto para facilitar que los viejos socios de JxC puedan dirimir cuestiones que arrastran desde que fueron gobierno. Es que la coalición opositora se formó pocos meses antes de ganar las elecciones y no tenían tradición de trabajar juntos, lo que dificultó el diálogo. “Hablábamos en idiomas muy distintos”, suelen comentar hoy.
En cambio, sí estuvieron el senador Martín Lousteau (había expresado disconformidad también por la inclusión de su nombre), la ex gobernadora María Eugenia Vidal (que en el Zoom anterior se había ido temprano) y el diputado Cristian Ritondo (que fue central para anudar en el congreso bonaerense el acuerdo para que Axel Kicillof pudiera endeudarse, lo que no les gustó a los halcones de JxC). Y, por supuesto, los presidentes de los partidos, Alfredo Cornejo (UCR), Patricia Bullrich (PRO) y Maximiliano Ferraro (CC). También fueron de la partida los senadores Humberto Schiavone (PRO) y Luis Naidenoff (UCR), los diputados Mario Negri y Juan Manuel López (CC) y la diputada provincial Maricel Etchecoin.
Parece que había muchas ganas de hablar, porque todos hicieron uso de la palabra y en un buen clima. Los legisladores hicieron un informe interbloque donde se anticipó que la postura que darán en el Congreso es contraria a la continuación de las sesiones parlamentarias en forma virtual. “No es apropiada para debatir proyectos complejos como el de reforma judicial”, coincidieron, lo que complica en forma directa al Gobierno, que no tendrá el aval de la principal oposición para continuar los debates en el recinto.
También se habló de la economía, la seguridad y la pospandemia, y ratificaron el plan de debate de la reforma judicial que acordaron las fundaciones Alem, Pensar y el Instituto Hannah Arendt. Uno de los participantes lo sintetizó así: “Lo único que quedó claro es que hay una nueva normalidad en JxC y nadie quiere sacar los pies del plato, porque es obvio que nos quieran dividir, pero el costo que es quedarse sin representados, porque el 41% sigue al que le garantice ganar en el 2021″.
Seguí leyendo: