Que Juntos por el Cambio se está preparando para hacer una oferta electoral competitiva para 2021, como paso previo para el regreso del poder, no es secreto para nadie. Lo hace sigilosamente, en medio de la pandemia y con mínimas posibilidades de sostener reuniones presenciales. Pero va configurando un escenario que parte del supuesto de que el Gobierno suspenderá las PASO para las legislativas mientras busca complicar la compleja situación interna de la coalición opositora.
Por eso es que la prioridad pasa por mantener el espacio unido y darle curso a la autocrítica tras la presidencia de Mauricio Macri. Y enfocarse en algo más: atraer a nuevos sectores y referentes políticos, incluyendo a peronistas, que fueron convocados a un encuentro virtual con el objetivo de conformar una mesa política que se incorpore a la coalición como una pata más, conducida por Miguel Angel Pichetto.
La obsesión es la provincia de Buenos Aires y, más específicamente, la Tercera Sección Electoral donde “hay una vieja tradición peronista más que kirchnerista, y muchos podrían formar parte de un espacio republicano en JxC, liderados por Miguel (Pichetto)”, según aseguró la senadora provincial Claudia Rucci, hija del mítico dirigente metalúrgico asesinado en 1973, cuando ella era una niña.
Rucci se quejó por el verticalismo con el que se definieron las candidaturas en 2019, que impidió que referentes territoriales puedan formar parte de las listas, lo que fue refrendado por Pichetto. “Dirigentes de trayectoria, reconocidos, ex intendentes, fueron ignorados para poner a primos y hermanos de los que tenían la lapicera”, se quejó el ex candidato a vicepresidente.
Patricia Bullrich, presidenta del PRO, estuvo de acuerdo con ampliar JxC. Agregó que “prácticamente la mayoría de la elección la perdimos ahí. El trabajo que tenemos que realizar ahí es de penetración y de concientización en los lugares que han sido manejados por el clientelismo, acercándonos a los que perdieron su trabajo, a los que tuvieron que cerrar sus comercios, a los que tenemos que rescatar del sometimiento y proponerles una movilidad social ascendente”.
La ex ministra de seguridad también expresó entre los 200 peronistas de la provincia de Buenos Aires que se conectaron al Zoom que “hay varias cosas para revisar de nuestro gobierno. Debemos modificar fuertemente la política social, donde nosotros hicimos ‘sigamos’ y no ‘cambiemos'”. Mantuvimos las mismas organizaciones sociales que acumulaban para un modelo político distinto. No podemos seguir repitiendo una lógica de pobrerización eterna, aceptando jóvenes que reciben un plan hace 10 años cuando tendrían que estar trabajando por su propio bien”.
La titular del PRO también dijo que “el gradualismo desde el principio no va, generar los cambios en los últimos dos años no va”. Y reforzó lo que Pichetto y Rucci expresaron: “Tenemos que poder distinguir entre el kirchnerismo y los peronistas que sientan el valor de la libertad, del esfuerzo, del progreso, de construir un país con justicia”.
Mirando al pasado reciente, Pichetto dijo que “la economía que estaba débilmente sostenida se derrumbó post 11 de agosto, cuando se vio que iba a venir gobierno populista, de características contrarias a lo que se venía llevando, y muchos lamentablemente pensaron con un espíritu de derrota”. “Todavía ningún politólogo explicó cómo fue que desde los resultados de las PASO pasamos al 41% de octubre”, aseguró.
Pichetto, que fue propuesto formalmente en JxC como auditor general de la Nación, pidió “ir a buscar a los compañeros, fuertemente en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y en el interior de la provincia de Buenos Aires. Yo digo que después de la reforma del ’94, la tercera sección electoral está al borde de poner al Presidente de la Nación”. Ahora “tenemos que ir al encuentro de lo que se viene” y “dar el debate contra la teología de la liberación, el pobrismo y la iglesia clasista, donde los únicos destinatarios del evangelio son los pobres, dejando afuera a la gente que trabaja”. “Es una visión que atrasa, que viene de la alta conducción del Vaticano”, aseguró. Y sintetizó su análisis cuando expresó que “esa Iglesia es la principal usina ideológica de la izquierda, por eso no hay que tener miedo de debatir con los sectores eclesiásticos”.
Finalmente, fue elípticamente muy crítico con el espacio que lidera Emilio Monzó en JxC por lo que consideró “un falso discurso de unidad nacional, cuando está claro que el Gobierno no tiene unidad nacional. Hay algunos que no se dan cuenta, pero es lo de siempre, es un discurso contra el campo, contra los empresarios, contra los medios de comunicación, lo que ya sabemos”.
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