El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, se diferenció una vez más de cierto sector del Frente de Todos en materia de lucha contra el delito y cuestionó a la corriente garantista con la que algunos referentes del kirchnerismo coinciden: “No me gusta el término mano dura. Creo en la tolerancia cero. Hay algunos cuyo libro de cabecera puede ser (Eugenio) Zaffaroni, el mío puede ser (René) Favaloro, puede ser (Rudolph) Giuliani”, agregó en referencia al ex alcalde de Nueva York bajo cuya gestión los índices de delito que hacían de esa ciudad una de las más inseguras del mundo, bajaron drásticamente.
“En el espacio político cada uno puede tener la libertad de pensar como quiere, pero el ministro de Seguridad de la Provincia soy yo”, dijo el funcionario.
“Para algunos, el delincuente es víctima de la sociedad y para los peronistas, la sociedad es víctima de los delincuentes. Si hay algo que tengo es cero garantismo”, expresó el ministro en diálogo con radio Mitre.
En el contexto de una marcada suba de delitos violentos denunciados en la provincia de Buenos Aires en los últimos días, el ministro de Seguridad bonaerense volvió a tomar distancia de su par de Nación, Sabina Frederic, con quien ya tuvo varios cruces, en público y en privado. “Yo me peleo para defender los intereses de los bonaerenses y si tengo que alzar la voz lo voy a hacer, sea quien sea. La ministra de la Nación tiene una responsabilidad totalmente distinta, pero tanto ella como yo queremos solucionar el tema de la delincuencia”, dijo. Además, sostuvo que Frederic “viene de un espacio diferente” y “tiene una manera distinta de abordar la problemática de la seguridad y entenderla”.
Resaltó también la necesidad de reforzar algunas zonas del territorio bonaerense con más efectivos de Fuerzas Federales y aseguró que la inseguridad en la Provincia es una “endémica” y consideró necesario generar “políticas públicas distintas a lo que se hizo hasta ahora porque evidentemente han fracasado”.
En esa línea, apuntó contra los jueces por la liberación de presos en el marco de la pandemia de coronavirus. “A mí la cantidad de la pena no me interesa. Me interesa que cuando entre un delincuente salga una persona resociabilizada”, concluyó el ministro.
De igual forma, cargó contra el Servicio Penitenciario al considerar que hace le falta una “profunda reforma”. En ese sentido aseguró: “No puede ser que cada vez que salen de la cárcel cometan delitos peores” y reclamó que “de una vez por todas se estudie y se analice el tema de los delincuentes que cumplen sus condenas y son liberados, porque salen sin siquiera tener plata para volver a su casa en colectivo, sin nada, y hay que conseguir que puedan volver a la cultura del trabajo, que tengan posibilidades para trabajar”.
Pero no se quedó ahí y fue por más. “El Servicio Penitenciario nos complica la vida, no solo con estas liberaciones, sino que hasta teníamos detenidos con dos documentos de identidad distintos. La seguridad no se puede lograr solo con policías, los intendentes tienen un rol protagónico muy importante, porque estamos descentralizando la información criminal a cada secretario de seguridad de cada municipio, y hay que definir qué vamos a hacer con esos chicos que entran y salen todos los días”.
Entre otros temas, el funcionario anunció que “la inseguridad va a crecer”. “El que quiere puede creer que la inseguridad no va a aumentar que lo crea, pero nosotros hacemos un diagnóstico, intercambiamos información de inteligencia criminal y no hacer el análisis del problema que se viene, por las graves consecuencias sociales que ha dejado la pandemia, significa no ver la realidad”, señaló.
Finalmente se refirió al crimen de un policía durante un robo en la localidad de Laferrere. “Hay que discutir los efectos del narcotráfico, que rompe el tejido social, genera violencia y una corrupción trasversal. A mi no me gusta distraerme de los problemas, si no no se llega a una definición, y esta pandemia ha generado una crisis social, de deudas, los narcos salen a involucrar a familias desesperadas en la venta de drogas, y si a eso sumamos que la provincia de Buenos Aires tiene una enfermedad endémica con la inseguridad...”, agregó, fundamentando así su pronóstico negativo sobre la evolución del delito.
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