Martín Guzmán, el anfitrión, agradeció el apoyo. No hubo aplausos, como en la reunión de gabinete económico de este miércoles a media mañana en el primer piso de Casa Rosada. Lo que sí hubo fue un pormenorizado análisis de las negociaciones que terminaron con el anuncio de ayer por la madrugada, la necesidad de ahuyentar versiones en torno a las tensiones internas y conversaciones sobre los vínculos parlamentarios con la oposición, que en la sesión de ayer en la Cámara baja acompañó al Frente de Todos en la ampliación presupuestaria y en la reestructuración de la deuda pública en dólares emitida bajo legislación local.
Con ese menú, sazonado con carnes, milanesas y pollo, el ministro de Economía, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el titular de Diputados, Sergio Massa; el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, almorzaron este miércoles durante más de dos horas en el despacho de Guzmán, en el quinto piso, el día después del anuncio del acuerdo preliminar por la deuda que el Gobierno exhibió con evidente entusiasmo. “Nos invitó Martín para agradecernos el apoyo y hablar de cómo sigue la negociación con el Fondo”, sintetizó a Infobae uno de los comensales, que buscó minimizar las versiones de estas horas sobre los chispazos internos por el eventual protagonismo de los distintos dirigentes oficiales en el proceso de renegociación. “El mercado sabe cómo fue”, agregó, enigmático, sin mayores detalles.
Massa, Máximo Kirchner y “Wado” de Pedro abandonaron el Palacio de Hacienda en la camioneta del titular de la Cámara baja, desde el subsuelo. Cafiero se quedó un rato más, a solas con el anfitrión y Sergio Chodos, el representante argentino ante el Fondo Monetario, que también participó de la comida. Después del café, pasadas las 16, el jefe de Gabinete atravesó una Plaza de Mayo desierta hasta el Banco Nación, para participar de un evento en esa entidad.
Guzmán, a quien Alberto Fernández le reserva un lugar de privilegio en la extensa negociación con los acreedores externos, hizo un detallado repaso del proceso de estos últimos días que desembocó en el acuerdo de este martes, y cuyo porcentaje de aceptación terminará de oficializarse el lunes 24. En ese contexto, se conversó sobre la sesión de ayer, la última de esta fase de sesiones remotas –el protocolo vence hacia el final de la semana–, en la que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio consensuaron la sanción definitiva del proyecto de sostenibilidad de la deuda bajo legislación argentina y la ampliación presupuestaria, para la que el Gobierno tuvo que aceptar concesiones. “Martín agradeció a Massa y a Máximo lo que hicieron en la Cámara”, aseguraron.
Se mencionó, por ejemplo, el fondo de $5.000 millones para obras de infraestructura en los municipios que el diputado Cristian Ritondo festejó en el debate de ayer en el marco de la discusión presupuestaria. No hubo, por caso, alusión al programa de recuperación de “60 medidas” que el jefe de Estado prepara para las próximas semanas, y cuyos detalles todavía se cocinan entre la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda: en las últimas semanas, el ministro del Interior y Guzmán conversaron con todos los gobernadores.
Por el contrario, sí sobrevolaron el almuerzo los tironeos internos de las últimas horas. Con sutileza. Es que entre el Congreso y la Casa Rosada coexisten pujas de poder producto de una coalición que se formó para ganar una elección. Guzmán atraviesa todos esos tironeos, frente a la necesidad de cerrar filas detrás del acuerdo con los acreedores, el primer hito de la gestión del Frente de Todos, festejado incluso ayer por la oposición: desde Mauricio Macri, de viaje por la Costa Azul francesa, a Luis “Toto” Caputo, y de Gerardo Morales a Horacio Rodríguez Larreta.
El lunes, en la previa del acuerdo, el ministro de Economía habló infinidad de veces con el Presidente, visitó a Cristina Kirchner en su departamento de la calle Juncal, en Barrio Norte, y participó en forma remota de una conversación con diputados oficialistas: desde el Congreso, Massa y Máximo Kirchner encabezaron el encuentro virtual. Sin Guzmán, Alberto Fernández, “Wado” de Pedro, el titular de Diputados y el jefe del bloque del Frente de Todos en esa cámara almuerzan una vez por semana en Olivos, para apuntalar la gestión y la política.
“Fue una reunión de planificación y laburo”, insistieron desde Hacienda. Es que, más allá de la euforia por el acuerdo, el Gobierno deberá abocarse ahora a planificar una agenda de trabajo centrada en la reactivación de la economía y la administración de la crisis post pandemia.
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