El 24 de febrero del 2019, Arshak Karhanyan se levantó tarde y prendió su computadora. Era domingo y tenía franco hasta el miércoles. Miró videos en Youtube y un capítulo de una serie. A las 12:46, sonó el timbre. Era Leonel Herba, un policía con el que había trabajado en el área de Investigaciones de la Policía de la Ciudad. Decidió bajar y atenderlo en la puerta del edificio. Una cámara de seguridad captó toda la secuencia. La conversación duró 36 minutos. En el medio escucharon un audio desde el teléfono de Herba.
Arshak estaba nervioso. La conversación terminó de manera abrupta. El joven policía regresó a su departamento. Otra vez navegó por diferentes sitios y hasta buscó un juego en internet. Una hora después, salió de su casa y retiró $2000 en un cajero automático. Con ese dinero compró una pala en el Easy de Rivadavia y Paysandú. Fue la última imagen de Arshak. “Se lo tragó la tierra”, repiten todos los consultados.
A un año y cuatro meses de ese día, el caso es un manojo de especulaciones. La familia duda de todos. Tiene motivos: una junta de expertos en informática acaba de confirmar que los peritos asignados al caso borraron el contenido de los teléfonos. A partir de ese momento, la causa judicial se llenó de pruebas falsas.
Arshak estudió en el Liceo Militar y luego siguió la carrera de ingeniería en sistemas en la UTN. Su carrera dentro de la Policía arrancó en marzo de 2015, en el área de Cibercrimen. Era un técnico raso pero le tocó participar de las pericias por la muerte del fiscal Alberto Nisman. “Tuvo que mirar unas filmaciones y revisar unos CDs, todas cosas menores”, ratificó una fuente de la familia ante tantas especulaciones. En la Policía de la Ciudad confirmaron que no su participación en ese caso fue irrelevante. “Se fue porque no se ajustaba al riesgo de trabajo”, respondió una fuente policial sobre su salida del área de Cibercrimen.
El 24 de febrero de 2016, justo tres años antes de su desaparición, Arshak saltó al área de Investigaciones Delictivas, que ahora se conoce como “Exposiciones”. “Estaba contento en ese lugar porque tenía un horario flexible y eso le daba libertad para seguir estudiando”, contó un amigo.
Un mes antes de su desaparición, Arshak fue trasladado a la comisaría 7B. Las fuentes de su entorno confirman que no le cayó nada bien esa decisión.
Hasta ahora, la investigación que lleva adelante el fiscal Santiago Vismara, a cargo de la Fiscalía Criminal y Correccional 2, pudo probar que el día de la desaparición, el policía tuvo un encuentro en la puerta de su edificio, en avenida Directorio 963, con Leonel Herba. El testimonio de ese policía siempre dejó muchas dudas. Dijo que lo pasó a saludar a Arshak porque estaba yendo “a comprar unos repuestos a la avenida Warnes”, aunque se trataba de un domingo. También declaró que la charla se centró en la supuesta compra de un auto.
Según las imágenes de una cámara de seguridad, a las que tuvo acceso Infobae, durante la conversación Herba le hizo escuchar un audio desde su celular. Ante la Justicia, el policía aseguró que escucharon una conversación entre ambos que había grabado con su teléfono, mediante una aplicación. Otro dato llamativo.
En el expediente figura un audio grabado el 23 de febrero donde hablaban de un vehículo que estaba pagando Arshak. Pero los investigadores siguen sospechando de esa versión: “Los tiempos del audio y de la secuencia que muestran las cámaras no coinciden”.
Los gestos de Arshak a lo largo de la conversación demuestran cierta tensión o nerviosismo. De hecho, se toma la cabeza al escuchar parte de ese audio.
La charla termina a las 13:22. Arshak se despide de Herba y sube a su departamento con las manos en los bolsillos. Tiene una remera rosa y un pantalón corto. Su compañero se pone el casco y se marcha en su moto.
Arshak estuvo alrededor de una hora en su departamento. Por las pericias en su computadora se determinó que navegó en internet: hizo algunas búsquedas intrascendentes en Google como “declaraciones fuertes”, “Nissan”, “Arkanoid” y “Videos de Youtube”.
Su salida del edificio no fue captada por las cámaras de seguridad pero se estima que fue cerca de las 14:24.
La próxima secuencia es en un cajero de la Red Link ubicado en la estación Primera Junta de la línea A, a diez cuadras de su casa. Se estima que fue caminando porque tampoco hay imágenes del recorrido. El policía retiró $2000 en efectivo y cambió la clave bancaria. El Banco Central informó que la operación se hizo a las 14:38.
Luego caminó hasta el Easy. Las cámaras de ese local muestran la secuencia completa hasta que llegó a la caja. Pagó en efectivo y se colocó la pala en su mochila. “Seguramente lo hizo con la idea de tener las manos libres al caminar, es algo que nos enseñaron de chicos en el Liceo”, explica uno de sus amigos de la infancia.
Arshak salió del local en dirección a Primera Junta. Luego de hacer unos pasos, se dio vuelta y empezó a caminar hacia Flores. Es el último registro fílmico del joven policía. Luego de tanto tiempo sin rastros, se presume que podría haber subido a un auto con rumbo desconocido.
Esa misma noche se iba a encontrar con una joven que conocía por la aplicación Tinder. Nunca más se comunicó. En su casa quedaron sus dos teléfonos: un Iphone personal y el de servicio. Solo se llevó su arma reglamentaria, su placa y su tarjeta de débito. Otro dato curioso.
Su hermano, Tigran Karhanyan, comenzó a sospechar recién al día siguiente. Fue hasta el departamento y vio la moto estacionada en la puerta. El martes 26 comenzó a contactar a los amigos. Ya habían pasado casi 48 horas. Por la noche, fue hasta la comisaría donde trabajaba su hermano para hacer la denuncia. Le dijeron que espere hasta la madrugada del miércoles, cuando Arshak tenía que tomar servicio.
Por ese motivo, la denuncia se presentó recién el 27 de febrero. Horas después, varios policías llegaron hasta el departamento y se llevaron los dos teléfonos, la computadora y otros elementos informáticos. Las pericias quedaron en manos del área de Cibrecrimen de la Policía de la Ciudad, donde Arshak había trabajado.
De manera casi inexplicable, al intentar recuperar el contenido del Iphone se borró el contenido. “Le colocaron el chip de otro teléfono, como se suele hacer, para intentar recuperar el back up de Whatsapp y lo borraron”, explicó un perito.
Una junta de peritos integrada por expertos de distintas fuerzas acaba de confirmar que la pericia inicial está plagada de errores. “No se han respetado las buenas prácticas de la informática forense”, dice ese informe técnico, al que tuvo acceso Infobae, cuando se refiere al Iphone de Arshak. Y agrega: “Mas allá que las explicaciones puedan ser convincentes, hubiera sido correcto realizar una extracción forense del dispositivo móvil con el Whatsapp restablecido, almacenando en algún medio el resultado para su posterior consulta”.
El fatídico error desencadenó una caza de brujas. En Cibercrimen le echan la culpa al fiscal, que se habría “apurado” para intentar abrir ese teléfono. También culpan a los peritos de la Policía Federal, que intervinieron en una segunda instancia y lograron restablecer parte del contenido. Lo cierto es que el Iphone estaba bloqueado y fue manipulado por el hermano. Eso le permitió a la Policía sembrar dudas sobre esa instancia previa a las pericias. “El hermano hizo algunos intentos para intentar abrirlo, pero el teléfono no estaba borrado cuando se lo llevó la Policía”, remarcan cerca de la familia.
¿Por qué el fiscal Vismara le dio la pericia al área de Cibrecrimen de la Ciudad cuando el desaparecido había sido un efectivo de esa fuerza? “En ese momento no había sospechas sobre la Policía”, coinciden las fuentes consultadas. Vismara prefirió no contestar las preguntas de este medio.
La junta de peritos habló de una “combinación de factores” a la hora de buscar culpables. “La previa manipulación por parte del hermano del damnificado y también la excesiva manipulación dentro de la DAIE (Cibercrimen)”, dice el informe fechado el 29 de mayo. Sin embargo, agrega que no hay elementos para afirmar que la desactivación del aparato “se produjo internacionalmente”.
Sin el contenido de los teléfonos de Arshak, la atención se concentró en los celulares de Herba. Pero también hubo sorpresas: el policía borró el contenido de las conversaciones a propósito. Cuando el fiscal lo citó a declarar, siete meses después del hecho, dijo que lo hizo porque su novia “era muy celosa”. Insólito.
No es el único elemento sospechoso sobre Herba. En fuentes policiales admitieron que su declaración jurada arrojó graves inconsistencias. “Había comprado una moto muy cara y estaba por comprar un auto importado”, dijo una fuente que conoce los detalles de la investigación que hizo Asuntos Internos.
A partir de ese momento, la causa judicial comenzó a llenarse de declaraciones extrañas. Primero se intentó sembrar la teoría de que Arshak se había escapado a Armenia para ver a su padre, Armando Karhanyan, quien luego descartó cualquier contacto. Un dato curioso: el papá declaró que su familia se puso contacto con una vidente que les dijo que Arshak está “vivo y acompañado”.
El posible viaje a Armenia quedó completamente descartado. Interpol informó que no había registros de un ingreso a ese país. En tanto, la embajada de Armenia en nuestro país aportó datos de los pasaportes del grupo familiar e información sobre su padre biológico.
Llamativamente, al joven policía también se lo acusó de haber robado un chaleco, cuando ya estaba desaparecido. ¿De dónde puede haber salido ese rumor si no es de la Policía? También fue descartado como una denuncia falsa.
No fue todo. También se dijo que Arshak era fanático de la supervivencia extrema, dando a entender que podría haber desaparecido por su cuenta. Entre las últimas pistas, cada vez más extrañas, hubo testigos que afirmaron que podría haber cruzado la frontera hacia Bolivia y uno llegó a afirmar que podría estar en Venezuela, donde reportaría al Servicio Secreto de ese país.
Aunque parecían teorías disparatadas, la Justicia le dio intervención a las embajadas de Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Perú y Venezuela. Ninguna reportó un ingreso legal.
A la historia no le faltó nada. En fuentes policiales circula una versión, maliciosa, sobre la supuesta participaron de Arshak en un grupo swinger. Un conflicto de esa índole, dicen, podría haber desencadenado su desaparición. Para los investigadores que trabajan junto a la familia, son versiones que buscan “embarrar la cancha”.
El abogado de la familia, Juan Kassargian, asegura que la investigación tuvo fallas básicas desde el comienzo mismo. “Cerca del lugar donde desapareció Arshak hay una descampado de ocho hectáreas, pero solo se buscó con dos perros y seis efectivos. También se hizo mal el relevamiento de las cámaras de la zona”, le dijo a Infobae.
Desde la Policía en la Ciudad, sin embargo, aseguran que hicieron todo lo posible para dar con Arshak y descartan cualquier intento dentro de la fuerza por desviar la investigación. “Se recorrieron los hospitales de la zona y la Morgue judicial. La División Búsqueda de Personas comenzó a trabajar siguiendo el protocolo de búsqueda, también se hizo un relevamiento de más de 50 cámaras públicas y privadas y en conjunto con la Fiscalía se gestionó recompensa por medio del programa BUSCAR del Ministerio de Seguridad de la Nación”, enumeró un funcionario.
El caso igualmente tuvo repercusiones políticas en la Legislatura porteña. El bloque del Frente de Todos y la izquierda intentaron una sesión especial para pedir la interpelación del jefe de Gabinete Felipe Miguel por la desaparición de Arshak y por la participación de un grupo de policías de la Ciudad en la AFI, justo cuando el caso del espionaje en Lomas de Zamora sacude a la opinión pública. Pero el oficialismo bloqueó esa sesión.
“No han quedado ‘errores’ por cometer de parte de la Policía de la Ciudad. Lamentablemente, por nuestra historia sabemos que las personas no desaparecemos, en todo caso nos hacen desaparecer. La pregunta que me hago es quiénes hicieron desaparecer al oficial Arshak”, le dijo a Infobae la legisladora Victoria Montenegro. Y agregó: “Ninguna cámara registra su recorrido, ‘accidentalmente’ se perdieron todos los datos de sus celulares y computadora, no se le permitió a la familia durante un largo tiempo ser querellante y acceder al avance de la causa”.
Desde la Ciudad aseguran que los legisladores del kirchnerismo están “utilizando” una causa muy sensible. “No hay ninguna protección a ningún policía, ellos quieren transformar esto en un tema político”, se quejó un funcionario.
Al margen de los cruces políticos, la investigación judicial no tiene datos concretos sobre el paradero de Arshak.
Su madre lo sigue esperando. Cada tanto pone un plato de comida en la mesa.
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