El papel de las redes sociales y de los medios de comunicación, la relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y el uso de las palabras en el país fueron algunos de los temas que abordaron cuatro analistas políticos esta tarde en la segunda reunión del ciclo de videoconferencias on line DebatiKon para “analizar y pensar ideas políticas para la Argentina”.
Los participantes de la charla fueron Raúl Timerman, director del Grupo de Opinión Pública; Raúl Aragón, director de Raúl Aragón y Asociados; Pablo Romá, director de Circuitos, y Federico González, director de Federico González y Asociados, y la moderación estuvo a cargo de la periodista Julieta Redondo.
El primero en hablar fue González, quien, al hablar sobre “Emoción, sentimiento y pasión en la política”, presentó una imagen con dos nubes de palabras que aparecieron durante el 9 de julio y la pandemia, y dijo que en la primera predominaba la palabra “odio”: “Este sentimiento se transforma en pasiones políticas y hay que atender más esa lógica”, consideró.
Para este analista político, a la hora de tomar acciones de gobierno, hacer oposición y realizar una comunicación política, por ejemplo, “hay ciertas categorías que tendríamos que tenerlas más presentes y pensarlas más que actuarlas”.
Contrastó luego el hecho de que “el odio estuvo presente el 9 de julio”, en alusión al “banderazo” contra el Gobierno y las réplicas que recibió desde el oficialismo, con una nube de palabras para tener en cuenta, como esperanza, amor, solidaridad y paz. “Las palabras son importantes para la política, algo que parece naif pero a veces en las campañas alguien reconoce que le falta enamorar al electorado y que la gente necesita esperanza. El desafío para la dirigencia es cómo cambiar del modo confrontación al modo pacífico”, destacó González, que para concluir pidió: “Tengamos en cuenta a las palabras”.
Por su parte, al referirse a “La República y la política”, Romá afirmó que hay “dos modelos claros que se imponen para pensar en una salida de la crisis, que es una disyuntiva entre ajuste y distribución”, a los que calificó como “dos polos de atracción” que definen una tendencia general. Mencionó las discusiones que se dan sobre el concepto de República, que para algunos significa “poner reglas claras como existen en el mundo, algo que se puede interpretar como la lógica del capital financiero”.
Habló luego del “banderazo” como un “rechazo a todo intento de avance sobre la propiedad privada”, pero consideró que en la cuestión del empleo el problema no es determinar si la responsabilidad de solucionarlo es pública o privada porque es el Estado el que “tiene que garantizar las condiciones del empleo”, lo mismo que el ATP, el programa estatal para ayudar a pagar los sueldos a las empresas en crisis: “Esta también es una cuestión pública, parte de esa disyuntiva de ajuste o distribución”.
Al mencionar el encuentro entre Sergio Massa y Máximo Kirchner con empresarios, Romá se preguntó si en esas acciones el Gobierno “tiene idea de un acuerdo o pacto social” y señaló que allí hay tanto “necesidades del empresariado local como del oficialismo de salir de la crisis”, con “el aval de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner”, lo que “nos lleva a pensar en una división o una unidad con diferencias sobre si para acordar con los empresarios es necesaria la unidad de todos”.
Timerman, a continuación, hizo un resumen histórico desde 2015, en que Cristina Kirchner elige un candidato presidencial como Daniel Scioli, “alguien que no tiene diferencias con ella” y lo que sucedió en 2019, en el que la actual vicepresidenta “elige a alguien como Alberto Fernández, que había disentido con ella”. Fue su introducción hasta llegar a “la sociedad dividida” que se mostró en el acto del 9 de julio, en donde, según este analista político, el Gobierno mostró en la foto de la Quinta de Olivos a “un clásico del peronismo como es la armonía entre el capital y el trabajo”.
“El Presidente trata de poner juntos al establishment económico y sindical y dice que hay diversidad, pero tuvo una frase desgraciada cuando habló de los odiadores. Hay que terminar con el odio, no con el odiador”, puntualizó.
También criticó al primer mandatario por la forma en que anunció su propuesta para la empresa Vicentín: “Lo hizo sin convicción, lo presentó mal, luego vino el salvavidas que propone Perotti y el Poder Ejecutivo se olvidó del tema”.
De la misma forma, Timerman consideró “un error de comunicación” que el Presidente haya desmentido por Twitter una nota que publicó Nancy Pazos en Infobae el 9 de julio porque le dio más difusión al artículo periodístico y también cuestionó el tuit del vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, contra Mauricio Macri: “Prohibiría Twitter para los funcionarios públicos”, dijo.
Sostuvo que “no es momento de chicanear en las redes sociales” y llamó a “apoyar al Gobierno” y a expresar “el desacuerdo en conversaciones políticas, discutiendo ideas” porque “la política tiene que abandonar la descalificación, que lleva al odio”.
Por último, Aragón se refirió a las redes sociales, las que calificó como “el fenómeno que conocemos y padecemos”, y mostró cifras que demuestran que Facebook e Instagram tienen más usuarios que Twitter, pero que esta última se difunde más gracias que los medios, que “necesitan noticias espectaculares y deciden que es importante algo que tuvo 300 réplicas”.
Se quejó de que en los medios de comunicación “hay una interpretación sesgadaa y una deformación terrible” por amplificar lo que aparece en Twitter, “un espacio de debate y de odio” ya que garantiza “el anonimato y eso genera impunidad”.
“Las redes no sirven como interpretadores de la realidad”, dijo Aragón, para quien los medios “instalan temas de poco impacto” y “los políticos son obligados a responder” lo que aparece en Twitter.
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