Entre el martes y el jueves cada jornada registró un nuevo récord de infectados de coronavirus, con un promedio diario de más de cien víctimas fatales. La semana en la que se flexibilizó la cuarentena concluyó con un registro de 5.493 casos, un número apenas menor al pico de 6.127 contagiados. “Casi con seguridad vamos a tener que ir a otra etapa de endurecimiento”, advirtió el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. En el Gobierno de Axel Kicillof no atribuyen la disparada de contagios a la apertura de comercios e industrias, sino que apuntan a las reuniones sociales que aún están prohibidas en el AMBA. Por su parte, los intendentes cuestionan la viabilidad de llevar a la práctica un nuevo estricto confinamiento.
Kicillof está preocupado: gobierna una provincia que por territorio y población podría compararse con un país y ninguna nación de similares características ha encontrado la fórmula para ganarle al coronavirus. Menos aún cuando se intenta avanzar con la reapertura de la actividad económica. “No hay muestra en el mundo de que cuando comienza a abrirse los casos bajen”, razonan en el Ministerio de Salud de la provincia, donde analizan a diario estrategias del resto del mundo como del interior del país y ponen como ejemplo a Cataluña, Italia, Rosario, Jujuy, donde avanzaron y retrocedieron a medida que surgieron focos de contagios.
El último jueves se encendieron las alarmas cuando se superaron los 6 mil infectados, luego de jornadas consecutivas con más de 5 mil casos positivos. Sin embargo, atribuían esos números a una “sobrecarga” de datos, debido a que el sistema presentó fallas entre el sábado y martes pasado. “Hay que ver si es una tendencia o un hecho aislado”, evaluaban en Provincia esperando reducir la curva semanal. El viernes se registraron 5.493 y ayer 4.814.
De todas formas siguen siendo cifras elevadas, y a la vez preocupa el crecimiento de infectados en el interior de la provincia y la aparición de los primeros contagios en distritos como Pehuajó que se encontraban invictos. A casi cinco meses de la aparición del primer caso en el país, en Buenos Aires solo 15 municipios de los 135 se encuentran libres de COVID-19. “Un signo de que tenemos una circulación importante del virus”, dicen en Gobernación.
“Vamos a estar evaluando los próximos días, todavía no hay una definición. Hoy tenemos 62% de ocupación de camas de terapia intensiva lo cual nos deja margen”, expresó Teresa García en diálogo con Infobae. Sin embargo, la ministra de Gobierno de Kicillof alertó por la saturación de las clínicas privadas de la Capital Federal. Lejos de la connotación política del comentario, García se remitió a los efectos del colapso del sistema sanitario porteño: “Está aumentando el tránsito de enfermos de Capital a hospitales de la provincia”.
Consciente del impacto económico del aislamiento social, el Gobierno bonaerense aprobó la reapertura progresiva. Sin embargo, señalan a quienes violan la cuarentena para participar de reuniones sociales como los responsables de los elevados indicadores de personas infectadas.
“Volvimos a una fase estricta del 1 al 17 de julio, el Gobierno ejerció controles en el transporte, en comercios y empresas. Sin embargo, hubo una flexibilización en la conducta social. Entiendo que la gente esté agobiada, no aguante más, quiera salir, es entendible. El problema es que la consecuencia de esas necesidades son los números que estamos teniendo estos días. Si se permite la apertura comercial es para que no haya una catástrofe económica, pero eso tiene condiciones: no se pueden realizar otro tipo de actividades”, insistió Teresa García.
Una encuesta de la consultora Management & Fit realizada entre entre el 11 y el 13 de julio en el AMBA arrojó que el 87% violó la cuarentena para visitar familiares. “Hay que explicar hasta el cansancio las cosas que no se pueden hacer, no se puede el picadito de fútbol, el asadito, la cerveza en la esquina, el baile. Es una enfermedad muy contagiosa, mortal. Hay que volver a entender esto y tener el mismo espíritu que tuvimos en las primeras semanas de la cuarentena”, reclamó la funcionaria bonaerense, quien advirtió que “la conducta social” de la gente será clave “para seguir administrando estas leves aperturas que hemos tenido”. En el Gobierno de Kicillof ya avisaron que no permitirán que se alcance el 90% de ocupación de camas de terapia intensiva; mucho antes se habrá endurecido la cuarentena.
“Lo más importante es que no aumente la cantidad de casos y que no circule con velocidad, para eso hay que restringir la circulación de personas solamente a lo básico y lo esencial”, sintetizó García.
En La Plata están en contacto permanente con los intendentes monitoreando en cada municipio el crecimiento de la curva de contagios, el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva y de capacidad de los lugares dispuestos para aislamiento. Las reuniones continuarán en los próximos días para determinar si se endurece o no la cuarentena una vez más, aunque los jefes comunales miran de reojo la viabilidad de llevar a la práctica una nueva decisión de este tipo.
“Esto desgraciadamente va a seguir creciendo, hay que abrir, cerrar e ir llevándolo, no hay otra alternativa, pero ¿cómo volvés atrás? ¿15 días más de aislamiento? El que no se quedó en la casa no se va a quedar, no lo podés evitar”, reconoció a Infobae un importante intendente peronista del conurbano.
El martes pasado, luego de una reunión con el Gobernador, el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson resumió lo que asumen sus colegas del conurbano: “Confiamos en la gente para que se cuiden más allá de los controles del Estado”. En la misma sintonía, Gustavo Menéndez, de Merlo, apela al “acompañamiento ciudadano para que no tengamos que volver a extremar medidas”.
“Decidimos apostar a creer en que la gente se va a cuidar, que los comerciantes e industriales van a cumplir con los protocolos. Si eso sucede, no habría motivos para volver atrás, pero si no lo hacemos bien, alguna medida sanitaria vamos a tener que tomar”, declaró Menéndez.
Considerando que las decisiones en el AMBA se tienen que discutir indefectiblemente con Horacio Rodríguez Larreta, en la Ciudad sostienen que por el momento no hay que endurecer la cuarentena. Por su parte, el jefe de Gabinete del gobierno nacional, Santiago Cafiero, remarcó que la tasa de letalidad del virus “está en baja” y el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva está “estabilizado”.
“No hay que tomar decisiones con una foto, sino evaluar un período de 7 o 10 días para ver cómo se fueron confirmando las curvas. Vamos a estar tomando esas decisiones durante la semana que viene”, adelantó en declaraciones a radio Del Plata. El actual período de aislamiento concluye en siete días.