Tras los banderazos masivos de ayer, Ricardo Alfonsín apuntó contra la oposición. El embajador designado en España dijo que “en Cambiemos compiten para ver quién es más de derecha” y cuestionó los mensajes “virulentos” de la coalición.
“Se necesita calidad en la dirigencia para salir de este momento. En octubre del año pasado me ilusionaba que la UCR hiciera rectificaciones, y las hizo. Pero profundizó su viraje hacia la derecha y se puso más virulenta todavía, compitiendo con el PRO. Se ha desatado una competencia dentro de Cambiemos. Hasta 2019, la UCR le cedía el liderazgo electoral al PRO. Ahora no se lo cede más. Compite con el PRO para ver quién es más de derecha. Yo no puedo estar de acuerdo con una cosa así. No soy de derecha ni soy un virulento”, planteó en diálogo con Luis Novaresio por Radio La Red.
El dirigente radical señaló no sentirse representado por el camino que tomó su partido. “No estoy cómodo con pertenecer a Cambiemos. La Unión Cívica Radical no es un partido de derecha. Cuando utilizo este término no lo hago en sentido peyorativo. Respeto a la derecha, pero no soy de derecha. No entiendo un partido como una maquinaria electoral, sino como un sistema de ideas. Este radicalismo solamente tiene el nombre de radicalismo”.
En la misma línea continuó: “En cuanto a posiciones de derecha, diría que todos los radicales están compitiendo porque ese 40% ejerce una tracción que se traga las convicciones y las ideologías. Ahora, desde el punto de vista de la virulencia, no es igual a todos. Me gustaría que tanto la UCR como el PRO le pusieran frenos a quienes actúan así, pero no por el Gobierno; por el país. Me preocupa muchísimo si este clima se sigue profundizando. Si eso pasa, vamos a tener problemas muy serios. Muchos tienen miedo de que el Gobierno haga las cosas bien porque se les complicarían las posibilidades de volver al poder”.
En cuanto a las manifestaciones de ayer, Alfonsín afirmó que las observó con “mucha preocupación”. Subrayó que es una “muestra más de la virulencia política” y responsabilizó a la dirigencia, especialmente a la oposición. “Allí incluyo a mi partido. No se ejerce la oposición de esa manera. Pueden defender sus convicciones con mucha fuerza, pero no se puede fomentar el odio, el rencor y la grieta. Los radicales no tenemos que hacer política desde la intolerancia o preocupados solamente por lo electoral”.
Ante la consulta por la excarcelación de Lázaro Báez, el dirigente desligó al Gobierno. “El Gobierno no tiene nada que ver con la de Lázaro Báez. Fue la Justicia la que decidió y lo decidió porque está en la ley. Si no les gusta la ley, que la cambien. Pero que se dejen de criticar que se cumpla la ley”.
Respecto de la decisión de Alberto Fernández de avanzar sobre Vicentin, también se mostró de acuerdo. “A mí me hubiera preocupado que el gobierno no hubiera hecho nada. Vicentin le debe a los argentinos 500 millones de dólares. El gobierno tiene la obligación de cobrar. Es muy radical lo que digo yo. No vayan a creer que estoy tratando de acercarme al Gobierno. Lo reprochable hubiera sido que el Estado esperara a que se resolviera en el concurso el destino de Vicentin. Esa era la mejor manera de descuidar la posibilidad de cobrar el crédito”.
Del mismo modo, agregó: “Lo preocupante de Vicentin es que se haya convertido a la empresa en víctima. No sé si habrá otro país en el mundo que haga esto. Es como si hubieran caceroleado por los bancos cuando no les pagaban a los acreedores. Me parece estratégica la presencia de una empresa pública dentro del mercado agroexportador”.
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