“Ellos llevan el quilombo en la sangre. Nosotros nos vamos a tener que acostumbrar”. Ellos son los jueces y fiscales de Comodoro Py y nosotros los de Penal Económico. La frase es de un integrante de este último fuero que esta semana fue noticia. El gobierno de Alberto Fernández presentó el proyecto de reforma a la justicia federal y uno de los puntos centrales es unir a ambos tribunales en un único fuero.
Y la referencia al quilombo es porque si la reforma avanza pasarán a investigar las causas que involucran a funcionarios públicos, lo que implica lidiar con la política, de la que conocen pero en menor escala que sus colegas de Py, y a una exposición mediática de la que recelan y prefieren evitar.
De jueces que investigaron a Susana Giménez y Ricardo Darín y que fueron destituidos o condenados por su mal desempeño a los actuales de bajo perfil, desconocidos para el gran público y con causas complejas de contrabando, Infobae hace una radiografía de un fuero que puede llegar a tener más protagonismo.
Entre Comodoro Py y Penal Económico hay varias similitudes. Los dos son fueros federales, aunque investiguen temas distintos. Comodoro Py, las causas de corrupción, secuestro y narcotráfico. Penal Económico, contrabando –también de drogas-, evasión de impuestos y violación a la ley tributaria. Además conviven. Sus edificios están a dos cuadras de distintas en el barrio de Retiro. Inclusive, los tribunales orales del Penal Económico están en el de Comodoro Py.
Hay relaciones personales de amistad y de conocimiento entre varios de sus integrantes. En parte porque hubo migración de secretarios de Comodoro Py para ser jueces de Penal Económico, como Pablo Yadarola y Diego Amarante, dos de la última camada de designados en el fuero. Por eso la mirada que en Penal Económico tienen de Py no es tan negativa como en otros sectores de la justicia. “No todo Comodoro Py es igual. Hay mucha gente honesta y trabajadora”, dice uno de sus fiscales que como otros colegas y jueces aceptaron hablar con este medio sin revelar sus nombres.
Penal Económico comenzó a tener trascendencia en los 90, al mismo tiempo que Comodoro Py. Se iniciaban las causas políticas contra el menemismo y los primeros grandes expedientes de narcotráficos. Uno de ellos fue la “Operación Langostinos”. Fue el secuestro a fines de los años 80 de casi 600 kilos de drogas escondidos en langostinos congelados que tramitó en Penal Económico.
El fuero tuvo su etapa de farandulización. Fue cuando tuvo un caso en el que se investigó la importación de autos con franquicias para discapacitados y en el que estuvieron imputados Susana Giménez y Ricardo Darín. El actor estuvo preso y los dos luego fueron sobreseídos. También fue detenido Omar Fassi Lavalle, ex secretario de Turismo de Menem, y su esposa Elizabeth “Liz” Mazzini. Fue a fines de los 90 por una causa en la que se investigó evasión y fraude fiscal de cerca de 6 millones de dólares de la firma que explotaba la discoteca de la costanera Ski Ranch. Los dos fueron condenados.
El juez de ese expediente fue Julio Cruciani, a quienes todos señalan como el gran personaje de esos tribunales por sus allanamientos televisados y su afán por salir en los medios. A tal punto que en los pasillos del fuero le decían “Figureti”, por el personaje del programa Showmatch. “Por él le debemos al fuero el apodo de Penal Cómico”, cuenta un juez que no tiene un buen recuerdo de su ex colega. Ese apodo, que todavía hoy se repite, molesta mucho en el fuero. Siempre vestido con moño, Cruciani se retiró en 2005 para dedicarse a la política. Fue varias veces candidato a diputado nacional pero no entró al Congreso.
Cruciani no fue el único juez de Penal Económico de los 90 que tuvo trascendencia. Hubo también otros que terminaron mal. Guillermo Tiscornia fue destituido en 2007 por irregularidades en la tramitación de tres causas. Había llegado a juicio político por un supuesto pedido de coimas que no fue probado. Paralelamente a esa destitución se dio la renuncia de Julio Speroni, quien estaba siendo investigado por denuncias de su Cámara.
Otro juez del fuero que tuvo problemas fue el fallecido Carlos Liporace. Fue condenado en 2016 porque le permitió irregularmente a la Curtiembre Yoma recuperar ocho millones de pesos que estaban embargados. En marzo de 2006 había sido suspendido en el cargo y enviado a juicio político por la causa “Southern Winds”, un contrabando de 60 kilos de cocaína entre Buenos Aires y Madrid. Al mes siguiente renunció.
“Antes el fuero era complicado. Había muchas denuncias complicadas contra los jueces. Pero con esas salidas empezó a depurarse”, dicen hoy. Los juzgados vacantes comenzaron a ser ocupados por magistrados que llegaron por concurso público y de carrera judicial. “Diría que hoy son jueces bastante independientes. No dejan de tener relaciones políticas, son equilibristas pero no partidizados”, dice un funcionario que trabaja en el fuero. De la camada de los jueces de primera instancia de los 90 solo queda Marcelo Aguinsky. “Pero acá no estamos acostumbrados a tratar con el poder político como en Py”, señala otro.
A pesar del bajo perfil, es un fuero por el pasaron casos trascendentes. Uno de ellos fue el tráfico de armas a Croacia y Ecuador por el que fue condenado Menem. La condena luego fue revocada y hace un año y medio está en la Corte Suprema. También el mayor decomiso de drogas del país. Fue el caso conocido como “Manzanas Blancas” en el que se secuestraron tres toneladas y media de cocaína escondida en cajones de esa fruta y por el que se dictaron hasta ahora las condenas más altas por este tipo de delitos.
La última causa de impacto político que se tramitó en esos tribunales fue por la valija con 700 mil dólares que el venezolano Guido Antonini Wilson quiso entrar al país en agosto 2007. El caso sigue abierto camino a juicio con el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido y el ex titular de la AFIP Ricardo Echegaray entre los acusados. Echegaray fue otro nombre que pasó por el fuero en los últimos años. El juez Amarante lo procesó y envió a juicio por la importación de un auto diplomático. El ex funcionario fue absuelto en mayo.
Los últimos grandes casos estuvieron vinculados a lo que se llamó la mafia de los contenedores en el que entre otros fue condenado el cuñado de De Vido, Claudio “Mono” Minnicelli.
¿Los jueces y fiscales de Penal Económico quieren la fusión con Comodoro Py? Las opiniones están divididas. “A algunos que no les disgusta la idea pero no se mueren. Otros no quieren saber nada y otros depende de cómo sea esa fusión”, resume uno de los involucrados. “En Comodoro Py la noticia es el caso pero también el juez y a eso no estamos acostumbrados. Algunos tienen ese reparo”, señala otro . A tal punto llega el reparo por no perder el bajo perfil que un integrante lo resumen así: “De algunos de nosotros no hay ni fotos”.
Pero hay un aspecto que quita preocupación. Con la cantidad de juzgados nuevos que establece la reforma, las causas van a estar más repartidas. Ese es uno de los objetivos: evitar que las causas de impacto político estén en pocas manos. “En términos de trabajo van a tener más los de Py porque nuestras causas son complicadas y trabajosas”, analiza un magistrado.
Otro aspecto que que une a ambos fueros es la poca cantidad de mujeres en los cargos de decisión. Solo una jueza Penal Económica, Verónica Straccia, sobre los actuales 10 juzgados ocupados, y dos en Comodoro Py -María Servini y María Capuchetti- de los nueve con titulares. En las Cámaras, Comodoro Py no tiene mujeres y solo una en Penal Económico, Carolina Robiglio. Y en los tribunales orales hay una sola mujer de Penal Económico, Karina Perilli, y tres en Py, Adriana Palliotti, Sabrina Namer y María López Iñíguez. Una proporción similar se da en las Fiscalías.
Cómo está pensada la fusión
El proyecto que presentó el Gobierno establece la creación de un fuero federal para la Capital Federal de 46 juzgados. Son los 12 actuales de Comodoro Py más lo 11 de Penal Económico. Cada uno tiene dos secretarías judiciales que pasa a ser cada una un juzgado. Así se llega a los 46. Además se unifican las dos Cámaras y los tribunales orales. El mismo esquema de unificación se replica en las Fiscalías.
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