Buscando apurar la reactivación económica, Alberto Fernández relanza su relación con los gobernadores, sostén político de su gestión y la red con la que se siente más independiente de los sectores más duros del Frente de Todos. Hoy anunciará una inversión de $ 22.645 millones de un plan de obras públicas en cinco provincias, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, San Juan y Santa Cruz, para la ejecución de “obras nuevas y otras paralizadas entre 2016 y 2019″.
El Presidente estará acompañado por el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien viene ejecutando un ambicioso programa en todo el país con muchas obras que Fernández pudo inaugurar en forma presencial, como sucedió en el caso de Tucumán, Formosa, Santiago del Estero y La Rioja.
Esas visitas fueron interrumpidas antes de que se trasladara a Catamarca, provincia que en ese momento tenía cero caso de COVID-19, y justo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, había dado positivo en el hisopado que se realizó a la comitiva.
En un proceso no exento de vaivenes, cada vez que Fernández buscó mostrar un perfil definido lo hizo acompañado de gobernadores, “una reserva de poder interno que siempre le responde”, según la definición que suele comentarse en el círculo más estrecho de la Residencia de Olivos.
De todos modos, para este relanzamiento, el Presidente se cuidó de incluir a Buenos Aires y a Santa Cruz, dos provincias de perfil kirchnerista puro, a las que sumó San Juan y Entre Ríos, gobernadas por peronistas moderados, más cercanos al propio Fernández, y finalmente Corrientes, una provincia gobernada por un opositor, Gustavo Valdés, radical en Juntos por el Cambio.
La inclusión del gobernador correntino Valdés sirvió para que Valdés dejara sin efecto la decisión de no acatar el DNU presidencial que prohibe las reuniones sociales, comunicada oficialmente por el secretario general de la gobernación de Corrientes, Carlos Vignolo, quien explicó que “no vemos razones” para suspenderlos porque “nuestra situación sanitaria es buena.
Algo similar estuvo por suceder en el caso de San Juan, provincia que estuvo a horas de continuar por el camino correntino, hasta que un llamado desde la Casa Rosada puso freno a esa amenaza. Al día siguiente, Valdés sostuvo que “seguiremos acompañando las decisiones que tome el Gobierno nacional”, aunque juzgó la medida “contradictoria”.
En concreto, las obras más importantes que anunciará el Presidente serán la reactivación de obras de tres tramos de la ruta provincial 11 y ruta provincial 56 para convertirse en autovías, que fueron paralizadas en agosto de 2019 (provincia de Buenos Aires), la reactivación de la nueva autovía de la Ruta Nacional 18 (Entre Ríos), el inicio de la obra de remodelación y prolongación de colectores cloacales y planta depuradora cloacal (ciudad de Corrientes), la duplicación de calzada sobre la ruta nacional 40 paralizada en enero de 2016 (ciudad de San Juan) y 44 obras de agua y saneamiento en 17 municipios (Santa Cruz).
Un dato que destacan cerca del Presidente es que el trabajo que hace el Ministerio de Obras Públicas es que las tareas de reactivación de las obras paralizadas luego del plan de ajuste acordado por el Gobierno de Juntos por el Cambio con el FMI, “se realiza con la Cámara Argentina de la Construcción y con la UOCRA, en reuniones semanales donde el Ministro analiza obra por obra con paciencia de vietnamita”. Aseguraron, además, que “ya pagamos todo lo que se les debía a las empresas constructoras”.
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