Eduardo Valdés recibió a Infobae en su lugar en el mundo, el gran galpón que funciona como su living o espacio de encuentro, “El Café de las Palabras”, con recuerdos de su vida política y estatuas diversas, desde el papa Francisco hasta Alberto Fernández empuñando una guitarra, como le gusta. Nos pregunta cuánto va a durar el reportaje y le decimos que no más de media hora. “Soy larguero”, se ataja, disfrutando este momento donde le toca explicar el espacio político que integra, a propios y extraños, por vocación y por la larga relación con ambos miembros de la fórmula que gobierna la Argentina. El reportaje duró el doble de lo previsto, una hora donde no mostró inquietud en abordar ninguno de los temas propuestos, en una semana especialmente ríspida para la coalición Frente de Todos, que fue y vino de sus posiciones en varios momentos, en la mayoría de los casos jaqueada por el fuego amigo.
Dijo que Venezuela no es un dictadura y reveló que Emmanuel Macron felicitó a Fernández por seguir hablando con Nicolás Maduro. Aseguró que siempre pensó que el Memorándum con Irán fue negociado por Héctor Timerman para conocer la verdad y contó que el Presidente le pidió a Benjamin Netanyahu el nombre de quienes pusieron la bomba en la embajada y en AMIA y que fueron ajusticiados por Israel, tal como lo revelaron dos ex embajadores israelíes en Argentina. Explicó también que el Presidente está convencido de que para gobernar la Argentina se necesita tener mayorías amplias y que eso le exige dialogar con todos. Que un día tiene que hablar con La Garganta Poderosa y otro día con los empresarios poderosos. Que el 19 de marzo nació un nuevo Alberto Fernández, porque supo construir una decisión durante una jornada crucial, que Valdés detalló desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, cuando se anunció.
Experto en vínculos, el hoy presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados también habló largamente de la relación entre Alberto Ferández y Cristina Kirchner
-Aprovechando que sos el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, nos parece pertinente empezar este reportaje hablando de las declaraciones de Alberto Fernández sobre Venezuela cuando llamó a Víctor Hugo Morales para decirle que el embajador argentino ante los organismos internacionales, Federico Villegas, no había condenado ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el régimen venezolano ni había pedido elecciones limpias y democráticas. El Presidente pareció legitimar en ese reportaje lo que para Sergio Massa, socio de la coalición, es una dictadura. A ver, ¿cuál es entonces la posición del Gobierno en relación al régimen venezolano?
-Para nosotros Venezuela no es una dictadura, podrá gustar más o menos, pero es muy difícil gobernar un país con tantos bloqueos. ¿Cuál es el delito de Venezuela? ¿Tener petróleo? Fue el delito de Saddam Hussein en Irak, fue el delito de Khadafi en Libia, parece que el delito es tener petróleo y no acordar con Arabia Saudita, donde sí se violan los derechos humanos todos los días. Cuando vos tenés una política autónoma sobre el tema petrolero pareciera que te convertís en un maldito y nosotros no compartimos eso. Para nosotros Arabia Saudita es un violador serial de derechos humanos. Todos los martes y todos los viernes en plazas públicas se lapidan mujeres, se decretan penas de muerte, y nosotros no nos enteramos.
-Bueno, Venezuela está en nuestra región, Arabia está en otro continente.
-Irán está cerca de Arabia Saudita. Siempre parece que los malditos son los que no se subordinan a las políticas de la OPEP que conduce Arabia Saudita, pero tiene otras referencias.
-Ahora te voy a preguntar sobre Irán, pero veamos el tema Venezuela.
-A ver. Venezuela ha tenido 25 elecciones en 20 años. ¿Sólo valen las que ganó la oposición? Chávez perdió una elección y ganó otra auditada por el Centro Carter, perdió la Asamblea Nacional, ganó la presidencial. Pero fijate vos, ¿por qué gana la presidencial y pierde las legislativas? Porque la oposición no se unifica en una sola persona, no es el más representativo de la oposición. Nosotros hemos viajado con Alberto Fernández a Francia y te voy a sincerar un diálogo con (Emmanuel) Macron. Él dijo que nos felicitaba por hablar con Maduro y que teníamos que seguir haciéndolo, porque él hablaba con Guaidó pero no le hacía caso. Porque no quiere hablar con el oficialismo de Venezuela. Quiere que los otros países le invadan Venezuela y lo erijan a él, pero la negociación de la política es con los de adentro. ¿Qué decimos nosotros? Que arregle Venezuela su propia situación, no que la invadan. Lo mismo hablamos con Merkel en su momento. Guarda, Venezuela es un escenario que está muy en boga porque tiene elecciones Trump en noviembre. Vas a ver que cuando terminen las elecciones de los Estados Unidos se va a hablar menos de Venezuela.
-Pero Eduardo, 5 millones de emigrados, hay violaciones a los derechos humanos gravísimas, hay hambre.
-Es gravísimo que vivan haciéndole bloqueo a Venezuela. Si hay restricción alimentaria, ¿qué van a hacer? Yo no tengo doble discurso. Donde hay migrantes, para mí, es un dolor que debemos atender. Pero lo que yo quiero saber es por qué se ocupan tantos otros países de la situación. ¿Nos fue bien con Cuba? ¿Fue bien el bloqueo?
-Pero, Eduardo, el bloqueo es reciente, tiene un año y, en realidad, son sanciones. No se bloqueó nunca alimentos ni medicamentos.
-No, no, es de antes que muriera Chávez. El tema son siempre las riquezas naturales. Los malditos son los que tienen petróleo y no se subordinan. No me gustan los bloqueos.
-¿Y las violaciones a los derechos humanos?
-No está bien lo que está pasando en Venezuela y lo que queremos es que se terminen los bloqueos y que sean los propios venezolanos los que resuelvan. Ahora, ¿cuándo van a elecciones y gana la oposición son transparentes y cuando gana el oficialismo hay fraude?
-Pero le hacen una elección al lado para tener un congreso paralelo.
-No, no, una cosa es lo que nos cuentan y otra cosa lo que pasa en la realidad. Gana la oposición y se legitiman esas elecciones.
-Eduardo, no dejan entrar a los diputados opositores al edificio de la Asamblea Legislativa. Persiguen a la oposición, meten presos legisladores.
-A ver. Te doy mi visión, podemos mirarla de un montón de lados. Yo sé que si una persona se tiene que ir de un país a mí no me gusta, me duele. Lo que quiero es que se restablezca el diálogo entre venezolanos. Que no se invente un presidente, porque Guaidó no es reconocido por toda la oposición. Que no se quiera invadir el país. ADECO y COPEI, los partidos tradicionales de Venezuela, no convalidan a Guaidó, que es un dirigente cercano a Donald Trump.
-Pero no estamos hablando de Guaidó. Ayer Víctor Hugo Morales no le preguntó por Guaidó, sino por la posición del Gobierno argentino frente a las violaciones a los derechos humanos.
-Si uno lee lo que dijo el embajador Federico Villegas Beltrán, no está lejos (de lo que estoy diciendo). Una cosa es lo publicado por el embajador y otra cosa es lo que dijo. Federico Villegas Beltrán es un diplomático que ha sido el funcionario de derechos humanos de Jorge Taiana, no piensa muy distinto de nosotros. Miren lo que dijo, no es lo publicado. Había un informe de Michelle Bachelet con la idea de condenar a Venezuela. No salió la condena a Venezuela. Y, en su discurso, el embajador planteó que no se condene a Venezuela. Me comprometo a enviarte una vez de que terminemos de conversar nosotros el textual de lo que dijo el embajador Villegas, que es lo que Alberto explicó con Víctor Hugo Morales.
-Te tomo ese compromiso. (En efecto, Valdés cumplió al enviar por WhatsApp el discurso completo del embajador Villegas que fue motivo de lecturas diversas, aún la que hizo la oposición en Venezuela y en Argentina. Por ejemplo, habla de sanciones no de bloqueos y de que la grave crisis debe ser liderada por los propios venezolanos, aunque asegura que tendrá que hacerse por elecciones inclusivas y transparentes). El tema Irán, que ya vos mencionaste.
-Vamos con los países fáciles.
-Son los temas que están en la opinión pública. El jueves el Presidente dio un reportaje a una de las directora de la American Jewish Committee (AJC) en el marco de los homenajes a las víctimas de la AMIA por los 26 años del atentado donde dijo que el objetivo del Memorando de Irán tenía el objetivo de que los argentinos vengan a declarar a la Argentina, algo muy distinto a lo que él mismo había dicho hace 5 años. ¿Cuál es la posición entonces?
-Yo siempre pensé lo mismo. Nosotros siempre quisimos la verdad de quién puso las bombas de la embajada de Israel y la AMIA. Desde el año 2003, cuando nos tocó gobernar y yo era jefe de gabinete de la Cancillería. Siempre dijimos fue un ataque contra la Argentina. Nosotros no nos merecemos que nos hayan puesto dos bombas, encima en nuestra Ciudad de Buenos Aires. Yo, particularmente, perdí a mi tía Cacha y mi tío Ricardo, que vivían en un edificio de al lado de la Embajada de Israel, que después se derrumbó entero. Ellos sobrevivieron, pero a los dos meses murieron como consecuencia (del shock) que les produjo ese atentado en la Embajada. Me entero perfectamente de ese día en que terminé en el Hospital Argerich a buscar a mis familiares.
Quiero decir que siempre quisimos conocer la verdad. Y el Memorando fue el instrumento que Héctor Timerman creyó que sería el pertinente. Cuando juró como Canciller, él le dijo a Cristina que lo hacía con mucho orgullo, pero que le permitiera ir a fondo con lo que él pudiera para encontrar la verdad de algo que era propio para él, porque hacía a su colectividad. Y estaba convencido de que con ese Memoradum podía hacerlo, y también estaba convencido de que un sector de la DAIA le dijo que avanzara, y otro sector de la AMIA también. De pronto dijeron no. Nosotros queremos encontrar cuanto antes la verdad. Y te voy a contar con orgullo algo importante del viaje que Alberto Fernández realizó a Israel en ocasión de los homenajes por los 70 años de la liberación de Auschwitz.
-El primer viaje oficial de Fernández como Presidente.
-Exactamente. Y Román Lejtman, periodista de Infobae, es testigo de esta escena. Alberto tuvo una obsesión, que era hablar de quiénes habían sido las dos personas que habían puesto la bomba y habían sido ajusticiadas por Israel. Hubo dos embajadores de Israel, Daniel Gazit en el 2010, en el ejercicio de sus funciones, dijo en un reportaje a Perfil “nosotros sabemos quién puso la bomba en la AMIA e Israel dio cuenta de ello”. El otro fue Itzhak Aviran, que fue embajador en el momento de la bomba, también en un reportaje dijo: “Israel sabe quiénes pusieron la bomba en la Embajada y hemos dado cuenta de ellos”. Algo así dicen los dos. Sin embargo, nunca pudimos saber quiénes son. Los argentinos nos estamos desangrando, nos trajo tanta división, así que el Presidente se lo preguntó al presidente israelí Reuven Rivlin y el primer ministro Benjamin Netanyahu. Pensemos que Alberto y Fabiola fueron invitados a almorzar a su domicilio particular, y construyeron un vínculo personal importante. Ahí, el primer ministro le dijo que lo iba a averiguar y se lo iba a contar, quiénes habían sido. Yo no he vuelto a hablar con el Presidente de este tema, no sé si le llegó la respuesta o no. Supongo que no, porque si no lo hubiera dicho en la entrevista que concedió a la AJC. Pero te aseguro que el único tema, además de fortalecer las relaciones y exponer nuestra posición en torno a la deuda para solicitar respaldo en medio de la negociación, era tener esta información. Es una obsesión para nosotros, es una herida abierta, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires. Lo peor que podemos hacer es dividirnos y creer que el Memorándum se hizo para ocultar. Que hubo ocultamiento no tengo ninguna duda, pero fue al comienzo de la investigación. Hay una trafic que no sabemos si estuvo o no estuvo, hay una serie de cosas. Ahora lo que podemos hacer es resolverlo de estado a estado, si están las declaraciones de estos dos ex embajadores, personas serias, podemos decir: “Estas fueron las personas y estos fueron los motivos”.
-Avancemos sobre otros temas. Es un momento complejo, confuso en medio de la pandemia y la cuarentena.
-O no.
-¿Por qué?
-Yo creo que la pandemia nos trajo aparejados en todas partes del mundo las buenas y las malas personas que nos gobiernan. Me he sorprendido que gente que piensa ideológicamente como yo tomó decisiones sobre este tema muy distintas a las que yo creo que había que tomar, que en mis valores es preservar la vida humana. Me sorprenden las decisiones que tomó Andrés López Obrador, de México. En cambio, Angela Merkel, de Alemania, se puso en otro lugar, preservar la vida, mostrando un camino en Europa. Las siete mujeres que gobiernan países decidieron tomar el mismo camino, sin consultarse entre ellas. Será porque ustedes, las mujeres, dan vida, pero cada una tiene una ideología distinta y todas fueron por el mismo lado. Y mi país tomó la misma decisión, por eso creo que emergen los valores humanos con los que se gobiernan los países. Hace dos meses se cumplió un aniversario de la muerte de la mamá de Alberto. Su familia, como la mía, no eran peronistas. Más bien eran antiperonistas. Yo me llamo Eduardo por Lonardi (el general que dio el golpe contra Juan Domingo Perón, en 1955). La cosa es que yo le dije: “Tu madre estaría muy orgullosa de vos, porque te estás manejando en esta pandemia con los valores que ella te crió”. Hay que ver cómo es el final de la pandemia, no estoy de acuerdo con aflojar, pero no es por convicciones sino por las presiones.
-Uno podría decir que sos experto en vínculos. Recuperaste la relación con Cristina mucho antes que Alberto. Sos amigo de Alberto antes de que Cristina y Alberto se hayan conocido. Así que sos la persona para aclararnos algunas cosas. ¿Cómo es la relación entre ellos? Hay muchas dudas e interrogantes. ¿Ella es la jefa? ¿Él le tiene miedo?
-Ohhh. A ver. Te voy a decir cómo reconstruí mi vínculo con Cristina. Porque quizás la pinta de cuerpo entero. Yo me había ido del gobierno por el problema con Hilda Molina y en el año 2011, Cristina había ganado por el 54% de los votos, aún no había asumido como presidenta. Yo la fui a ver por Gustavo Beliz, porque estaba siendo perseguido por el espionaje ilegal, se había tenido que ir del país, la estaba pasando muy mal y quería volver a la Argentina. Pero necesitaba el acuerdo del Gobierno argentino porque él estaba trabajando para el BID, lo llevó Enrique Iglesias, que en ese momento presidente del BID y un gran hombre. Se sorprendió y me dijo “traelo mañana a Beliz” y Gustavo fue, habló con ella. Pudo volver a la Argentina, demostrando que ella no tenía nada que ver en los problemas que tenía Gustavo. Eso me gustó de Cristina. Después vino lo del Papa, ahí le pude mandar un correo electrónico contándole lo que yo pensaba que significaba que era Jorge Mario Bergoglio. Después, yo le dije que invite a Roma a Alicia Oliveira, que fue la verdadera constructora de puentes entre Cristina y el Papa. Aporté ese nombre y fue crucial.
-Bueno, ¿y qué pasa en el vínculo entre Alberto y Cristina hoy?
-Vos sabés que los peronistas somos tumultuosos. Vos eras peronista.
-Cuando era joven.
-Después te volviste peronóloga y te alejaste de nosotros. Digo, los peronistas somos tumultuosos, cuando hacemos la unidad, cuando discutimos, siempre lo somos. Pero no hay ningún motivo para que Cristina y Alberto tengan ninguna fisura. Creo que lo que ha pasado en la última semana es que Alberto sabe que tenemos que ampliar la base de sustentación, la base social con la que llegamos a gobernar. Alberto es un hombre que está en la construcción de una nueva mayoría.
-Él lo tiene claro, pero ¿Cristina lo tiene claro?
-También. Lo que pasa es que vos no podés construir una nueva mayoría dejando de lado a con quienes llegaste.
-Pero él es el Presidente.
-Hay celos, no de parte de Cristina. Lo de Hebe me suena por ahí.
-¿Cristina es la jefa?
-No creo, Cristina no pone la condición de que ella es la jefa. Creo que ella ha tenido jugadas extraordinarias. La última fue la mejor de todas, cuando hizo ese enroque que nadie imaginó.
-Brillante.
-Yo recorro América Latina y los líderes de los espacios nacionales y populares te hablan de eso que no sucedió en Brasil, en Ecuador. Decían que ella era el ego pero no tuvo ningún problema en decir “yo tengo los votos, pero sé que hay condiciones para que yo pueda gobernar”. Mirá qué humildad. Buscó un hombre que tuviera lo que a ella le complementaba y creo que esto está funcionando.
-Hay dudas de que Cristina lo deje gobernar.
-Hay dudas de todo tipo. Permitime decirte algo. Hay una estigmatización contra Cristina. La han acusado del asesinato de Juan Castro, de Ducler, del propio marido de ella, de Nisman, de ahora Gutiérrez. ¿Por qué? Hay permanentemente una cuestión de saciar contra Cristina cosas que no harían frente a otro dirigente político. Yo digo una cosa. Nadie tiene mayor voluntad de que a este Gobierno le vaya bien que Cristina Fernández de Kirchner. Sería un fracaso para ella, para nosotros, los que hemos sustentado durante cuatro años que queríamos volver para ser mejores y construir una sociedad más inclusiva que la que dejamos nosotros y que nos dejaron a nosotros. Si hay algo que tiene Cristina Fernández de Kirchner es inteligencia. No es verdad que ella quiere que le vaya mal a Alberto. El 9 de julio había una mancha opositora, estaba el problema de los silobolsas, seguía lo de Gutiérrez y una protesta que buscaba instalar que “nosotros somos la patria”. Frente a eso, Alberto quiso convocar a los gobernadores y a los empresarios y sindicalistas, que faltaron otros, Hugo Yasky y Hugo Moyano, faltaron los organismos de derechos humanos. Pero Alberto quiso mostrar que los que no pensaban como él, fundamentalmente, los empresarios más importantes y los gobernadores de Cambiemos, estaban acompañando el momento. Eso generó celos vinculados a cosas preexistentes.
-Es difícil entender por qué desde su propio espacio lo salen a criticar.
-Porque somos tumultuosos, ya te he dicho. Van a seguir criticándonos. Yo hablo todos los días con personas que lo critican (para contenerlos). Somos un espacio crítico.
-Un espacio crítico es una cosa. Limar la autoridad presidencial es otra.
-Pero no sé si ellos quieren limar la autoridad presidencial. Hablo con Milagro Sala muy seguido, me parece muy injusta su detención. Hablo con Hebe, hablo con Taty (Almeyda), con Héctor Daer, bastante. Me gustaría tener una relación cercana con Pablo y Hugo Moyano, pero lamentablemente no lo tengo. Hablo con Gustavo Vera. Creo que hay que hablar con todo el mundo, y el Presidente hace lo mismo. Juntarse con La Garganta Poderosa y con los otros poderosos. Me parece que eso es un Presidente.
-O sea, vos dirías, que el Presidente está por encima de las divisiones que están en la sociedad.
-El Presidente tiene la obligación de construir una mayoría que permita gobernar en la Argentina. No da el espacio de Capuletos contra Montescos. No da. Argentina no puede volver a esos momentos. Y el Presidente está construyendo ese espacio y yo lo veo muy bien, por eso hemos podido transitar estos días durísimos de encierro compartiendo siempre las decisiones con Horacio Rodríguez Larreta, con Axel Kicillof, con Schiaretti y con Perotti, otros dos gobernadores que son distintos dentro de nuestro espacio.
-¿Cómo lo ves al Presidente en términos personales? A veces parece muy desgastado, lo cual es lógico dada las circunstancias inéditas en las que le tocó gobernar.
-Creo que el 19 de marzo de este año nació otro Alberto. Es algo que aprendió ese día. Porque a las 9 de la mañana, que empezamos los dos solas a caminar, Alberto me decía: “¿A vos te parece lo que dijo Nicolás Trotta, que había que cerrar las escuelas, cómo salgo de esto?”. A las 10.30 de la mañana llegaron Guzmán y Beliz, con quienes habló sobre qué pasaría en el país si se toman decisiones de cuarentena cerrada o abierta, cómo serían los escenarios. Después llegaron los dirigentes sindicales, luego los dirigentes empresarios. Luego apareció Ginés con los médicos y especialistas. Después, el Presidente decidió volcar todo esto reunido gobernadores, intendentes del conurbano, pidiéndoles que tomemos entre todos la decisión. Me acuerdo que a las 9 de la noche, los periodistas estaban enojados por la hora en la que el Presidente iba a hacer el anuncio. Pero esa es la hora en que terminó de construir una decisión. Ese es Alberto. Y ese el país que a mí me gusta, que se construyan las decisiones, no que se tomen las decisiones. Muchas veces me preguntan, ¿qué pasa que no sale el impuesto a la riqueza?, por ejemplo. Siempre contesto que el Presidente está construyendo las decisiones, porque no sirve que se imponga una decisión. No es un cuchillo que te tengo que meter, sino un consenso para un impuesto que genere igualdad, porque no es lindo andar en nuestra Ciudad con gente que vive en la calle.
-Totalmente de acuerdo. Va a depender de cómo construye esa decisión y la legitimidad social. Ultima pregunta. Apenas a siete meses de iniciada la gestión, se ve un Gobierno desgastado. ¿Cómo seguirá? ¿Habrá cambio de Gabinete? ¿El Presidente necesita más ayuda?
-Siempre un Presidente necesita ayuda. Yo creo que el Gabinete se subordinó totalmente a la pandemia. ¿Cómo puedo juzgar a María Eugenia Bielsa, por dar un ejemplo? El Gabinete que dio más la cara fue auxiliado por el otro Gabinete, que no tuvo que poner tanto la cara. A Ginés le tocó jugar de entrada en una visibilidad que el Ministro de Salud no tenía, pero tuvo un equipo que lo respaldó. Katopodis se reconvirtió a un ministro para poner camas de terapia intensiva. A Santiago Cafiero le tocó coordinar la parte que Presidente le fue delegando que no tenía que ver con la pandemia. Yo creo que han estado a la altura de la circunstancia. Lo que pasa es que estamos mucho tiempo encerrados y hacemos más críticas que las que se merecen. Ayer Nancy Pazos me mandó una encuesta del JPMorgan con la imagen de los líderes del mundo ante la pandemia y figuraban al frente Angela Merkel y Alberto Fernández. ¿Qué querés que te diga? Nosotros sabemos el lugar que tenemos en el arco político, no nos tiene que pasar lo que le pasó a (Fernando) Lugo y a Evo (Morales), los golpes blandos existen.
-Eso lo dejamos para hablar en otro reportaje. Gracias por este diálogo.
Producción: Mariana Dahbar. Cámaras: Matías Arbotto y Gastón Taylor. Edición: Equipo Media Digital Infobae.
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