Jorge Capitanich anunció el domingo que Alberto Fernández viajaría el martes a la provincia de Chaco, una forma de mostrar respaldo ante la dura situación que está viviendo la provincia en materia de pandemia. Sin embargo, en Casa Rosada nunca confirmaron la visita y hasta hicieron saber a través de trascendidos que el mismo Presidente estaba al tanto de que el viaje generaría fuertes críticas en ámbitos del AMBA, donde está previsto que la cuarentena vuelva a una instancia más restrictiva.
Fernández y Capitanich mantendrán un diálogo a través de videoconferencia donde se evaluará “el plan de acción que se implementará en Chaco durante las próximas semanas” con un desarrollo de “contenidos e indicadores sanitarios” locales, según consta en el comunicado oficial del Gobierno nacional.
A media mañana, el mandatario chaqueño hizo saber que había ofrecido una visita acotada, restringida al aeropuerto, con acceso limitado y presencia reducida de personas. “Ahí se conformará una sala de situación, ya que esa zona está junto a las dependencias de Defensa Civil, lo que hoy se transformó en Centro de Operaciones de Emergencias (COE), y tampoco podrán ingresar los periodistas, sino que seguirán la reunión por streaming”, dijeron cerca de Capitanich, insistiendo en que la visita seguía en pie. Hasta precisaron que el equipo de avanzada presidencial ya estaba en la provincia.
Recién al mediodía el Presidente logró hablar con el gobernador para explicarle las razones por las que no era conveniente para uno ni para otro. Fernández fue duramente criticado en las redes sociales aun sin la confirmación de su parte. No solo porque hace casi diez días dio a conocer un comunicado de su equipo médico resolviendo que no puede salir de la Residencia Presidencia de Olivos, sino porque él mismo dijo el viernes último, cuando anunció la nueva cuarentena, que “los del AMBA llevamos el virus”.
Es verdad que en Chaco también hay circulación local. En ese caso, el Presidente y su equipo tendrían la posibilidad de traer el virus desde esa provincia hasta el AMBA, justamente lo que se le está pidiendo a la población de la Ciudad de Buenos Aires y los 24 distritos del Conurbano, que no se trasladen de un lado a otro. Aunque la nueva etapa empezará oficialmente el miércoles, no era un buen mensaje que fuera el Presidente el que aprovechase las horas previas para viajar a la otra zona roja de la pandemia en la Argentina.
La provincia del NEA está pasando por una difícil situación sanitaria, pero también política. El intendente de Resistencia es peronista, pero de una línea distinta a la del gobernador, y tiene una convivencia muy conflictiva. El Ministerio de Salud chaqueño es evaluado negativamente por el Ministerio de Salud de la Nación, que envió equipos de respaldo en semanas anteriores, con resultado adverso.
Con ánimo colaborativo, Fernández aceptó enviar mañana a la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, que concurrirá junto a un grupo de infectólogos, con el propósito de “coordinar acciones operativas complementarias en el territorio”, tal como se explicó a través del comunicado de prensa oficial.
“Detección, aislamiento y cuidado constituyen las premisas esenciales de la estrategia que se lleva a cabo actualmente en la provincia con la cooperación del Estado nacional”, se agregó en el texto, al tiempo que se reconoció que la charla virtual que mañana tendrán Fernández y Capitanich será para “analizar la situación sanitaria en el marco de la pandemia por COVID-19″ y “avanzar en la ejecución de un programa de fortalecimiento de actividades preventivas y de atención médica”.
Fuera del AMBA, Chaco es la provincia con más contagios confirmados –1.930– y más personas fallecidas –47–, muy lejos de las demás. La que le sigue en cantidad de casos es Río Negro, con 825 casos confirmados y 6 fallecidos. Córdoba, que arrancó muy arriba, hoy tiene 635 confirmados y 5 fallecidos, en tanto Neuquén alcanzó 443 confirmados y 12 fallecidos.
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