El politólogo Ely Karmon es un experto israelí que le sigue los pasos a la organización terrorista Hezbollah en el mundo y, por cierto, también en la región. Desde el Instituto Internacional de Lucha contra el Terrorismo (ICT) del Centro Interdisciplinario de Herzliya analiza la información que le llega en forma permanente y entrega regularmente un newsletter con análisis que es seguido por los mayores especialistas en un área y que se expande en las universidades y los centros de estudios más prestigiosos. Conoce muy bien Buenos Aires, donde viajó varias veces y hasta brindó conferencias. A pocos días de un nuevo aniversario del atentado contra la AMIA, desde Herzliya, la bella ciudad marítima que está al norte de Tel Aviv, Karmon dijo que “es muy importante que Alberto Fernández continúe la política que Mauricio Macri inició con Hezbollah al definirla como organización terrorista”. De todos modos, consideró que “se necesita una cooperación estrecha entre Argentina, Brasil y Paraguay” en la Triple Frontera, una zona que sigue caliente en materia criminal. También aseguró que Venezuela es un riesgo para la región y hasta habló de la posibilidad de que su territorio sea utilizado para organizar nuevos ataques contra objetivos norteamericanos o israelíes. Aquí, parte del diálogo que tuvo con Infobae, que se reproduce en forma completa al pie de la nota.
-Hace pocos días fue detenido un testaferro de Nicolás Maduro en Cabo Verde, una situación que generó inquietud en algunos círculos argentinos. ¿Qué información tiene al respecto?
-Esta persona, Alex Saab, un ciudadano colombiano de origen libanés cuando sabemos que Hezbollah es una organización libanesa, hizo una escala en Cabo Verde, que en realidad era una escala para negociar la venta de petróleo de Irán a Venezuela. Se trata de algo que conviene a los dos países, porque Venezuela necesita petróleo, en tanto Irán tiene sanciones y no puede vender al exterior. Se cree que esta persona fue la que organizó los cinco navíos con petróleo que llegaron dos semanas atrás a Venezuela y le permitieron al régimen sobrevivir en sus necesidades de abastecimiento en petróleo. Es sabido que esta persona está involucrada en un esquema de alimentación popular pero que fue utilizada para ocultar lavado de dinero para Maduro y su entorno más cercano. Parece una operación humanitaria, pero es en favor de la cúpula venezolana.
-¿Usted considera que Venezuela sigue siendo un riesgo para la región en materia de terrorismo?
-No hay dudas, Venezuela desde la presidencia de Chávez lo es. Y con Maduro continúa la misma política, aunque Irán sea más débil hoy que hace unos años atrás, pero necesita el territorio venezolano para penetrar en el continente. Incluso para intentar desestabilizar en la región a aquellos gobiernos que son amigos de los Estados Unidos, incurriendo en subversión política por una parte y, por otro lado, dando siempre la posibilidad de terrorismo en caso de que haya crisis en Medio Oriente, porque Irán y Hezbollah podrían atacar objetivos estadounidenses en otros países, entre los que podría estar la Argentina.
-¿O sea que Argentina podría nuevamente ser víctima del terrorismo?
-Lo que pasa con la estrategia de Irán y Hezbollah desde los años 80, y durante todas estas décadas, es que la mayoría de los atentados que realizaron en Occidente fue en países que ellos consideraban débiles, tanto desde el punto de vista operativo, porque no conocen este tipo de organizaciones, como desde el punto de vista institucional. Hablo tanto de Hezbollah como otras. Los servicios de inteligencia, la policía, las fuerzas de seguridad de muchos países, incluida la Argentina, no tienen los recursos para monitorear de manera eficaz las actividades de estos grupos terroristas. Y, además, saben que los gobiernos de estos países no tienen la fuerza política para castigar al Irán. Vimos esto con toda la historia de atentados. No solamente en la Argentina, en Nigeria, en Kenia, en Azerbaiyán. Incluso en los años 90 en Europa hubo una serie de atentados contra objetivos occidentales y la oposición iraní. Solamente después de que la corte suprema de Alemania declaró que cinco líderes iraníes eran los responsables de esos atentados, hubo un período de nueve o diez años que Irán y Hezbollah no volvieron a provocar atentados sobre países europeos. Cuando no ven una política agresiva contra ellos, se ensañan. Puede ser Argentina o cualquier país latinoamericano un objetivo cuando ellos piensan que es un momento estratégico propicio y cuando tienen los medios operativos facilitados. Como la infraestructura de Hezbollah sigue activa en la Triple Frontera, es posible que pueda utilizarla para hacer nuevo atentado, o que pueda utilizar el territorio venezolano para hacer una acción contra los Estados Unidos, o contra Israel, o contra cualquier otro objetivo, Francia, Gran Bretaña o países del Golfo. Intentaron asesinar al embajador saudí en Washington con el apoyo de un cartel mexicano, Los Zeta.
-Aquí, hace un año, la Argentina declaró a Hezbollah como una organización terrorista y dispuso el congelamiento de los activos de sus líderes y miembros, haciéndola ingresar en el Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento (RePET), un decreto que fue ratificado por el actual Gobierno, que es de signo contrario al anterior. Incluso el juez Guerrero ratificó una decisión sobre otro empresario libanés, Assad Barakat, ¿Está conforme con que a pesar del cambio de administración continúa esa política o considera que todavía habría que hacer más?
-Creo que es importante que la política de la decisión de la administración Macri de declarar a Hezbollah organización terrorista es muy importante y el hecho de que la administración del presidente Fernández continúe con esa política es importante también. El problema es que continúen las medidas judiciales y operativas en la zona de la Triple Frontera en cooperación muy estrecha con Brasil y Paraguay. No hay que olvidar que hubo funcionarios en Paraguay muy vinculados a Hezbollah, incluso un ex canciller. No es lo que pasa ahora, pero es una zona muy difícil de controlar porque hay mucho contrabando, tráfico de organizaciones criminales que no son Hezbollah, más la corrupción. Este empresario, Barakat, estuvo en prisión no por terrorismo, por mandar 50 millones de dólares a Hezbollah en el Líbano, por eso fue liberado y continúa activo. Los tres países tienen que actuar en conjunto para obtener información que lleve a estas personas a juicio por terrorismo, y no solamente por lavado de dinero.
-¿Esta debilidad de sus instituciones de seguridad, justicia e inteligencia es lo que explica que la Argentina todavía no haya podido condenar a los responsables de los ataques a la Embajada de Israel y de la AMIA?
-Claramente hay un fondo político en toda la actuación de los varios equipos que trabajaron, tanto en lo que hace a lo jurídico como en lo operacional, en materia de inteligencia. Lo que vimos en los primeros años de investigación de los dos atentados vimos la corrupción en algunos círculos de la Policía, incluso el primer juez Galeano estuvo involucrado. Aún los gobiernos que piensan que Irán no es un actor tan peligroso deben considerar que acciones de terrorismo tienen una implicancia estratégica para la seguridad del Estado. Esta historia no está terminada. La muerte del fiscal Alberto Nisman demuestra que hay una influencia negativa de todo lo que pasó en los últimos 25 años.
-¿La investigación de Alberto Nisman fue la que estuvo más cerca de conocer la verdad de lo que pasó?
-De lo que yo supe de la investigación, los documentos oficiales que recibí en su momento, que mandaba a la Corte, lo que hablé con él cuando estuve en Buenos Aires y cuando después lo invité a dar una conferencia en nuestra universidad sobre la Triple Frontera, me dejó la impresión de que tenía mucha información para probar lo que había sucedido. Jamás pude creer que un hombre como él, que tenía tanto material, un día antes de presentar su acusación, decidiera suicidarse. Hay tantos elementos que demuestran que la investigación de Nisman no se hizo de manera normal. No es posible que los guardaespaldas que sabían que había amenazas contra él, sobre todo el fin de semana, no estuvieran en el puesto. Que no se abriera la puerta por cinco horas. Que se necesite la madre para que abra la puerta. Que entre tanta gente al apartamento después. Que la investigación se hizo de esa manera diletante. Mi opinión personal es que fue un asesinato. Lo que puede influir mucho en la vida política de los argentinos por muchos años.
-¿Los servicios de inteligencia venezolanos están involucrados en el asesinato de Alberto Nisman?
-Yo no tengo fuentes personales, pero según lo que apareció en varios medios de comunicación, incluso en la Argentina, en los primeros días de la muerte de fiscal Nisman consideraron esa posibilidad. Se sabe que había una relación muy estrecha entre el gobierno argentino de ese momento y el gobierno de Chávez y luego de Maduro. Pienso que debe haber sido una cooperación a nivel de varios servicios de inteligencia, sabemos incluso que los venezolanos fueron formados por la inteligencia cubana. De otro modo, imposible. Aún parece que para hacer una operación tan complicada sobre un territorio que no es venezolano, es muy difícil que ellos hayan actuado sin apoyo de elementos dentro de la Argentina.
-A partir de sus viajes a la Argentina, de la información que sigue cotidianamente sobre Hezbollah en el mundo y en la región, ¿qué debería hacer nuestro país para evitar el avance de Hezbollah dentro de nuestras fronteras?
-No creo que Argentina sea una prioridad después de los dos atentados que hubo, con todas las implicaciones políticas y económicas que hubo después entre Argentina e Irán. Creo que la situación de Medio Oriente, la presión política y económica contra Irán en Siria, en Irak, en Yemen y la situación precaria en el territorio iraní, donde hubo manifestaciones importantes en enero pasado y también un año atrás... En caso de que Irán se sienta amenazada en su proyecto nuclear, que es el verdaderamente estratégico del régimen de Teherán, puede empezar un nueva ola de atentados como lo hicieron a partir de 2010, 2011, 2012 en prácticamente todo el globo. También hubo algo en Brasil, pero no trascendió en los medios. Creo que se debe hacer una operación operativa conjunta con Brasil y Paraguay en la zona de la Triple Frontera, donde se sabe que existe esta infraestructura. Se sabe también que hay en Iquique y en Perú. Sobre el plano político, creo que el gobierno de Argentina debe pasar un mensaje al régimen de Teherán. Diciendo que no aceptarán acciones o atentados contra nuestros ciudadanos e intereses argentinos, y si lo hacen van a pagar un precio político y económico muy importante.
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