Con Mauricio Macri conectado en remera desde una habitación en Francia, adonde viajó llamativamente la semana pasada en medio de la crisis y la cuarentena local para seguir luego viaje a Suiza, la cúpula de Juntos por el Cambio se reunió de forma virtual este mediodía para rechazar por segunda vez la reforma judicial enviada por Alberto Fernández al Senado la semana pasada, y poner la lupa en el tratamiento que Cristina Kirchner buscará darle a la iniciativa en la Cámara alta.
Así lo consensuaron, además del ex presidente, Patricia Bullrich, el diputado Cristian Ritondo y el senador Humberto Schiavoni, del PRO; el auditor Miguel Ángel Pichetto; los jefes de bloque de la UCR en el Senado y Diputados, Luis Naidenoff y Mario Negri, respectivamente, el senador Martín Lousteau y el diputado Alfredo Cornejo; los diputados Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que participó del Zoom de más de una hora mientras gestiona las tensiones con la Casa Rosada y el Gobierno bonaerense por la administración de la cuarentena.
Más tarde, se esperaba un nuevo comunicado de rechazo a la reforma judicial que se suma al de la semana pasada, centrado entonces en el eventual interés del Gobierno en ampliar el número de jueces de la Corte Suprema. El Presidente buscó, para la conformación de la comisión, a un referente del macrismo para contrarrestar la presencia de Carlos Beraldi, el penalista de CFK. Primero tanteó a Federico Pinedo. No hubo caso. Se inclinó, al final, por Inés Weinberg de Roca, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia porteño, ex candidata a jefa de los fiscales de Macri, a la que contactó a través de Rodríguez Larreta.
“Hay un rechazo unánime. No vamos a aceptar sesiones virtuales para discutir el proyecto. Y vamos a esperar a ver cómo avanza el kirchnerismo en el Senado”, explicaron a este medio algunos de los dirigentes que participaron del encuentro.
El comunicado llegó en la tarde de este lunes. Allí consideraron que “la llamada “reforma judicial” que impulsa el gobierno kirchnerista implica la creación de una desmesurada e injustificada cantidad de cargos, cuyo costo fiscal estimamos en unos $ 4000 millones anuales”.
Sostuvieron también que “en un contexto en el cual la economía se derrumba en una escala sin precedentes, crecen el desempleo, la desigualdad y la pobreza, los esfuerzos de los tres poderes del Estado y de las fuerzas políticas deben estar puestos en trabajar en una mejora sustancial del Estado, para hacerlo más productivo y en la eliminación de los privilegios”.
En ese sentido, indicaron que “semejante desconexión respecto de lo que deberían ser las prioridades del gobierno en el actual escenario, no tiene otra explicación que la puesta en marcha de un plan de impunidad para las causas de corrupción que afectan a integrantes del oficialismo”.
En el comunicado, firmado por todos los que estuvieron presentes en la reunión, también expresaron que “el proyecto enviado al Senado es contradictorio con la reforma de fondo del sistema de enjuiciamiento penal, concebida por el nuevo Código Procesal Penal Federal”.
Agregaron que “la cantidad de órganos proyectada es arbitraria y no responde a ningún estudio serio respecto de la carga de trabajo” y que “se trata de una reedición agravada de las reformas de la década de los noventa, cuándo se amplió la Corte Suprema de cinco a nueve miembros para crear la “mayoría automática””.
“No podemos desconocer que la reforma se impulsa en un contexto donde funcionarios del gobierno promovieron la libertad de presos comunes y corruptos confesos. Juntos por el Cambio se opone a la propuesta del Poder Ejecutivo y propone la agenda de la gente, de los miles que están perdiendo su trabajo, de los ciudadanos que sufren la inseguridad y que tienen Jueces que solo se les ocurre liberar delincuentes”, cerraron.
El primero en tomar la palabra durante la reunión fue Pichetto, visiblemente molesto por el editorial de un matutino que el fin de semana planteó la hipótesis de un supuesto pacto subterráneo entre la oposición y la Casa Rosada en torno a la reforma y los problemas judiciales de Macri y Cristina Kirchner que, según la nota, habría tenido al ex senador como intermediario. Una versión disparatada, según el integrante de la Auditoría.
“Hay que ser muy claros, estamos todos muy sensibles, nuestro electorado está sensible y no confía en nadie”, dijo Macri, el último en conectarse, tras escuchar a su ex compañero de fórmula, según confiaron las fuentes.
Los dirigentes de Cambiemos volvieron a cargar las tintas contra el Gobierno por el proyecto presentado el miércoles pasado, y por el momento elegido para impulsarlo, en medio de la crisis social y económica desatada por el avance de la pandemia en la Argentina. De todos modos, coordinaron la integración de un equipo compuesto por especialistas de los tres partidos que será el encargado de hacer un análisis “más exhaustivo” de la iniciativa, que contempla, entre otras modificaciones, un nuevo fuero penal federal.
Durante la reunión, según pudo reconstruir este medio, se hizo hincapié además en la necesidad de consensuar una “estrategia” más efectiva en el Senado, en el que el Frente de Todos tiene amplía mayoría y en el que el vínculo político con el kirchnerismo se tensó al máximo desde hace varias semanas.
En esa línea, desde la coalición opositora volvieron a remarcar que no se prestarán al debate en forma virtual. En Diputados, el protocolo de sesiones remotas vence el próximo viernes. Antes, Juntos por el Cambio planea dar el visto bueno para el proyecto de tratamiento de la deuda bajo legislación local, que ya tiene media sanción del Senado, y analiza cómo pararse frente a la ampliación presupuestaria que busca aprobar el oficialismo.
Los legisladores y dirigentes del PRO, la UCR y la CC empezaron a analizar, en tanto, el panorama electoral del próximo año. No hubo definiciones concretas: pero se habló de la necesidad de empezar a “sistematizar algunas cuestiones” y a coordinar mejor la estrategia parlamentaria de los interbloques de ambas cámaras.
Por ahora, y a pesar de las internas, se mantiene la unidad.
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