Aunque dijo no haber visto el contenido de los bolsos que los Kirchner movían desde Buenos Aires al sur, los detalles de la confesión de Fabián Gutiérrez le alcanzaron en su momento al ex secretario privado de Cristina Kirchner para convertirse en el último arrepentido del caso de los cuadernos.
En su declaración, además del movimiento de los bolsos, el ex secretario reveló que a Cristina la llamaban “la loca” o “la yegua” porque “nadie quería trabajar con ella”. Contó cuánto dinero gastaba en compras cuando salía en viajes oficiales, cómo terminó renunciando porque la ex Presidenta lo increpó por haber ido al baño y por qué el ex ministro de Planificación Julio De Vido “la odiaba”.
También detalló cómo eran las reuniones de la recaudación al final de cada día, cuando los ex funcionarios llegaban con sus bolsos o mochilas para entregarlos a Néstor Kirchner. Y reflotó las sospechas de las bóvedas que había en las casas del entonces matrimonio presidencial.
Además, Gutiérrez volvió a desmentir a otro arrepentido, José López, que lo había señalado como el entregador de los nueve millones de dólares que el ex secretario de Obras Públicas llevó a un convento hace dos años. Atribuyó la acusación a una pelea que había tenido años antes con López. Ese día Gutiérrez lo había insultado a los gritos.
Aquí, los detalles de la declaración que había convertido a Gutiérrez en imputado-colaborador y que le había permitido ser excarcelado:
Su llegada a los Kirchner fue gracias a su abuela. "Mi abuela era un cuadro dentro del Partido Justicialista. A raíz de esto es que Néstor Kirchner me lleva a militar. Y luego a trabajar en la gobernación. Con la campaña presidencial del 2003 paso a trabajar en la casa de Santa Cruz en Buenos Aires con Valerio Martínez, Daniel Muñoz y Miriam Quiroga. Trabajábamos para la campaña. Una vez ganadas las elecciones, pasé a desempeñar el cargo de secretario adjunto al presidente".
Cambio de planes. "A una semana de la asunción presidencial, Kirchner me convocó a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la primera dama y senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner en todo momento. Yo no recibí muy gustoso esa tarea dado el carácter fuerte que tenía Cristina. Nadie quería trabajar con ella. Entre los secretarios la apodábamos 'la loca', 'la yegua' y otro término que no quiero mencionar por razones de género".
El gansito. "Néstor era más humano. Era diferente. A veces Néstor pegaba en broma aunque hacía sangrar. Recuerdo una ocasión en que en broma le pegué a Néstor con el teléfono en la cabeza y seguidamente me devolvió el golpe. Bajo mi visión actual mi relación con ambos era de amor y odio. A Néstor lo llamaba 'el gansito', que era como lo apodaban en el sur".
De sol a sol. "Mi tarea junto a Cristina era acompañarla a todos lados de sol a sol. Yo estaba solo con ella. Tenía un solo franco al mes. También la acompañaba a los viajes oficiales como primera dama junto con el presidente o a veces sola. En esas ocasiones, por ejemplo, la acompañaba cuando iba de compras. Ella elegía lo que quería comprar y yo luego iba con el dinero y lo retirábamos. Las sumas que solía gastar rondaban los U$S4000 o U$S6000 en total por cada viaje".
Todo por un baño. "Renuncié el 25 de mayo del 2005 volviendo de un viaje de Jerusalén en el cual tuvimos una fuerte discusión motivada porque yo había ido al baño del hotel y ella me requería, entonces me reprochó esta situación y discutimos. A mi regreso presenté la renuncia. Además estaba realmente extenuado ya que era la única persona que estaba con ella todo el día desde que se levantaba hasta que se acostaba y estuve sin franco ni descanso durante cuatro meses. Ingresaba a trabajar a las 7:00 aproximadamente y finalizaba mi jornada una vez que Cristina se iba a acostar. Ahí nos retirábamos junto con los secretarios de Néstor".
Bolsos vs. Mochilas. "Recuerdo que a veces cuando ella salía del Senado nos dirigíamos a la Casa Rosada. Ella como primera dama tenía despacho ubicado cerca de Néstor. En esas ocasiones, que eran por la noche alrededor de las 21:30, yo podía observar que José López y (Ricardo) Jaime iban a verlo a Kirchner. José López con más frecuencia y llevando bolsos. Respecto de Jaime era frecuente verlo con una mochila. Siempre usaba mochila".
Los visitantes. "Julio De Vido frecuentaba la Casa Rosada a eso de las 19. López tenía una relación más cercana con Néstor Kirchner. Es más, no pasaba por De Vido. Una vez que se hubiesen reunido Kirchner, López, Jaime y De Vido indistintamente, con lo que traían estas personas se retiraba Muñoz por tierra. Aclaro que a De Vido nunca lo vi traer nada porque venía más temprano. Solo después de esos encuentros nos íbamos con la doctora Kirchner, Néstor Kirchner y (el ex secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos) Zannini en helicóptero generalmente a Olivos".
Sin ver, era dinero. "Quiero aclarar que si bien nunca vi el contenido de los bolsos que traían las personas mencionadas, mi percepción y el comentario de los secretarios era que traían recaudación. Vuelvo a remarcar que esto es una conjetura mía basada también en comentarios que se escuchaban. Estas circunstancias también las presenciaba Daniel Álvarez, que luego de todo esto también venía con nosotros en el helicóptero".
La supuesta amante. "También recuerdo que Miriam Quiroga estaba en la secretaría privada en ese momento. Luego, en la presidencia de Cristina fue desplazada por (el secretario Oscar) Parrilli por los comentarios que había de que era amante de Néstor Kirchner.
El rencor con López. "Luego de renunciar el 25 de mayo del 2005 mi reemplazo fue Isidro Bounine. Me alejé de la función pública y viví durante dos años en El Calafate. Durante ese tiempo le pedí a José López si podía darme alguna actividad o trabajo para que se subcontratara a mi empresa. Me hizo esperar, no me atendió y cuando vi que se iba por otra puerta lo insulté. Él iba con su secretario y custodios".
El regreso. "Cuando estaba por asumir Cristina Fernández como presidenta, me vuelven a convocar para trabajar con ella. Ahí me reúno con el aún presidente Néstor Kirchner en su despacho y me dice que dejemos el pasado atrás, que hagamos borrón y cuenta nueva y que necesitaban gente de confianza para estar al lado de Cristina cuando asumiera la Presidencia. Días antes de la asunción de la Presidenta, el señor presidente en una caminata dentro de la quinta de Olivos me manifiesta que yo no iba a ocupar el cargo de secretario privado sino como adjunto dado que me había ido la vez anterior, condición que acepté".
La nueva misión. "En ese cargo no manejé temas de agenda ni actividades inherentes a la función, me limitaba a acompañar a la presidenta a distintos lugares sin ningún tipo de responsabilidad o me quedaba en Casa de Gobierno. Con respecto a los viajes de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner al Sur los fines de semana, también los acompañaba siempre, en el Tango 01 era frecuente que viajaran con nosotros también (el socio de Máximo Kirchner Osvaldo) Sanfelice, (el secretario de Néstor) Rudy Ulloa, (el ex gobernador de Santa Cruz) Carlos Sancho, Zannini indistintamente y alguno más que no recuerdo y que también eran del Sur".
Valijas con candado. "Daniel Muñoz, la mayor parte de los viajes, llevaba valijas con candado. Era el único que las tocaba y se ubicaba con las mismas en la parte trasera del avión pasando el área presidencial entre la sala que solían usar los periodistas y la cocina. Lo hacía de manera reservada. Yo no vi el contenido de esas valijas pero se comentaba y también yo lo pensaba que contenían dinero. El equipaje del matrimonio presidencial viajaba en la bodega del avión. Recuerdo que en esos viajes cuando llegábamos a la residencia de El Calafate, cuando arribaba Muñoz, Néstor Kirchner nos hacía retirar".
¿Las bóvedas? "En esa casa yo no vi bóvedas pero existía un lugar bajando las escaleras donde había una puerta placa de color blanca cerrada donde siempre decíamos entre los secretarios que 'ahí estaba la historia', en relación al lugar donde se podría guardar los bultos mencionados. Era el único lugar de esa casa al que yo no tenía acceso, siendo que me desplazaba con absoluta libertad por toda la casa. Es decir, cuando los Kirchner llegaban de un vuelo nos dirigíamos todos a la casa y al poco tiempo aparecía Muñoz. Cuando aparecía Muñoz, nos hacían retirar a todos por una hora aproximadamente. Lo mismo ocurría en la casa de Río Gallegos donde había un sector contiguo al gimnasio de las mismas características de lo relatado en El Calafate que todos pensábamos que en este lugar también se almacenaban los bultos aludidos".
La muerte de Néstor y la irrupción de La Cámpora. "Cuando asume como presidente Cristina Fernández, el doctor Kirchner hacía sus actividades en la quinta de Olivos. Cuando muere Kirchner cambian los personajes ya que Muñoz se retira y los secretarios habituales desaparecen. Esto lo sé porque en el Sur se sabían todos los movimientos. El nuevo entorno de la Presidenta fue sustancialmente el grupo de La Cámpora. Máximo Kirchner, (Andrés) 'El Cuervo' Larroque, (Juan) Cabandié y (Eduardo) Wado De Pedro, entre otros de esa agrupación, fueron luego entorno de la Presidenta. Después de esos acontecimientos es poco lo que puedo relatar ya que me desvinculé".
El odio de De Vido. "Aclaro que la acompañé a Cristina el día que dejó su mandato. Estuve en el acto pero no la vi personalmente. Quiero agregar que De Vido odiaba a Cristina porque en una oportunidad Néstor Kirchner lo quiso postular como gobernador de Santa Cruz y ella lo bajó a favor de Sergio Acevedo".
La venganza de López. “Por último quiero aclarar que lo mencionado por José López en cuanto a que lo habría llamado para mover unos bolsos con dinero (los 9 millones de dólares con los que los detuvieron en el convento) es absolutamente falso así como el encuentro en el hotel NH, siendo que incluso para esas fechas me encontraba fuera de la ciudad de Buenos Aires hacía más de 10 días, circunstancia que habré de acreditar en los próximos días. Pienso que esta falsa acusación de López puede tener relación con aquel episodio que relaté en que lo insulté”.
Seguí leyendo: