Cien días de aislamiento y una fuerte caída de todos los índices económicos profundizaron la angustia, el cansancio y la grieta entre una parte de los argentinos. La oposición aprovechó ese hartazgo y las expresiones de fastidio, que tomaron la forma de cacerolazos y movilizaciones callejeras, mientras que el oficialismo pareció perder el eje, la templanza y la agenda.
El fin de semana pasado, tras la aparición del cadáver del ex secretario de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, Fabián Gutiérrez, la ofensiva que sobre eso organizó Juntos por el Cambio, la entrevista de Mauricio Macri y el anunciado banderazo “por la libertad” descolocaron a algunos funcionarios del Frente de Todos. El ala legislativa no fue ajena y durante todo el sábado y durante todo el domingo se multiplicaron los mensajes en los grupos de WhatsApp de diputados y senadores. Muchos querían línea política para saber qué decir y qué respuesta dar en los medios, en las redes sociales e incluso ante ciudadanos y vecinos sobre cada uno de los temas polémicos.
Para contener a la tropa el martes Sergio Massa y Máximo Kirchner reunieron en forma virtual al bloque de diputados nacionales. Hacía un mes que no compartían un encuentro de estas características, por lo que hubo desahogo con preguntas sobre la agenda parlamentaria y hasta reproches para la falta de información que reciben de algunos ministros sobre medidas para sus respectivas provincias. Entre las inquietudes se consultó por qué se dio marcha atrás con la expropiación de Vicentin, cómo se sale de la pandemia y cómo se reactiva la economía en la post pandemia.
El presidente de la Cámara y el jefe de la bancada oficialista se sentaron juntos en el Salón de Honor a metro y medio de distancia. Fue una señal del equipo de trabajo que conformaron los dos. Massa arengó con firmeza a los legisladores y dio datos sobre la agenda parlamentaria. También mostró números sobre la renegociación de la deuda y pidió “ignorar” los embates de la oposición.
Con su habitual tono calmo y pausado, Máximo Kirchner captó la atención cuando sostuvo la necesidad de mantener “la unidad”, como se hizo en campaña y en los primeros meses de gestión. Remarcó también que en la oposición “están más preocupados en distanciarnos políticamente a nosotros que distanciar socialmente a la gente para que no se contagien”. Y repitió la necesidad de mantenerse juntos.
Participaron 115 diputados de los 119 que integran el bloque. Hubo una felicitación para Eduardo Valdés por su cruce con el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo. Entre los ausentes se contabilizó a Leopoldo Moreau, que a esa hora participaba de la Bicameral de seguimiento de los organismos de inteligencia donde se investigan las supuestas escuchas ilegales durante el gobierno de Mauricio Macri, un tema que servía al Gobierno para enfrentar a la oposición pero que pasó a un segundo o tercer plano.
Precisamente se hablaba del supuesto espionaje ilegal y de la gestión macrista cuando Máximo Kirchner hizo referencia al ex presidente Mauricio Macri. No lo llamó por su nombre. Lo mencionó como “el señor de Los Abrojos” en alusión a la quinta en la que vive.
Unos 15 o 20 diputados pidieron la palabra. Reclamaron línea política para saber qué decir y recuperar la iniciativa. Massa les dio información y Kirchner argumentos políticos. Se mencionó la necesidad de sumar voces para defender al Gobierno. Y el hijo de Néstor y Cristina Kirchner consideró fundamental el boca a boca y el mensaje directo a la gente. “Más allá de dar la discusión en los medios hay que dar la discusión en la calle, con la sociedad y no discutir entre dirigentes”, reflexionó. El efecto se notó en los días siguientes, de hecho el jueves 9 de Julio se reenviaron mensajes con la instrucción de repudiar el ataque al móvil de C5N como eje principal de la respuesta a la movilización. La voz y mensajes del jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y de algunos otros ministros y funcionarios que estos días dieron más entrevistas de las habituales, como Matías Kulfas y Cecilia Todesca, van en ese mismo sentido.
“¿Qué idea se les cayó a seis meses de la oposición?”, cuestionó a Juntos por el Cambio uno de los participantes y señaló que hoy se alienta la grieta entre peronismo y antiperonismo, gobierno y anti gobierno. Por eso sugirió no “caer en esa trampa”.
Alguien recordó que el año próximo hay elecciones pero alertó: “Nos nos van a votar por criticar con más fervor a Macri o a Dietrich, nos van a votar si ayudamos a recuperar el empleo, el comercio o a las pymes”.
Durante la reunión Sergio Massa planteó cambiar de estrategia. Insistió, en línea con el Presidente, en que “hay dos oposiciones, una que trabaja y otra que agita”. Y pidió “no hacerle el juego” a los que llamó “arietes” de Macri, aquellos que a diario reciben mensajes del ex Presidente. Algunos están seguros de que el presidente de la Cámara se refería entre otros a los diputados Fernando Iglesias, Pablo Torello y Waldo Wolff y a la presidenta del PRO Patricia Bullrich. Por el contrario sugirió mostrar a los que se sientan a debatir o a acordar. Así como Alberto Fernández llamó “amigo” a Horacio Rodríguez Larreta, en el Congreso hay diálogo permanente con Cristian Ritondo y Gonzalo Alvarez, cercanos a María Eugenia Vidal y al jefe de gobierno porteño. Incluso en la comisión de Turismo que preside Cornejo, el crítico jefe de la UCR, esta semana hubo varias horas de debate y aún sin acuerdo el diálogo fue civilizado y constructivo. Hasta saldaron sin discusión un error en la votación.
“El tiempo que viene es muy difícil, hay que construir una burbuja de soluciones para los problemas, con tolerancia y paciencia”, subrayó Massa que además indicó que para poder votar leyes “hay que imponer el respeto como regla”. A diferencia de Máximo Kirchner, él alzó un poco la voz para darle más énfasis a sus palabras, palabras que ya había ensayado en un intercambio en la Quinta de Olivos con el Presidente.
“Protejamos la agenda de nuestro Gobierno, que no nos importe el macrismo que no nos importe lo que diga Patricia Bullrich. Ellos para existir necesitan de nuestra respuesta, por eso la respuesta más hiriente es la ignorancia”, se oyó en la reunión de boca de uno de los participantes que aseguró que si se meten en el barro saldrán heridos.
Después del encuentro hubo un comunicado del bloque de diputados, al igual que de los diputados bonaerenses para repudiar “la actitud de los dirigentes políticos” de Juntos por el Cambio que “tenía claro objetivo político sin ningún tipo de sustento, y nuestra preocupación ante esta actitud totalmente irresponsable que atenta contra la convivencia democrática”. No todos estuvieron de acuerdo con dar una respuesta. Pero muchos dijeron que no se podía guardar silencio cuando Juntos por el Cambio calificó como “un crimen de extrema gravedad institucionalidad” el de Gutiérrez en El Calafate. El kirchnerismo empujó esa férrea defensa. También en Juntos por el Cambio se evidenciaron las diferencias sobre el texto que no fue consultado con toda la dirigencia.
Massa buscó calmar a la tropa propia con la abultada agenda parlamentaria que prepara y que el Presidente necesita para recuperar la iniciativa e impulsar la economía. Esa agenda incluye la Moratoria impositiva que envió el Gobierno, la ampliación presupuestaria para hacer frente al pago de la IFE 3 y los ATP, una ley para el pago de la deuda a bonistas bajo legislación argentina y algunas iniciativas que ya se tratan en comisión como estímulos a las economías regionales y el auxilio al sector del turismo, gastronómicos y cultura.
El 30 de julio además irá “el pibe”, como llaman los más viejos del Frente de Todos a Santiago Cafiero. El proceso ya arrancó y los Diputados enviaron al jefe de Gabinete 2304 preguntas.
Varios gobernadores se comprometieron en otro Zoom, uno con el Presidente y con Massa que tuvo lugar el miércoles, a aportar los votos de sus provincias. Ya lo hicieron Juan Schiaretti y el misionero Oscar Herrera Ahuad, que dieron en comisión dos votos clave a favor del proyecto de ley para ayudar al sector del turismo, lo que permitió al oficialismo imponerse sobre el dictamen de Juntos por el Cambio que impulsó Alfredo Cornejo. Tal vez esta semana haya sesión y ese sería el tema principal de votación.
Gerardo Morales de Jujuy le dijo a Alberto Fernández y frente a todos que contará con los cuatro votos jujeños. Ya se lo había anticipado a Massa como también lo hicieron Rodríguez Larreta, Ahuad y la rionegrina Arabela Carreras. El radical mendocino Rodolfo Suárez justo se había levantado de la reunión pero Gustavo Valdés, de Entre Ríos, se mostró a favor.
“La moratoria beneficiará más a los empresarios amigos de Mauricio Macri que a otros empresarios”, reconoció uno de los participantes cuando se apagaron las cámaras de las computadores. Todavía no habían hablado del nuevo posible blanqueo de capitales ni del paquete que prepara Alberto Fernández para reactivar la economía y reformar la Justicia, la Corte incluida.
En esa reunión y en la del bloque se escuchó una dura advertencia: “Si no sembramos respeto en el Congreso y en la política la respuesta va a ser que se vayan todos. El secreto es el equilibrio y la serenidad, protejamos la agenda de nuestro Gobierno”. En voz baja hubo quien sugirió: “Saquémosle el teléfono y el acceso a redes sociales a algunos de los nuestros”.
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