Alberto Fernández ya había decidido y acordado con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta la reapertura de la cuarentena cuando ayer al mediodía recibió en Olivos al comité de infectólogos y epidemiólogos que lo asesoran en la gestión de la pandemia desde mediados de marzo.
La misma rutina repitió el gobernador bonaerense: por la mañana, dedicó parte de su agenda a conversar en forma virtual con el comité de científicos que aconsejan en la estrategia sanitaria de la Provincia, ante el que resaltó la necesidad de “no dejar que el aislamiento se regule automáticamente”.
Kicillof suele ser el más cauto. Ayer, durante el encuentro virtual con los especialistas del que también participaron intendentes del Gran Buenos Aires, uno de ellos le preguntó si a partir de la semana próxima se podía analizar la posibilidad de habilitar las salidas recreativas para los menores, como en la Ciudad. El gobernador lo cortó en seco. “Volvemos a reactivar solo lo que estaba al 1 de julio”, fue el mensaje que bajó, según pudo reconstruir este medio.
Rodríguez Larreta pasó buena parte del jueves en su oficina de la calle Uspallata, reunido con sus colaboradores y abocado al pulido del anuncio de hoy y de la conferencia que hasta ayer tenían previsto dar por la tarde, con los detalles de la próxima etapa de la cuarentena en la Ciudad. Es la primera vez que anunciará un plan integral y gradual de aperturas por etapas, como anticipó Infobae hace una semana.
Ayer, el Presidente, el gobernador y el jefe de Gobierno no necesitaron volver a reunirse.
El miércoles por la noche, junto a los principales funcionarios de las tres administraciones, resolvieron en Olivos lo que en los días previos ya se daba como un hecho: que la cuarentena dejará de ser estricta en el AMBA y volverá por dos semanas a la fase anterior al miércoles 1, cuando se decidió endurecer el aislamiento para tratar de achatar la curva de contagios y evitar un colapso en la ocupación de camas de terapia, uno de los índices que siguen con atención las autoridades políticas y sanitarias.
El anuncio de hoy con la flexibilización de la cuarentena incluirá sin embargo una novedad respecto de las últimas puestas en escena, que incluyeron solo a Kicillof y a Rodríguez Larreta junto al jefe de Estado: anoche, los gobernadores Gerardo Morales, Jorge “Coqui” Capitanich y Arabela Carreras habían sido convocados a las 11 de la mañana para participar del mensaje oficial en forma virtual.
Jujuy, Chaco y Río Negro son tres de las provincias que más preocupan en términos sanitarios, más allá del Área Metropolitana. El parte oficial de ayer del Ministerio de Salud registró 22, 42 y 21 nuevos contagios, respectivamente.
Ayer, a la hora de la cena, desde el equipo de comunicación de Presidencia también daban por hecho que el anuncio de hoy iría grabado, como la última vez. Para el postre, confirmaron al final que será en vivo. Durante el desayuno de esta mañana podría volver a cambiar.
Es que, más allá de los desajustes habituales, y después de 120 días de cuarentena, el contenido y el tenor del mensaje de hoy es clave para la continuidad del confinamiento, en el pasaje más crudo de la pandemia.
Si el anuncio de hace tres semanas fue trascendente por la oficialización de la vuelta a una fase estricta del aislamiento, tres meses y medio después de haberse decretado por primera vez, el de este mediodía se torna igual de sofisticado por la puesta en marcha de la reapertura progresiva en tal vez el momento más estresante de la pandemia sanitaria, combinado con una fatiga social evidente y una crisis económica que en algunos rubros es intolerable.
El miércoles por la noche, mientras promediaban su reunión, Fernández, Kicillof Rodríguez Larreta y sus colaboradores recibieron el parte del día con récord de muertes y de nuevos contagios en la Ciudad -en torno a los 1.200- y en la Provincia -muy por encima de los 2.500-.
El récord de casos, a 48 horas del anuncio de flexibilización, llevó mucha más zozobra afuera que adentro de Olivos. Pero los tres mandatarios, que a esa altura contaban con nulo margen de desandar el clima reaperturista que ellos mismos instalaron en la previa, coincidieron en trabajar en reforzar el mensaje de hoy, apelar a la conciencia social y machacar en que el índice diario de nuevos contagios no es absoluto, si no que hay otros en los que detenerse.
Como el índice de contagiosidad -el R, que en la Ciudad se ubicó esta semana en torno a 1-, la duplicación de casos y la ocupación de camas de terapia, que ayer estaba en el AMBA en el 64%. “Tenemos que reforzar eso”, repetían ayer.
Anoche, en tanto, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, recibió en Olivos junto al ministro de Transporte, Mario Meoni, a su par de Ciudad, Felipe Miguel, y Juan José Méndez, encargado del área de Obras Públicas y Transporte del gobierno porteño. También participó Bana Benegas, secretario de Innovación y Transformación Digital de la Ciudad. Y autoridades bonaerenses.
¿El tema? La utilización de los trenes, colectivos y subtes del Área Metropolitana, que, como anticipó anteayer este medio, seguirán siendo a partir del lunes de uso exclusivo para trabajadores esenciales.
Desde la semana próxima, tanto Rodríguez Larreta -en su entorno insisten cada vez más con la crisis de la actividad económica y el mal humor social- como Kicillof volverán a habilitar la apertura de comercios de cercanía no esenciales -en la Ciudad son unos 70 mil-. El gobernador había estudiado la posibilidad de dar el visto bueno para algún tipo de deporte individual en el Gran Buenos Aires, pero al final la descartó.
En el caso de la Ciudad, además de la reapertura de locales y ferias barriales, volverán a permitir la actividad física al aire libre -primero, según trascendió, por documento- y agregarán salidas recreativas para menores durante la semana: al principio martes y jueves, y a partir del lunes 27 todos los días, para aprovechar las vacaciones de invierno.
En el calendario de reaperturas que Rodríguez Larreta planificó con sus colaboradores durante la última semana y media, y que se filtró antes de sentarse a discutir con Kicillof -se vieron a solas el lunes, en la previa del encuentro de Olivos- y el Presidente -hay quienes apuestan a que la filtración fue adrede, para presionar políticamente-, se proyectan además, a partir de las siguientes semanas, las mudanzas, los psicólogos, las peluquerías, los centros comerciales en zonas de mayores aglomeraciones, y algunas industrias no esenciales, entre otros rubros.
Las reuniones sociales acotadas quedarían recién para entre mediados y fines de agosto. Todo sujeto a la evolución de la circulación del virus.
En la Provincia, el gobernador no quiere por ahora dar muchas más señales de apertura. A Kicillof le preocupa especialmente la crisis. Pero como el Presidente y el jefe de Gobierno, entendió que a la fatiga de la sociedad, tras cuatro meses de aislamiento sanitario y económico, hay que conducirla y darle una respuesta desde la política.
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