Luego de cuatro meses, el acatamiento de la cuarentena es cada vez más difícil para una sociedad que está agotada emocionalmente y agobiada económicamente. El Gobierno concedió flexibilizar rubros y actividades pero se muestra preocupado por los encuentros sociales que se llevan a cabo de manera clandestina sin respetar las medidas de prevención.
Por decreto, Alberto Fernández prohibió las reuniones sociales y familiares en todo el país, alarmado además por el crecimiento de los contagios en varias provincias. En el conurbano -el epicentro de la pandemia- el intendente de Hurlingham y uno de los dirigentes más cercanos al Presidente, Juan Zabaleta, consideró que la gran mayoría acata las medidas, pero si “en cada distrito tenes un 1% de irresponsables representa una cantidad enorme de gente”. “Ese tipo de irresponsabilidades va a hacer que se desborde el sistema sanitario”, declaró en diálogo con Infobae.
En Hurlingham se encuentra uno de los ochos hospitales modulares que construyó el gobierno nacional en plena pandemia. De las 24 camas de terapia intensiva, solo están ocupadas siete, pese a los más de 7 mil casos de coronavirus que se registraron a diario la última semana. “La meseta es alta, pero por el momento no hay complicaciones”, analizó el intendente.
—¿No repercutió la flexibilización de la cuarentena en los niveles de ocupación de camas en hospitales?
—No, no repercutió. Vemos un aumento de utilización de camas en el AMBA, pero en definitiva todo este camino de apertura está claro que hace que se conviva con el virus con mucho riesgo. Hay que pedirle a la sociedad, al comerciante, a la pyme y al vecino que tenga mucho cuidado: tapaboca, higiene, distancia social y no utilizar el transporte público. Esto es minuto a minuto, el nivel de contagio es muy rápido pero el sistema sanitario todavía está bien.
—¿Hay cierta resignación en el Gobierno con respecto al comportamiento de la gente en esta etapa?
—No puede haber malestar porque, en definitiva, el malestar tiene poco sentido. El Estado tiene que estar todos los días haciendo un llamado de atención a que no se pueden hacer reuniones sociales ni fiestas; pero hay que analizar que la enorme mayoría de los vecinos y jóvenes ayuda y cumple. Pero de 200 mil habitantes que tiene Hurlingham si el 1% se desordena, no entiende, y no cumple, son 2000 personas y es mucho. En cada distrito si tenés un 1% de irresponsables representa una cantidad enorme de gente. No hay que enojarse y hay que intentar que haya reflexión porque ese tipo de irresponsabilidades va a hacer que se desborde el sistema sanitario.
—¿Se terminó el diálogo con la Ciudad? Alberto Fernández pasó de llamarlo “amigo” a Horacio Rodríguez Larreta a denunciar que en la Capital no hay lugar de atención para los afiliados de PAMI.
—No. El Presidente también dijo, en un mensaje hacia adentro de nuestro espacio, que en esta etapa no iba a debatir políticamente ni con Larreta, ni con Gerardo Morales, ni con ningún opositor, hoy hay que cuidar a la gente. El Presidente tiene el desafío junto al Jefe de Gobierno de cuidar a los porteños, con Morales de cuidar a los jujeños... Hoy hay que resolver y no polemizar en medio de una pandemia y de una Argentina con una situación económica complicada pero que a partir del lunes empieza a tener un horizonte que va a beneficiar a todos los gobernadores, intendentes, economías regionales. Es un camino nuevo que arranca en la Argentina. No hay que buscar culpables, el único culpable es el coronavirus y el esfuerzo de la cuarentena en estos 140 días sirvió para no ver las fotos del mundo y de algunos países de América Latina que no cuidaron la vida de su gente. Nosotros sí.
—¿El acuerdo con los bonistas fue el primer éxito del Gobierno? ¿Es una bocanada de oxígeno en este momento crítico?
—Siento que ha sido en el medio de una pandemia mundial, uno de los objetivos que se fijó nuestro gobierno, el presidente Fernández y nuestra vicepresidenta Cristina Kirchner, que se resolvió sin dejar una sola lonja de soberanía política que la Argentina defiende. Se resolvió sin políticas de ajuste, sin que impacte sobre los jubilados, docentes y trabajadores. Se resolvió entendiendo que los trabajadores y los jubilados no iban a pagar el costo de esta negociación. Es importante contar que ese famoso bono a 100 años de Mauricio Macri, de 2 mil millones de dólares al 7% de interés anual que iba a hipotecar a nuestros bisnietos se licuó en este acuerdo. Arranca una etapa nueva en la Argentina, donde va a volver el crédito, la producción, la pyme para generar empleo, la obra pública. Estamos muy entusiasmados, es un logro del Presidente, de la vicepresidenta, del ministro de Economía, de Sergio Massa y de todo el equipo de Gobierno que puso el cuerpo y trabajó mucho. Toda la valoración al ministro Martín Guzmán por el trabajo que hizo.
—¿Cree que el sector más duro del kirchnerismo también lo entiende así? Justo en la semana en la que se da marcha atrás con el tema Vicentin.
—Nadie puede estar descontento del logro del acuerdo con los acreedores externos. No vamos a pagar 45 mil millones de dólares que no teníamos. Con respecto a Vicentin, no se da marcha atrás, este gobierno no se enamora de los instrumentos. El Presidente planteó la expropiación, vino el directorio de Vicentin que durante el Gobierno de Macri se llevó el 20% de la cartera de créditos del Banco Nación, ese banco que durante el macrismo no le dio un solo crédito a una pyme, esa empresa financió la campaña de Macri con muchos millones de pesos, y no protege a sus trabajadores y a sus productores. Eso es Vicentin. Se intentó el salvataje de la empresa, no se logró, habrá que esperar pero el capitulo Vicentin no está cerrado. El Gobierno va a seguir defendiendo el trabajo.
—Vamos al tema de la inseguridad. ¿Percibe que hay más delitos o delitos más violentos? ¿O ambos?
—En primer lugar hay inseguridad. Existe la inseguridad. En segundo lugar hay delitos con mucha más violencia. Está pasando que hay una mesa de trabajo entre la ministra de Seguridad de la Nación, el ministro de Seguridad bonaerense con el mapa caliente del conurbano, trabajando municipios con las fuerzas federales y bonaerenses en combatir el delito y tener más presencia. Hay que discutir de cara a la pospandemia la integración y la inclusión, a partir del trabajo, la educación y la formación para que podamos erradicar la cuestión de fondo, y generar la posibilidad de que todos tengan las mismas posibilidades y los mismos derechos. El sistema carcelario nacional y provincial es una deuda de la democracia, es un desastre. Es peor cómo salen de esos sistemas y hay que corregirlo. Hay que trabajar de manera articulada para que nuestros vecinos se sientan protegidos.
—No ve diferencias entre Nación y Provincia. ¿No afectan a la gestión de los intendentes los cruces entre Berni y Frederic?
—No, todo lo contrario. Los intendentes trabajamos constantemente con Provincia y Nación, para que haya articulación. Necesitamos dar discusiones hacia adentro. Tenemos vecinas y vecinos que están en cuarentena, por ser vulnerables frente al coronavirus y están en su casa, ven televisión, redes sociales y lo que quieren es que la política en su conjunto le resuelva los problemas. Somos responsables directos nosotros porque estamos en la cercanía y hablamos con los vecinos, por eso le pedimos un trabajo maduro y comprometido al ministro Berni y a la ministra Frederic, y lo estamos logrando. Más allá de cuestiones que se discuten, que son cada vez menos, siento que hay un trabajo articulado. Hay fuerzas federales y un trabajo de futuro financiamiento para tener herramientas tecnológicas para que nuestros vecinos y vecinas se sientan seguros.
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