Mientras en el Senado sigue el debate en comisiones en torno a la reforma judicial y Cristina Kirchner hace valer su hegemonía parlamentaria, la Cámara baja se encamina en los próximos días a un receso en su actividad de sesiones virtuales por tiempo indeterminado.
Hasta ayer, la oposición se mantenía firme en su posición de no prestar conformidad para la prórroga del protocolo vigente, que el oficialismo y Juntos por el Cambio consensuaron después de semanas de manoseo cruzado, mientras promediaba la pandemia. “Ahora vamos a esperar a que (las sesiones) sean presenciales. No hay más prórroga”, sintetizó ayer a este medio uno de los principales referentes opositores de Diputados.
Ayer, en el almuerzo que compartieron en el quinto piso del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán, Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” de Pedro, Sergio Massa y Máximo Kirchner analizaron los pormenores del acuerdo que el Gobierno alcanzó con un grupo de acreedores externos, anunciado en la madrugada del martes, y se conversó sobre la agenda parlamentaria y las leyes que la Casa Rosada consiguió con apoyo de la coalición opositora. Pero no se habló, según los comensales, de cómo seguiría el debate en Diputados a partir de la próxima semana, después del vencimiento del protocolo de las próximas horas, que ya había sido prorrogado por un mes.
Este martes, el Gobierno consiguió con acompañamiento opositor, horas después de anunciar con entusiasmo el principio de acuerdo con los bonistas, la reestructuración de la deuda pública en dolares emitida bajo legislación argentina y la ampliación presupuestaria, que, en la previa, el interbloque de Juntos por el Cambio se resistía de votar. Hubo algunas concesiones: por ejemplo, el fondo de $5.000 millones para obras en los municipios de la provincia de Buenos Aires que Cristian Ritondo, el jefe del bloque del PRO, negoció con Massa.
El inciso c del reglamento de sesiones virtuales que la Cámara baja instrumentó desde mediados de la pandemia resalta que “el protocolo estará vigente desde su fecha de aprobación mientras dure el aislamiento en todo o en parte del territorio nacional, por periodos de treinta días prorrogables, que serán refrendados por consenso de la Comisión de Labor Parlamentaria”.
Cuando el Frente de Todos y la oposición negociaron dicho protocolo, una vez que las sesiones presenciales fueron descartadas de plano ante el avance del coronavirus, se aclaró, como remarca el texto, que cualquier prórroga debería celebrarse por “consenso” de la mayoría de los bloques.
La oposición, en ese sentido, no está dispuesta a otorgar, por ahora, otra prórroga. En especial porque en el horizonte asoma el proyecto de reforma judicial que la Casa Rosada envió al Senado, que si la vicepresidenta lo deja correr a fuerza de su mayoría parlamentaria, y consigue la media sanción en el corto plazo, podría llegar a pasar a Diputados en medio de la extensión de las sesiones remotas.
El lunes, en el encuentro virtual de Juntos por el Cambio que contó con la participación de Mauricio Macri desde una habitación de hotel francés, la cúpula de dicha coalición conversó largo y tendido sobre el proyecto enviado por Alberto Fernández para reformar la Justicia y crear un nuevo Fuero Penal Federal, y concluyó en que no pensaban dar el visto bueno al debate remoto que, además, suele presentar algunas fallas de conexión que generan duras.
El PRO, la UCR y la Coalición Cívica están plantados casi sin fisuras en la misma posición. Aunque hay algunos diputados que le temen a un parate que, de estirarse por tiempo indefinido, podría generar un cierto malestar social. “Estamos tensando la cuerda”, reflexionó un importante legislador del PRO.
En la Cámara baja, el vínculo político entre el oficialismo y la oposición es muchísimo más armónico que en el Senado. En las próximas horas, de hecho, los principales líderes de Juntos por el Cambio de Diputados deberán negociar con Massa y Máximo Kirchner cómo seguir. Por el momento, la negativa de Cambiemos a renovar el debate virtual es inamovible. “A menos que tengamos algo muy urgente y arreglemos por una sesión”, explicaron desde el interbloque opositor. No es el caso de la reforma de la Justicia.
En el comunicado del lunes, después del zoom de media mañana, la mesa nacional de Juntos por el Cambio subrayó que la iniciativa presenta una “desconexión respecto de lo que deberían ser las prioridades del Gobierno en el actual escenario”.
La declaración, firmada por Macri, Alfredo Cornejo, Patricia Bullrich, Maximiliano Ferraro, Mario Negri, Luis Naidenoff, Martín Lousteau, Humberto Schiavoni, Juan Manuel López, Ritondo, Horacio Rodríguez Larreta y Miguel Ángel Pichetto marcó la decisión opositora de oponerse al tratamiento con el reglamento remoto vigente.
Pero marcó además un nuevo malestar interno: se había decidido, a raíz de recientes cortocircuitos por anteriores comunicados, que los textos saldrían de ahora en más solo con el nombre de la alianza partidaria: Juntos por el Cambio. Hubo algunos dirigentes que se hicieron los desentendidos y estamparon la firma de todos los que participaron de la reunión del lunes.
Rodríguez Larreta, que mantiene un fino equilibrio con la Casa Rosada por la administración de la pandemia, la negociación en torno al traspaso de la Justicia nacional a la órbita de la Ciudad y otras cuestiones presupuestarias, puso el grito en el cielo.
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