Daniel Scioli llegará el 10 de agosto a Brasil con la misión de encauzar la relación luego de las tensiones entre Bolsonaro y Fernández

El designado embajador ya tiene armado un esquema de trabajo para fortalecer el comercio y la industria. "Quiero llenar las góndolas de los supermercados brasileños de productos argentinos", se entusiasmó ante Infobae

Daniel Scioli finalmente llegará a la embajada en Brasil (Maximiliano Luna)

El designado embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, arribará el 10 de agosto a Brasilia para empezar a armar lo que se considera el mayor desafío diplomático del año: restablecer los castigados vínculos con la administración de Jair Bolsonaro. Para esto se enfocará en reflotar los lazos comerciales, los proyectos de infraestructura y la integración física.

Hay que desideologizar las relaciones y enfocarnos en trabajar juntos con Brasil para salir unidos de este flagelo mundial de la pandemia”, expresó Scioli a Infobae, quien ya prepara las valijas para desembarcar en la Embajada.

En la Cancillería saben que el reto de Scioli será mayúsculo porque se trata del peor momento de las relaciones bilaterales en los últimos 40 años por varios motivos: los vínculos personales de los presidentes Alberto Fernández y Bolsonaro están prácticamente rotos, la caída de la economía en más del 10% en ambos países golpea fuerte a los lazos comerciales y los efectos del COVID-19 no dan tregua en el armado de una agenda atada a lo que sería una normalidad diplomática.

No habrá intenciones, al menos por ahora, de armar una reunión entre Bolsonaro y Alberto Fernández . Hubo cruces verbales en los últimos tiempos entre ambos mandatarios, una abierta diferencia de estrategia sanitaria para encarar la pandemia del coronavirus y una antinomia visible en términos de socios regionales. La Argentina se muestra más cerca de una integración con los líderes progresistas latinoamericanos nucleados en el Grupo Puebla y Bolsonaro promueve el Grupo Lima, enfrentado abiertamente a Venezuela.

Por el momento, no hay instrucciones de la Cancillería o la Casa Rosada en relación al vínculo personal de los presidentes. La gestión de Scioli en Brasil se limitará en este caso a una relación de “respeto institucional” con Planalto y tratará de estrechar más lazos con la diplomacia de Itamaraty.

Scioli se reunió esta semana con el canciller Felipe Solá; el jefe de Gabinete del Ministerio, Guillermo Chávez y el secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería, Jorge Neme, para apuntalar la agenda de trabajo que se llevará a Brasil.

Hasta ahora la Cancillería y Scioli diseñaron un relevamiento de la demanda potencial que hay en todos los estados del país vecino más allá de San Pablo y se decidió armar una red con los 10 consulados argentinos que hay diseminados en todo Brasil para apuntalar el comercio y llevar a las góndolas de los supermercados brasileños la mayor cantidad de productos argentinos posibles.

La balanza comercial global que en promedio siempre fue de unos 40.000 millones de dólares en los últimos años resultó negativa para la Argentina en UDS 5.000 a 7.000 millones. El desafío de Scioli será levantar esa valla y relanzar el comercio.

En estos días previos a viajar a Brasilia Scioli mantuvo una agenda movida por Zoom con los grandes industriales de San Pablo pero también con los referentes de la Cámara de pymes de Brasil y con referentes empresariales de otros estados.

Solá viajó a Brasil y se reunió con Bolsonaro en Febrero

“La idea es llenar las góndolas de los supermercados de Brasil con productos argentinos que hoy faltan”, se entusiasmó el designado embajador argentino. Por caso, por ejemplo, ya avanzó en un acuerdo con José Zuccardi, presidente de la Cámara de vinos de la Argentina para potenciar la presencia de tintos y blancos en Brasil.

También Scioli buscará reforzar el acuerdo automotriz sellado por 10 años y mejorar la logística de la carga de productos en la hidrovía y mejorar las rutas en los pasos fronterizos.

Desde el intercambio energético la Argentina buscará con la gestión de Scioli avanzar hacia un ambicioso proyecto de expansión del gasoducto a San Pablo para tender una red con Uruguayana y Porto Alegre. Y se enfocará en lo que llaman en el Gobierno el “gran sueño dorado” con Brasil: esto es el desarrollo del corredor bioceánico Brasil-Argentina-Chile para apuntalar desde allí el comercio al Asia.

En estos proyectos hay un actor clave que Scioli tiene en la mira y es China. Se trata de un socio inversor que la Argentina y Brasil buscarán para darle forma a lo que en Beijing llaman la Ruta de la Seda. El corredor comecial entre América del Sur y Asi que reducirá sustancialmente los costos de fletes de productos.

El otro gran eje de construcción de las relaciones bilaterales pasará por darle mayores certezas al Mercosur. Aquí también hay un abierto desafío de Scioli porque los dos grandes socios comerciales del bloque tienen diferencias abismales en materia de acuerdos comerciales, el acuerdo medioambiental de París o los lazos que hay con Estados Unidos.

En 10 días Scioli estará presentando cartas credenciales en Brasilia y buscará la foto con Bolsonaro. A partir de allí lo espera una ajetreada agenda bilateral donde la pandemia puede complicarlo todo. Pero al ex vicepresidente de Cristina Kirchner le gustan estos desafíos. Compara este reto con aquel desafío que en el 2002 le impuso el entonces presidente Eduardo Duhalde en medio de la crisis. Allí le dieron la Secretaría de Turismo en un momento de debacle económica y logró revertir todo tipo de proyecciones agoreras.

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