“Hay una gran facilidad para meter presos políticos, luego los suelen largar, aunque no siempre. El gobierno de Venezuela es autoritario, sin dudas”. La frase que pronunció el canciller argentino Felipe Solá en la mañana de este jueves volvió a poner sobre la mesa un tema que había elevado la tensión en el gobierno nacional durante la semana pasada debido a que Argentina expresó su profunda preocupación por las violaciones de derechos humanos en el país caribeño reseñadas en el nuevo informe de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet.
“¿Hay Estado de derecho en Venezuela?”, preguntó Luis Novaresio en radio La Red. “Irregular”, contestó el ministro de Relaciones Exteriores. Y amplió: “El gobierno es de origen legítimo, tiene una relación cuasi bélica con la oposición dura... Y al mismo tiempo Venezuela está terriblemente golpeada por el precio del petróleo y por la cantidad de sanciones y bloqueos que tiene”.
Una semana antes, y después de recibir críticas del kirchnerismo por la postura del país en la ONU expresada en el respaldo al informe de Bachelet, Fernández aseguró que la condena internacional de la Argentina a la violación de los derechos humanos en Venezuela no representa un cambio de abordaje geopolítico del Gobierno, que continúa reconociendo la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente electo.
Frente a ese escenario, y luego de las expresiones de Felipe Solá, Alicia Castro, que fue designada embajadora en Rusia, salió en sus redes sociales a cuestionar la postura del canciller argentino. “Después de las aclaraciones de Alberto Fernández es llamativo que el canciller siga machacando contra Venezuela. Sería oportuno que se exprese contra la proscripción y condena de Correa en Ecuador, el Gobierno de facto de Bolivia que posterga elecciones, la situación de Chile y de Brasil”, afirmó.
Para dejar en claro su postura, le dio un retuit a un mensaje del ex legislador José Cruz Campagnoli que decía: “El presidente Alberto Fernández se manifestó contra el bloqueo a Venezuela y en reconocer los comicios parlamentarios. ¿Por qué entonces Felipe Solá ataca a Venezuela? ¿Por qué no se cuestiona la proscripción de Rafael Correa en Ecuador?”. Fue una forma de darle mayor amplitud a su mensaje.
Castro, quien ya había cumplido funciones como embajadora ante Venezuela y Reino Unido, fue designada por el Presidente para estar a cargo de la embajada en Moscú en reemplazo de Ricardo Lagorio, nombrado por el entonces presidente Mauricio Macri.
Castro tuvo una relación muy estrecha con el ex presidente venezolano Hugo Chávez, a quien había conocido en los primeros años del milenio. “Nos hizo ver a todos que otro camino es posible, que un mundo mejor es posible”, resaltó sobre el líder fallecido en una entrevista años atrás cuando estaba como embajadora en Venezuela.
“En los años en que viví en la República Bolivariana de Venezuela comprobé el extraordinario progreso social de su pueblo, a quien devolvió la dignidad y la esperanza”, sostuvo en referencia a su paso por el país, donde vivió durante cinco años.
Federico Villegas, embajador argentino ante los organismos internacionales en Ginebra, fue el encargado de sentar la postura del país una semana atrás. “Compartimos con la intervención conjunta pronunciada por Perú la profunda preocupación por la situación de los derechos humanos así como por la grave crisis política, económica y humanitaria que padece Venezuela”, sostuvo.
“Esta crisis se ha exacerbado por el incremento de las sanciones económicas y financieras, y por la pandemia del COVID-19, como ha reconocido la Alta Comisionada. También coincidimos en que solo el orden constitucional, la democracia y el Estado de derecho harán posible garantizar el pleno respeto y ejercicio de todos los derechos humanos en Venezuela”, amplió.
Por último, sostuvo: “Nuestra región está llamada a incrementar sus esfuerzos para encontrar una salida pacífica, política y negociada a esta grave crisis multidimensional liderada por los propios venezolanos a través de elecciones inclusivas, transparentes y creíbles. Entendemos que no son el aislamiento, las sanciones ni la estigmatización el camino apropiado para salir de esta crisis, sino el apoyo, la solidaridad y la utilización de los mecanismos de protección de este consejo”.
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