Apenas una semana después de que el gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires acordaran el despliegue de fuerzas federales en el Conurbano para reforzar la seguridad en los barrios bonaerenses, la puesta en marcha de este plan deja varias dudas que se traducen en una superposición de directivas, falta de coordinación entre ministerios, intendentes molestos porque no llegan los gendarmes y un choque de estrategias políticas.
La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, ya empezó a enviar gendarmes a los barrios de Avellaneda, Quilmes, Virrey del Pino, La Matanza, Almirante Brown, Moreno, Esteban Echeverría, Florencio Varela y Lomas de Zamora. Se dijo desde la Nación que se enviarían 4.000 efectivos de fuerzas federales para combatir el delito. Entre hoy y mañana se enviarán más gendarmes a Lanús, Tres de Febrero y otros municipios manejados por la oposición.
Pero en los hechos el tema desató un fuerte malestar de varios jefes comunales que aún esperan la ayuda nacional, mientras que el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, volvió a cuestionar la falta de coordinación de tareas. Desde las oficinas de Frederic aseguran que el tema se maneja de manera directa con el gobernador Axel Kicillof.
“Es mentira que hayan mandado 4.000 gendarmes desde la Nación al Conurbano. Aquí el problema es que no hay una coordinación con nosotros. Y cuando ellos dicen que hay 4.000 efectivos federales, hablan por los que ya tienen asiento natural en la provincia, pero no hubo un refuerzo real”, expresó Berni a Infobae.
“Ese acuerdo fue el resultado de las conversaciones y reuniones que la cartera de seguridad nacional y las autoridades provinciales vienen coordinando desde el inicio de ambas gestiones”, plantearon, por su lado, allegados a Frederic al repasar el esquema de operativos de control realizados hasta ahora en el Conurbano.
En paralelo a esta batalla que persiste entre los ministros de Seguridad se encuentran los jefes comunales, que necesitan dar respuesta urgente a los ciudadanos que sufren los robos, homicidios y entraderas en las calles del Conurbano que se potenciaron en los últimos meses con la crisis económica desatada por la cuarentena extensa.
La semana pasada, el gobernador Kicillof recibió a un grupo de mandatarios de la Tercera Sección electoral preocupados por el avance de la inseguridad. Allí le plantearon la necesidad de que haya una inversión de al menos 12.000 millones de pesos para patrulleros, más efectivos e insumos para combatir la inseguridad. Aún no hubo respuesta a estos reclamos.
La fotografía de estos reclamos y quejas de los intendentes está a la vista. Hay municipios como los de Almirante Brown, San Martín, Merlo o Esteban Echeverría, por poner algunos ejemplos, que pidieron créditos de la intendencia para comprar patrulleros o invertir en seguridad.
Por otra parte, los intendentes se quejan porque la decisión de adónde enviar los operativos de las fuerzas federales se define en La Plata o en la Casa Rosada sin consultarlos previamente.
“Un día antes nos avisan que van a mandar gendarmes a un barrio. Pero no siempre el barrio que se elije es el que más problemas tiene en materia de inseguridad. Falta coordinación”, dijo a Infobae un jefe comunal de la zona Sur del Conurbano.
Desde la zona Oeste del Gran Buenos Aires, el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, dijo que “el drama de la inseguridad en el Conurbano viene de larga data”. También aclaró que en su distrito le dieron apoyo de la Nación pero admitió que “debería existir mayor coordinación entre la Nación y la Provincia” a la hora de armar un despliegue de gendarmes.
“En la pelea de Berni y Frederic pierde la gente, y nosotros quedamos en el medio. Después de todo, no se resuelve el fondo de la cuestión”, añadió otro intendente al graficar las pujas de poder que se desataron en los últimos tiempos.
Berni tiene un “mapa del delito” del Conurbano al que supuestamente debería coordinar con la Nación para el despliegue de fuerzas. Pero en la práctica ese intercambio de información no parecería darse.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación anoche le comunicaron al intendente de Lanús, el macrista Néstor Grindetti, que hoy iban a llegar a Villa Diamante un grupo de gendarmes para reforzar la seguridad en ese barrio caliente. Pero en la intendencia no saben si ese fue un pedido de Berni, Kicillof o del presidente Alberto Fernández ante las quejas de jefes comunales de la oposición por la falta de respuestas de las fuerzas federales.
Desde la Casa Rosada aseguran que Frederic mandará un total de 4.000 gendarmes al Conurbano sin distinción de colores políticos. Pero un intendente peronista de la Tercera Sección electoral dijo sin vueltas: “Con 4.000 gendarmes nos quedamos cortos si vemos que la policía bonaerense son 94.000 efectivos y la inseguridad no se logra frenar. La ayuda sirve. Pero es insuficiente”.
La inseguridad es un problema que estalla en las manos de los intendentes. Estos deben dar respuestas urgentes a la gente. Pero en los hechos prácticos, la resolución de los problemas está lejos de la decisión que pueda dar un jefe comunal.
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