Ya hubo fase 3 en el AMBA pero duró pocos días, apenas dos semanas. Cuando los contagios empezaron a escalar se instaló en el gabinete bonaerense el terror a no tener los recursos sanitarios imprescindibles para atender a los pacientes de riesgo y graves con COVID-19 confirmados que necesariamente ocuparían las camas de terapia intensiva, y pidieron más tiempo para la llegada del pico, un nuevo achatamiento de la curva que les brinde mayor control de las herramientas del Estado para que el sistema no colapse. El Jefe de Gobierno porteño estuvo de acuerdo y anticipó: en la próxima abrimos, y así fue.
Si hubo un momento en el que se consolidó el vínculo entre Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta fue ese, cuando el porteño comprendió la angustia de su inesperado socio de cuarentena y el bonaerense cumplió con la palabra empeñada tres semanas antes, es decir, que una vez concluido el período de “la vuelta atrás”, se volvía hacia adelante.
Ya en fase 3 en el AMBA, o en fase 3 y medio en CABA, como le gusta decir al equipo de comunicación porteño, las aristas de la desconfianza con las que empezaron a compartir estos tiempos complejos, parecen limadas. Por lo menos, en esta instancia.
De uno y otro lado de la General Paz se siente que los responsables políticos quieren poner lo mejor de cada uno para ver el medio vaso lleno de la apertura, acomodando la realidad de veredas, calles y parques cada vez más transitados a la apelación de un nuevo mantra: “responsabilidad social”.
“Desde el Estado se está haciendo todo lo que está a nuestro alcance para atravesar la pandemia y acompañar a la sociedad, pero ahora ya no depende del control o de los operativos que pueda hacer el Estado”, dicen cerca del Gobernador. Y en la Ciudad dicen algo parecido: “Hasta ahora los negocios que no están autorizados siguen con las persianas bajas y si están trabajando es para abrir en los días que tengan autorización, no estamos viendo más gente de la esperada, aunque puede ser que en algunos barrios se note más movimiento que el que hubo en los últimos días”.
“Es todo lo que necesita Alberto, que haya acuerdo entre ellos”, dicen cerca del Presidente. Agregan que “el monitoreo lo tiene que hacer cada distrito, si ambos tienen una lectura similar quiere decir que la estrategia AMBA está funcionando, y es lo que todo el país necesita”.
Un caso paradigmático es el de La Plata, sede del gobierno de la provincia de Buenos Aires, aunque la ciudad está gobernada por un dirigente de Juntos por el Cambio, Julio Garro. El intendente anunció el viernes los alcances de la Fase 3 de aislamiento que entrará en vigencia mañana, con salidas saludables para los menores de 12 años durante este primer período, mientras estudia futuras etapas para adolescentes, adultos y mayores de 65 años, de acuerdo a la evolución epidemiológica.
En la fase 3 bonaerense no están permitidas esas salidas recreativas, que Garro bautizó como “saludables”, sin embargo, Kicillof flexibilizó su mirada ante la situación específica. “Los chicos pueden salir todas las veces que deseen salir con sus padres, hacer mandados, salir a la verdulería con la bicicleta y dar unas vueltas en la plaza cercana al regreso, por ejemplo, lo que se busca evitar es que se amontonen familias distintas, facilitando la circulación del virus”, explicaron.
La Plata es una ciudad especial, con 325 espacios verdes, y quizás por eso es la que tiene menos casos por 100 mil habitantes (252) dentro del conurbano bonaerense. Esa estadística (Avellaneda, por ejemplo, tiene 974 cada 100 mil habitantes) lo llevó a Garro a anunciar que a partir de mañana los chicos de hasta 12 años podrán salir los martes, jueves, sábados y domingos hasta dos horas por día, acompañados por uno de sus padres, sin el aval explícito del Gobernador, aunque todo indicaría que tiene su comprensión.
Garro, junto al intendente de Vicente López, Jorge Macri y el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, mantuvieron hoy por la mañana una reunión con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Wado de Pedro y el secretario de Asuntos Municipales, Avelino Zurro, donde se analizaron los planes de infraestructura que están previstos para los municipios.
Los intendentes expresaron su respaldo al aumento de los giros presupuestarios que el Gobierno nacional le otorgó en este último semestre a la provincia de Buenos Aires, por fuera de la coparticipación federal. “Estamos totalmente de acuerdo con esos giros, como ya lo hicimos cuando Mauricio Macri enviaba más fondos a María Eugenia Vidal, la situación de la Provincia es crítica y no se le hace justicia en los porcentajes coparticipables”, coincidieron los tres intendentes de Juntos por el Cambio en su diálogo con los funcionarios del Frente de Todos.
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