El Gobierno atribuyó a los sectores anticuarentena y al macrismo puro la organización de las protestas desplegadas hoy en todo el país y rechazó de plano la idea de que en la Argentina las instituciones estén en peligro.
Pocas horas después de que el jefe de Estado hizo un llamado a los empresarios y los sindicalistas a “terminar con los odiadores seriales”, empezaron a verse en las calles de las principales ciudades del país manifestaciones de protesta. Así, en la Casa Rosada entrevieron el banderazo convocado en defensa de la Constitución y las libertades con una clara intencionalidad política de la oposición liderada en gran medida por Mauricio Macri y Cambiemos.
“Para nosotros siempre están bien las manifestaciones de opiniones. Pero aquí parecería que la angustia por la pandemia hace que se mezcle todo. Las consignas en las calles reclamaron valores y derechos que no están cercenados hoy en la Argentina”, explicó a Infobae un encumbrado ministro que siguió el banderazo por televisión desde la quinta de Olivos.
A la vez, allegados a Alberto Fernández evaluaron hoy que las manifestaciones callejeras pusieron en riesgo los contagios por COVID-19 irrumpiendo la cuarentena estricta que rige en estos momentos en el AMBA. Y repudiaron las expresiones de violencia contra los periodistas de C5N y TN que se vieron en el Obelisco.
En la Casa Rosada buscarán contrastar el mensaje de unidad y de “fin del odio serial” que intentó transmitir Alberto Fernández en el Día de la Independencia con el banderazo, que atribuyeron a intenciones políticas.
“Llama la atención que justo después de que el Presidente instó a empresarios y gremios a buscar la unidad de cara a la post pandemia y a terminar con el odio, haya otros sectores, en especial los anticuarentena o macristas puros que buscan mezclar todo en una protesta: desde el rechazo al aislamiento hasta la expropiación nonata de Vicentin”, señaló otro funcionario del Gobierno.
Desde la Casa Rosada no hicieron referencia a los mensajes y carteles que hubo en las protestas referidos a la libertad que la Justicia le concedió en las últimas horas al empresario kirchnerista Lázaro Báez.
Los funcionarios que hicieron alguna mención a la protesta se limitaron a condenar los hechos de violencia aislados que se registraron. Es que la estrategia del Gobierno será vincular al banderazo con la violencia.
“El mensaje de Alberto Fernández hoy resultó premonitorio: celebramos la diversidad ideológica, pero siempre en el marco del respeto y el cuidado. Dejar de sembrar odio para dejar de cosechar odiadores seriales”, escribió en su cuenta de Twitter el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
A la vez, condenó los ataques a los periodista. Lo mismo hizo el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, quien repudió las agresiones sufridas por periodistas y pidió “ponerle un freno urgente al odio y la intolerancia”. El titular de la cartera de Interior se manifestó en sus redes sociales sobre los episodios de violencia, asegurando que “necesitamos aprender a respetar todas las opiniones”.
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