“Hay un horizonte sombrío en materia económica“, pero “nuestros gobiernos no tienen que dejarse llevar por la incertidumbre, tenemos que actuar de manera decidida y el multilateralismo será la respuesta a la crisis”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al abrir la Conferencia de Alto Nivel a la que convocó, que tuvo la participación del FMI y los principales organismos de crédito, junto a los presidentes de los países de América Latina y el Caribe.
Sánchez lideró el encuentro que busca articular mecanismos financieros “novedosos y ambiciosos” para que los países de la región puedan paliar la crisis generada por la pandemia. Solo estuvieron ausentes el mexicano Andrés López Obrador, el brasileño Jair Bolsonaro y el venezolano Nicolás Maduro. Los demás estuvieron presentes, en forma virtual, entre ellos el presidente argentino Alberto Fernández, a quien le tocó el turno de hablar después de la directora ejecutiva del Fondo, Kristalina Georgieva.
Los presidentes de la región firmaron un llamamiento dirigido a las instituciones financieras internacionales para que “consideren medidas adicionales de apoyo para ayudar a los países de América Latina y el Caribe independientemente de su clasificación por nivel de renta y con especial énfasis en los más vulnerables”. Específicamente reclamaron herramientas que permitan estabilizar los flujos de capital, garantizar la liquidez y aumentar el margen fiscal.
”Nadie se salva solo, todos tenemos un destino común”, dijo Fernández. Y sorprendió cuando puntualizó que “hay que dejar de lado las batallas ideológicas. No es posible que en esta crisis siga habiendo bloqueos y sanciones porque eso afecta más a los pueblos que a los gobiernos”.
El argentino propuso la creación de un Comité Global para el Manejo de Crisis, “cuyas funciones incluyan el intercambio de información sobre contagios, el desarrollo de vacunas y tratamientos, la implementación de testeos masivos, y la coordinación de salidas progresivas a las restricciones al transporte y el comercio internacional”, según se detalló en un comunicado oficial. “La gobernanza de la crisis, que está lejos de concluir, es el primer desafío que debemos acordar en conjunto”, precisó.
Fernández además les explicó a sus pares la situación de la Argentina en materia de deuda: “Estamos involucrados en una negociación de buena fe que permita restaurar las condiciones de crecimiento post pandemia, recobrar la capacidad de la deuda y garantizar un sendero de crecimiento sostenible que no reproduzca desigualdades”.
Georgieva, por su lado, expresó que estamos “ante una tragedia de la humanidad, más grave que la Segunda Guerra”, y pidió “pensar y actuar en conjunto”. En tanto, expuso el inquietante panorama que hoy presentó la institución financiera donde se asegura que “la actividad económica sufrirá más de lo previsto durante el confinamiento ya un golpe a la productividad”, que pronostica para la región de América Latina y el Caribe una caída del orden del 9,4% para 2020 y otra caída del 4.1% para el 2021.
América Latina y el Caribe será la región de las economías emergentes que más se verá afectada por las consecuencias de la pandemia, ya que el conjunto de los países en vías de desarrollo tendrá una caída del 3% para 2020. Sin embargo, la caída proyectada para los países con economía avanzada también será dramática. Para 2020, el FMI calculó una caída de 8% y de 4,8% para el 2021.
Incluso anticipó que “la magnitud del reciente repunte del optimismo de los mercados financieros parece estar desconectada de la evolución de las perspectivas económicas fundamentales, lo que plantea la posibilidad de que las condiciones financieras se endurezcan más de lo que supone la proyección de base”.
Sánchez estuvo acompañado por la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y aseguró que el COVID-19 “nos obligó a tomar decisiones contundentes y también valientes, la mayoría de los países reaccionaron rapidez frente al virus, pero hay un horizonte sombrío en materia económica. Siendo así, es muy importante que nuestros gobiernos Tenemos que actuar, no llevarnos por la incertidumbre. Tenemos que actuar”.
El encuentro contó con la participación de los presidentes Sebastián Piñera (Chile), Iván Duque (Colombia), Carlos Alvarado (Costa Rica), Lenín Moreno (Ecuador), Martín Vizcarra (Perú, Mario Abdo (Paraguay), Danilo Medina (República Dominicana), Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Mía Mottley (primera ministra de Barbados y presidenta de la Comunicad del Caribe).
Por el lado de los organismos de crédito, además de Georgieva (FMI), estuvieron presentes el vicepresidente del Banco Mundial, Carlos Felipe Jaramillo, y el presidente del BID, Luis Alberto Moreno. También participaron la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan y el presidente ejecitivo de la CAF, Luis Carranza.
Sánchez reconoció que para salir de esta crisis de “grandes dimensiones“ se necesitará “liderazgo y colaboración público-privada“ y pidió que se refuercen “políticas públicas robustas”. “La salida de la crisis no puede ser a costa de más desigualdad“, agregó. Y reiteró la importancia de “acudir a las estrategias multilaterales para superar la crisis financiera”.
En definitiva, su foco estuvo en que “los países recuperen la senda del crecimiento y de las inversiones transformadoras“. ”Somos conscientes de que este objetivo exige esfuerzo y no se va a conseguir en el corto plazo, va a requerir mucha constancia, pero debemos ponernos en marcha cuanto antes”, concluyó.
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