Desde el piso 14 en el histórico edificio sede del Ministerio de Desarrollo Social, su titular, Daniel Arroyo, habló con Infobae en el ciclo de entrevistas en vivo. A la pérdida de empleo y caída de la actividad económica y a la pobreza, ahora se le suma, recordó, el clima de invierno. “El frío complica muchísimo las cosas. Pobreza con frío es la peor situación”, reflexionó luego de lanzar el Operativo Frío en el municipio de Esteban Echeverría junto con el intendente Fernando Gray y en Liniers con Cáritas, además de programas de asistencia alimentaria y trabajo.
-El año pasado hizo mucho frío y se abrieron clubes para la gente en situación de calle. Hubo críticas relacionando la visibilización con la campaña política. ¿Ahora que son gobierno, se están ocupando?
-El operativo invierno tiene varias partes, uno es trabajar con la gente en situación de calle y lo está haciendo muy bien el gobierno de la Ciudad y en el Conurbano lo hace la Provincia. Ahora los paradores están abiertos las 24 hs. Para las personas que viven en viviendas precarias hay frazadas, ropa de invierno y calefacción. Ese operativo lo pusimos también en marcha con Cáritas desde la iglesia de San Cayetano. Debemos reforzar la asistencia y apuntar a acompañar a las personas con el abrigo, que acepten estar en paradores o hacerlo donde se pueda acompañar. En un contexto tan difícil hay que reforzar los paradores con pocas personas. Lo que se hizo el año pasado con tanta gente en River ya no se puede hacer por el distanciamiento social.
-A Juan Carr, de Red Solidaria, lo criticaron mucho y lo acusaron de ser funcional al Frente de Todos en un año electoral
-Lo conozco hace muchísimo tiempo a Juan Carr. Es una gran persona honesta y trabajadora que viene tratando el tema del frío desde hace muchísimos años con varios gobiernos. No es una persona que esté asociada a un gobierno, es una persona que ha dado su vida y su vocación a ayudar a los demás. Todo el tiempo lo que hace es tratar de ayudar con los gobiernos que fueran contra el hambre y el frío. Hay gente que trasciende los gobiernos y que tiene un objetivo social.
-¿Qué pasó con el Consejo Argentina contra el Hambre? Habían convocado a Carr, Marcelo Tinelli, Narda Lepes, curas, empresarios, sindicalistas...
-Se va a reactivar. Pusimos en marcha el Plan Argentina contra el Hambre el 18 de diciembre. Empezamos con la tarjeta alimentaria y en el medio nos agarró la pandemia. No pudimos volver a reunirnos pero lo vamos a hacer. Hoy estamos asistiendo con alimentos a once millones de personas.
-Pero aunque no se reúnan, ¿están conversando o ayudando?
-Conversamos permanentemente. El consejo eran dos partes, el consejo y un observatorio. Hoy el observatorio lo hace la UCA y hablo mucho con Agustín Salvia y también está el Isepci que mide la inflación en los barrios y evalúa los costos de los alimentos y qué pasa en los barrios. No hay reunión formal pero seguimos con el consejo. El ministerio hoy tiene dos pilares: Argentina contra el hambre y Potenciar Trabajo.
-La oposición pidió que no se corte la IFE en las provincias, ¿sólo se continuará en Capital y Conurbano y algunas pocas ciudades más?
-El IFE 2 llega a 9 millones de personas. El IFE 3 va a estar acotado al área Metropolitana, Chaco y algunas zonas de Río Negro y Neuquén. Gran parte de otras provincias sigue teniendo problemas económicos más allá de lo que se abrió por eso estamos lanzando el programa Potenciar Trabajo, un sistema de créditos, monotributo social, excepción de pago para una salida rápida.
-¿Hay más pobres?
-Si, claramente. Ha aumentado la pobreza y la desigualdad en la Argentina. Es evidente si bien es difícil hacer encuestas presenciales en este contexto. La pobreza medida por el Indec el último semestre era del 35% y el último trimestre del año pasado era del 38%. En septiembre el Indec va a dar el índice de pobreza al 30 de junio y sin dudas va a dar un aumento de la pobreza porque subió el costo de los alimentos y porque mucha gente no solo que no tiene changas y tiene menos ingresos, también está endeudada.
-¿Recuerda cuando no se medía y algunos peronistas como Axel Kicillof decían que medir la pobreza era estigmatizar a los pobres?
-La pobreza hay que medirla y el Indec está trabajando muy bien desde la gestión anterior. Jorge Todesca hizo un gran trabajo, restableció las bases de datos y generó una metodología correcta para medir la pobreza. A septiembre vamos a tener una pobreza medida por el Indec que sin dudas va a ser mayor que la que tenemos hoy. Se mide dos veces al año y el Indec da a conocer los índices en marzo y en septiembre. Es importante no solo conocer el índice de pobreza, yo trabajo con manchones para saber dónde creció más la pobreza, dónde creció más la desocupación. Nos sirve mucho para la gestión, para poner políticas específicas. La pobreza hay que medirla y el Indec la mide correctamente.
-¿El Conurbano es la gran deuda del peronismo? Salvo la primer gestión radical y los cuatro años de María Eugenia Vidal siempre gobernó el PJ en la Provincia.
-De los 4000 barrios vulnerables, villas y asentamientos, 1800 están en la provincia de Buenos Aires. Está claro que los grandes centro urbanos son el gran desafío. Conurbano y Ciudad son el 1% del territorio y ahí vivimos entre 16 y 17 millones de personas, un tercio de los argentinos vivimos en el 1% del territorio. Hay que fortalecer el interior. Para generar una política de descentralización hay que impulsar una gran red de servicios de salud y educación, infraestructura básica, y poner en marcha los sectores productivos centrales en cada una de las siete regiones. Vamos a poner en marcha el plan Volver para localidades de menos de 1000 habitantes para que el joven que se fue a estudiar vuelva a su pueblo, si por ejemplo se fue a estudiar odontología vuelva a su pueblo y pueda montar su consultorio con apoyo del gobierno nacional. vamos a apoyar los proyectos estratégicos de las comunidades para que los jóvenes no tengan que migrar y puedan desarrollarse.
-¿Se van a unificar, se va a ordenar todo el mapa de asignaciones sociales?
-Parte del cambio estructural es generar un orden. Reordenar el esquema, tener una base asociada al trabajo es el desafío. Si algo tiene de bueno la pandemia es que nos da la oportunidad de hacer cambios estructurales, no se sale con pequeños programas o acciones sueltas. Hay que reorganizar el trabajo, generar un ingreso universal de base y urbanizar los barrios para que todos lleguen a los servicios básicos. Que una parte de la gente no viva como en el siglo XIX es un punto central, es clave.