El presidente Alberto Fernández volvió a recibir una crítica por parte de representantes del exterior por la utilización de ejemplos a la hora de anunciar una nueva etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio: esta vez, la respuesta llegó desde la comunidad vasca en la Argentina.
Durante la última conferencia de prensa que encabezó en la Quinta de Olivos, en la que adelantó algunas flexibilizaciones de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el mandatario nacional mencionó a esta región de España para advertir sobre las consecuencias que podría conllevar un potencial colapso en el sistema de salud.
“Todo el esfuerzo que hemos hecho, no ha sido inútil. Por mucho que nos duela la sensación de encierro y los problemas que genera, el aislamiento es lo que nos permite no caer en la crisis que cayó el País Vasco. No caer en el riesgo de elegir quién vive y quién muere”, sostuvo el jefe de Estado durante su presentación.
Unas horas más tarde, la Federación de Entidades Vasco Argentinas (FEVA) calificó como “desafortunados” los dichos de Alberto Fernández y aseguró que “el sistema de salud” en las ciudades que integran este territorio autónomo “no colapsó”.
“No fue la situación del País Vasco ni cercanamente similar a la de otras comunidades. Por el contrario, los recursos se administraron de mejor modo y con menor sufrimiento del que se pretendía ejemplificar en ese discurso”, resaltaron las autoridades de esa entidad en una nota que le hicieron llegar al Presidente.
En el mismo texto, señalaron que para argumentar esto se ajuntó una serie de documentos aportados por el gobierno de Euskadi (como se lo conoce en su idioma local), donde, según datos oficiales, al 17 de julio se habían registrado 1.563 muertos por coronavirus y más de 14.117 casos positivos.
“Es por ello que nos cuesta entender por qué se ha hecho esa mención que injusta, dolorosa y desafortunadamente daña a nuestra segunda patria. Quedamos a su disposición para cualquier ampliación que estime necesaria y entre tanto, dejamos aquí aclarada la verdadera situación y actuación del País Vasco”, finalizó este documento.
No es la primera vez que Alberto Fernández recibe este tipo de respuestas: a principios de abril, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, elaboró un informe que desmentía las cifras que había dado su par argentino para comparar la situación epidemiológica en ambas naciones.
Posteriormente, a finales de mayo pasado, el embajador trasandino en Buenos Aires, Nicolás Monckeberg Díaz, escribió un mensaje en las redes sociales en el que señaló un error en las gráficas que había utilizado el líder de la Casa Rosada en otra de las conferencias de prensa.
El gobierno sueco, en tanto, se tomó tres días para responder a los cuestionamientos que hizo el mandatario nacional sobre el modelo elegido allí para enfrentar la pandemia del COVID-19: “La verdad que lo que veo es que Suecia, con 10 millones de habitantes, cuenta 3.175 muertos por el virus. Es menos de la cuarta parte de lo que la Argentina tiene. Si seguimos el ejemplo de Suecia, tendríamos 13 mil muertos”, había dicho Alberto Fernández.
En un tono diplomático, las autoridades de ese país europeo plantearon que ”es difícil hacer comparaciones directas entre las medidas de contención que han adoptado” diferentes Estados y resaltaron que “pasará tiempo antes de que sepamos qué modelos funcionan mejor”.
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