“Van a empezar a faltar camas en pocos días”. Con esa declaración pública, en el día 140 de la cuarentena, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, volvió a encender las alarmas sobre el sistema sanitario de la provincia de Buenos Aires.
“Estamos en un momento muy complicado. Hace mucho que venimos logrando que la velocidad de ascenso de los casos no sea vertiginosa, pero tampoco logramos nunca que deje de subir, toda lectura sobre mesetas que duran cuatro días es una mala lectura epidemiológica, seguimos en una curva ascendente”, reconoció el funcionario en declaraciones a radio La Red.
Kreplak explicó que en algunos municipios de la provincia de Buenos Aires “hay poca capacidad de camas y una gran afluencia de pacientes contagiados” y señaló que es necesario “reducir la vinculación de las personas para reducir los contagios y gestionar el sistema de salud lo mejor posible, sabiendo que estamos en una situación donde van a empezar a faltar camas en pocos días”.
“Estamos en alerta porque todos los días tenemos más ingresos que egresos, ya lo dijimos hace unas semanas, entre mediados y final de agosto la cantidad de camas de terapia intensiva en el AMBA iba a hacer tal que no iba a ser fácil conseguir una”, resaltó el segundo de Daniel Gollán en el Ministerio de Salud bonaerense.
En esa línea, contó actualmente que en el sector público la ocupación roza el 70 por ciento. “Igual estamos trabajando para compensar. Si hay lugares en clínicas privadas o sanatorios, no importa el sistema de financiamiento, nosotros nos vamos a hacer cargo”.
Al ser consultado sobre el nuevo criterio de considerar caso positivo a las personas que viven con un infectado y presenten síntomas sin necesidad de hacerles el hisopado, Kreplak afirmó que “hace semanas venimos madurando esa confirmación por nexo epidemiológico” y que, en esos casos, “hacer el testeo de PCR no tiene sentido”. De todos modos, aclaró que “eso no significa que la persona se autodiagnostica. Llama al 148 le hacen todas las preguntas y confirman como un caso positivo e inmediatamente se toman las mismas medidas de aislamiento y seguimiento, los mismos derechos que si le hicieran el PCR, el sistema lo diagnostica”.
“Queremos usar el testeo para personas que tengan menos posibilidades de tener, para discernir al que es del que no es”, subrayó.
Las afirmaciones de Kreplak sobre la posibilidad concreta de que puedan faltar camas en la provincia de Buenos Aires en los próximos días está en línea con las últimas declaraciones públicas de Gollán y reconoce la vulnerabilidad del sistema sanitario bonaerense.
Ayer, Gollán manifestó que es impensado proyectar la temporada de verano de 2021 sin la aparición de una vacuna contra el COVID-19. El funcionario bonaerense sostuvo que la vacuna podría aparecer en los próximos meses, aunque “el tema es que la tengamos disponible rápidamente”. Y agregó: “¿Qué va a pasar con la temporada de verano? Es inimaginable que, si no tenemos vacuna, vayan cientos de miles de porteños y bonaerenses del Conurbano a la Costa. Llevarían la enfermedad en forma masiva”.
Y agregó: “Vamos a tener un tiempo por delante en donde vamos a ir pensando día a día qué es lo que vamos haciendo; generando estrategias, corrigiendo errores, abriendo un poquito actividades, volviendo a cerrar si la cosa se desmadra. Este es el horizonte que nos plantea esta enfermedad tan incierta. Hasta que no haya vacuna, tan incierta”.
No fue la primera vez que el ministro de Salud bonaerense realiza declaraciones que generan alarma en cuanto al devenir de la pandemia en la Argentina, más precisamente en su jurisdicción, la provincia de Buenos Aires. El 28 de julio, tras 130 días de cuarentena y un crecimiento exponencial en cuanto a los contagios de la enfermedad, expresó: “Si sigue ese ritmo, las camas de terapia intensiva pueden colapsar en la segunda quincena de agosto”.
Algo similar ocurrió el 7 de julio, cuando advirtió: “Si liberamos mucho el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), estallan Rosario y Córdoba”.
Sin embargo, su declaración más explosiva ocurrió el 31 de mayo, cuando criticó a los ciudadanos que se manifestaron en contra del aislamiento. Y advirtió: “Si se levanta la cuarentena, en quince o veinte días, empezamos a ver las imágenes de Nueva York, Manaos o Italia y España, con cadáveres apilándose en cámaras frigoríficas, en las calles o en los geriátricos”.
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