Alberto Fernández reivindicó especialmente el rol que tuvieron las Fuerzas Armadas durante la pandemia por coronavirus y anunció un reconocimiento salarial que era exigido por los miembros de las tres fuerzas, en acto que incluyó varios gestos políticos del jefe de Estado hacia el sector.
Luego de homenajear a los caídos de Malvinas y del ARA San Juan, el Presidente hizo un repaso de las diversas tareas que se encomendaron a los miembros del ejército durante la cuarentena. “Las cumplieron al pie de la letra y no saben cuánto ayudaron; esto que en la jerga militar se conoce como operaciones subsidarias, fueron primordiales para que la Argentina siga trabajando y fundamentalmente para preservar la salud y la vida de los argentinos”, planteó.
En la tradicional cena de camaradería, que este año no tuvo nada de cena porque se realizó a las 11:30 en virtud del aislamiento social y obligatorio vigente, celebró especialmente que los camiones militares hayan sido recibidos y despedidos con aplausos en varios barrios humildes de la Argentina. “¡Gracias! No estuvieron ausentes cuando la Argentina los necesitó”, aseguró.
El jefe de Estado salió especialmente de la Quinta de Olivos donde cumple con una cuarentena estricta- para tomarse una foto con los cuatro referentes de las FFAA: el jefe del Estado Mayor Conjunto general de brigada Juan Martín Paleo, del Estado Mayor de la Fuerza Aérea brigadier Xavier Isaac, del Ejército general de brigada Agustín Cejas; y el de la Armada Argentina, contraalmirante Julio Guardia.
Además, tal como había adelantado Infobae, el mandatario anunció que todos los suplementos no remunerativos comenzarán a formar parte del salario formal de los miembros de la fuerza. “Lo que estamos haciendo es ordenar lo que se desordenó y ponerle fin a todas las desigualdades que se produjeron durante este tiempo todos hemos visto”, afirmó.
Un acto con un contexto político
Aunque se trata de un acto en el que anualmente participa cada Presidente, todavía resuenan los cuestionamientos públicos que Nora Cortiñas pronunció en febrero pasado, luego de que Alberto Fernández llamara a “dar vuelta la página” en la relación con las Fuerzas Armadas: la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora lo llamó “negacionista”, pidió una rectificación pública y sostuvo que “no hay posibilidad de reconciliación con los genocidas”.
Ese cruce, uno de los primeros cimbronazos internos que sufrió el jefe de Estado cuando llevaba poco más de dos meses en el poder, se produjo días después de que Fernández participara en la despedida de un contingente de Cascos Azules, evento en el que estuvo acompañado por las cúpulas castrenses.
El temblor puertas adentro de la coalición gobernante fue significativo y provocó que el mandatario se disculpara públicamente. “Dije que podíamos ‘dar vuelta la página’ porque entre nuestros oficiales ya no quedan partícipes activos o complacientes del terrorismo de Estado. He visto que mis palabras han herido la sensibilidad de las víctimas de la dictadura. Nunca quise causar en ellas el más mínimo dolor. Veo que no usé las palabras pertinentes. Disculpas por ello. Que nadie crea que niego el horror vivido. Como siempre debemos estar unidos para que el ‘nunca más’ que pregonamos sea ‘nunca más’ en la Argentina”, se descargó en una larga serie de tuits.
Hace exactamente una semana, tras la revolución que provocaron los cuestionamientos de Hebe de Bonafini, la misma referente de Derechos Humanos (Cortiñas) advirtió que el Presidente “tiene libertad de manejarse y decidir con qué personas se reúne”, pero advirtió que “el límite son los genocidas. Si se sienta en la mesa con ellos, seguramente haremos alguna advertencia. Me duele cuando elogia de más a las Fuerzas Armadas”.
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